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Zero entrelazó sus dedos con los de su esposo, dándole valor para entrar en la cafetería donde se reuniría por primera vez con su madre después de tantos años.

- Zero, aún estoy a tiempo - dice Kaname - He vivido toda mi vida sin ella, no la necesito -

- ¿Estás seguro que no la has necesitado? -

- Acaso crees que soy una mala persona, que soy un lunático o algo similar -

- Jamás pensaría algo así, pero yo no tengo madre y prácticamente no tengo padre, soy normal, pero si ella me hubiera dado algo de su amor, seguramente sería feliz -

- ¿No eres feliz conmigo? -

- ¡Sí! Y mucho, nunca lo dudes. Pero siento que soy un hijo que nadie quiso, que nadie amo y es doloroso. Yo no quiero que a ti también te duela. No soy muy inteligente, pero sé ver tus sentimientos y sé que tienes un vacío en tu corazón y eso no lo llenaré yo, no lo harán tus éxitos profesionales, solo puede ser llenado por el amor materno -

Kaname lo abrazó y besó su frente.

- No me equivoque al pedir que compartieras tu vida conmigo, eres hermoso por fuera, pero más resplandeciente por dentro. Vamos a ver a esa señora -

Kaname apretó con fuerza la mano de su esposo y camino con paso firme a la mesa en la cual Juuri lo esperaba.

- Buenas tardes - saludo rígido Kaname

- Hola, hijo - respondió sumisa la mujer

- Hola, Juuri - saludo Zero abrazando a la mujer con cariño y le habló al oído - Tranquila, mi Kaname es comprensivo y gentil -

Juuri sonrió, al menos tenía el apoyo de su yerno. Poco y nada tomaron del café o de los deliciosos pasteles que ofrecía el recinto, pero hablaron, hablaron mucho, Juuri lloró al recordar como se habían dado las cosas y como decidió abandonar a Haruka y a su hijo cuando descubrió de su embarazo, lo cual detonó en su desición de irse con el padre de su segundo hijo y la vergüenza que sintió cuando cinco años después quedo sola tras la muerte del hombre. Kaname la miraba atento a las reacciones de su madre, el castaño era analítico; en cambio Zero que era puro sentimiento, no podía dejar de llorar. Él hacía ya unos años había tenido una historia con un hombre que no era su esposo y esperaba que Kaname pudiera perdonar a su madre, tal cual como lo había perdonado a él.

Ese día Kaname no le reclamó nada a su madre, lo haría la segunda vez que se vieran que fue cuando Zero llevó a la mujer hasta su casa, fue en ese momento que Kaname se sinceró con ella y pudieron entablar una relación de madre en hijo.

Pasado el tiempo Zero y Juuri se volvieron inseparables, para la mujer era más divertido acompañar a su yerno que a su hijo, Kaname tenía tediosas reuniones de negocios, iba a seminarios y almuerzos donde solo se hablaba de economía, finanzas y demáses; en cambio con Zero las cosas eran más divertidas seción de fotos, el rodaje de algún spot publicitario, la grabación de un programa de televisión, Juuri conoció a muchos del espectáculo gracias a Zero, pero lo que más la sorprendió era que Zero era tratado como una celebridad y ese trato también era dado a ella, evidentemente los demás lo hacían al saber que ella era la suegra de Zero.

- Amor, qué opinas de una está linda casita en la costa - decía Zero mostrándole las imágenes a su esposo, desde su iPad

- Ya tenemos casa de veraneo en la playa ¿Para que quieres dos? -

Nunca es tardeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora