|16| Karma

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Multimedia: It'll Be Okay (Shawn Mendes)

—¿Karma, dices?

—Karma, digo.

Kaleb rió antes de beber su té helado de limón y me invitó a explicarle mis motivos para usar karma como un término bien habido en este caso.

—Porque a mí siempre me ha parecido pretencioso utilizar la fama de otras gentes, sobretodo las cercanas, para hacerme una propia. Y ahora mi nombre vuelve a estar en las noticias de farándula.

—Tenía entendido que el karma consiste en justicia o equilibrio dependiendo de las acciones cometidas. Lo que das, recibes. ¿No será mala suerte?

—No, es karma. Estoy recibiendo lo que merezco por rechazarlo. Mis hermanos viven de la vida pública y terminaría salpicando.

—Ay Cara —dice con una sonrisa tierna, una que me encanta, y se acerca a tomar mi mano encima de la mesa—. ¿Te incomoda?

—No —digo enseguida. Más bien es todo lo contrario.

Iza ambas cejas y ríe disimuladamente.

—Quiero decir si te incomoda lo que sucede contigo y esas noticias.

—Me incomoda —confirmo—, pero no hay alternativa que soportarlo. Hubo una época en que también lo toleré y esta no va a ser diferente. No permitiré que cambie mi rutina.

—¿Y yo estoy incluida en ella?

Mordí una de las galletas que pedí para llevar puesto que se suponía que no interrumpiría su almuerzo por mucho tiempo pero si contaba llevamos hablando mas de una hora. Le ofrecí una y negó; no es eso lo que espera de mí.

—Lo estás —dije y le robé un beso en la mejilla para colocarme en pies—. Llámame.

—Te llamaré.

Haber alcanzado este alto nivel de control y orientación de dónde está la puerta después de tener una cita, así sea corta con Kaleb, es toda una proeza. No miento ni finjo que no me pasa. Consecuentemente me distraigo con su presencia, de buena manera no de la torpe, y me relajo en esa sensación del comienzo de una relación. Tomo apuntes mentales de lo mucho que se esfuerza por hacerme un espacio en su agenda esté apretada y más si no lo está, en el interés general. Y aparto las preguntas de si a él lo molestarán con este revuelo del desfile, de la agencia y de mí, hermana de este y de aquél.

Pero ya hemos hablado de ello y si yo no estoy sucumbiendo al estrés, él tampoco.

No puedo decir lo mismo de la mitad de mis hermanos. A Charly y Cannon no les hace gracia que me molesten cada vez que salgo. A Christopher y Conor les suena a una incomodidad pasajera, lo único que la activaría sería otra noticia subalterna y me confié.

Les creí.

Y fue el peor error que pude cometer.

****

Eran las seis de la mañana. Decidí suspender mis idas al gimnasio hasta que se calmaran los aires con todo esto del vandalismo sinsentido y correr con una buena capucha en la cabeza al menos por media hora, para no perder la costumbre. Esperaba que este trabajito con Presley le indicase a Elias que estoy apta para volver a ser un custodio por tiempo completo. Las vacaciones son como un molesto malestar gripal que si no tratas se hace peor y se habitúa a ti. No quieres habituarte a un malestar.

Al regreso a mi apartamento tuve una sensación muy cercana a la mala vibra o mala espina; algo no estaba yendo bien, con la normalidad que debe. Mis vecinos y yo no somos cercanos pero me atreví a preguntar en la entrada a uno de ellos, un muchacho joven que vive solo en uno de los pisos superiores al mío si tenemos asuntos que resolver en el edificio. Él me miró con extrañeza pero contestó que si llegaba un asunto, todos serán notificados como siempre.

¿Sí te queda?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora