Capitulo 25

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Narra Gimena:

Después del desfile, Davi tomo el primer vuelo hacía Argentina junto a Derek. Nosotros nos quedamos unos días más en New York, hacia mucho tiempo no veía a mi familia y quería pasar tiempo con ellos y Connor. Alex era todo un rompe corazones, lo extrañaba mucho y al parecer él parecía feliz de estar con Connor.

—Te ec
habamos mucho de menos cariño.— mi padre beso mi frente. —Y saber que estás con Corbyn nos hace muy felices.— observé como en el jardín Corbyn jugaba con mi hermano y Connor con un balón.

—Yo también estoy muy feliz Papá.— lo abracé muy fuerte. —¿Mamá dónde está?.— pregunté un poco confundida y él comenzó a reír.

—Al enterarse que su único nieto vendría, corrió a la tienda a hacer compras de última hora.— los dos comenzamos a reírnos a carcajadas. Mi madre era muy dramática pero sabía que todo esto lo hacía por su adorado nieto y también por mi. Corbyn entro a la casa con un Connor completamente sudado de tanto jugar. —Pero si es el niño más bonito que he visto.— mi padre lo tomo en brazos y comenzó a girar con él.

—Oye ¿Y yo dónde quedo?.— Alex hizo un puchero. —Todos sabemos que soy más bonito que Connor.

—Oh querido Alex, Connor es un Besson y tiene mis genes. Eso significa que es mucho más bonito que tú.— Corbyn me abrazó por la cintura besando mis labios. —¿Verdad cariño?.

—Corbyn tiene razón, ya deja de lloriquear.

—La traición hermana, pensé que éramos de sangre.— alcé una ceja y Alex comenzó a reír. —Mi sobrino es precioso pero también tiene los genes Duarte, no te lleves todo el crédito idiota.

—Alexander ya te dije que dejes de decir palabrotas delante de un niño.— mi madre entro en la habitación golpeando la nuca de mi hermano. —Ven aquí pequeño Connor.— cargo a mi hijo y beso todo su rostro. —Mira que grande estás, mi niño.

Connor niño grande.— él comenzó a aplaudir. —Mimi tengo hamble.

—La abuela te dará algo de comer, como no sabía que venía compré pizzas en el camino.— mi madre sonrió avergonzada. —Tomen asiento por favor.— nos sentamos al rededor de la isla de la cocina de mis padres y comenzamos a comer. —¿Cómo es la vida en Los Angeles?.

—Es genial, no pensé que Connor se adaptaría tan bien.— sonreí tomando a mano de Corbyn. —Viajar fue de imprevisto, pero parece que el destino nos quiera volver a encontrar.

—Nos alegra mucho ver la pequeña familia que están formando.— Mi madre sonrió emocionada. —Cuentanos sobre ti Corbyn, hace mucho tiempo no te veíamos.

—Les doy las gracias por recibirme aquí, ya saben por lo que pasó entre Gi y yo.— se rasco la nuca nervioso. —Pero soy muy feliz al tener a mi hijo y a la mujer de mi vida a mi lado, hablando de eso.— él se puso de pie y nosotros le prestamos atención. —Señor Duarte, quería pedir la mano de su hija para hacerla mi esposa.— al oír sus palabras me atragante con mi vaso de agua. —Gi hemos pasado por muchos buenos momentos y también malos, se que te fallé y toda la vida me arrepentiré por eso.— se arrodilló frente a mi con una cajita de terciopelo color rojo y dentro un anillo de diamantes blancos. —Frente a tu familia y a nuestro hijo ¿Quieres casarte conmigo?.— mis ojos se llenaron de lágrimas y asenti ya que no podía emitir palabra alguna. Abracé a Corbyn y llore sobre su hombro, amaba a este hombre y quería pasar mi vida junto a él, que tengamos una gran familia llena de amor y enfrentar todo problema que se nos enfrente juntos.







Nos encontrabamos en Central Park, Corbyn jugaba con Connor y yo los observaba desde lejos con una sonrisa en mi rostro. Mañana volveríamos a Los Angeles y estábamos disfrutando los últimos momentos aquí, sentí una presencia detrás de mí y me di la vuelta asustada, al ver de quién se trataba mi ceño se frunció completamente.

—¿Lana? ¿Logan? ¿Que rayos hacen aquí?.

—Dejame hablar Gi por favor.— Logan básicamente rogó y yo asenti. —Esto deberíamos hacerlo con Davina pero ella no nos quiso oir.

—Ve al punto Logan, no tengo mucho tiempo.— rodé los ojos. —Demasiado daño nos hicieron, más a Davina.

—Y estamos arrepentidos.— Lana dió un paso al frente. —Se que yo fui una de las causantes del sufrimiento de Davina y créeme que estoy muy arrepentida. Entiendo si no me quieres creer, pero todo fue manipulación de mi madre y Hugo, tenían una obsesión con Davina y su familia.


—Se que esa noche ya era muy tarde.— Logan negó. —Pero eso jamás estuvo en el plan, además Lana lo sabe que cuando hablaban de hacerle daño a Davina yo siempre estuve en contra.


—Aun así Davina sufrió el accidente y si por no lo saben también perdió a su hijo, tu madre y ese hijo de puta de Hugo la metieron en un laberinto sin salida y casi terminan con su vida.— sonreí sarcástica. —Entiendo porqué Davina no quiere hablar con ustedes.

—Nosotros ya no tenemos nada que ver con Gloria y Hugo, solo quería decir que si necesitas ayuda, no dudes en llamarme.— Lana se acercó mucho más a mí. —Davina es muy famosa y creeme que esos dos locos no se quedarán tranquilos hasta ver la muerte de Davina.— sentí un gran escalofrío al oír las palabras de Lana y también un mal presentimiento. —Nadie los conoce mejor que nosotros dos, ten este es mi número, guardalo por si lo necesitas.— me tendió una tarjeta con su nombre. —Tu hijo es muy precioso, me alegra mucho que esté bien.— me di la vuelta y note el ceño fruncido de Corbyn observándonos. —Sera mejor que los vayamos cariño.— abrí los ojos como platos al oír como Lana se dirigió a Logan y ellos sonrieron. —Nos casamos hace unos meses.

—Pues felicidades entonces.— sonreí sincera. —Tendre en cuenta tus palabras Lana.— ella asintió y se fueron dejándome sola. Corbyn se acercó hacia mi y sabía quienes eran.

—¿Que te dijeron esos dos idiotas?.

—Que Hugo y Gloria no pararan hasta ver a Davi muerta.— él abrió los ojos como platos. —Me dejo su número por si necesitamos de su ayuda, creo que tiene razón Corbyn y tengo mucho miedo por Davi.

—No le pasará nada cariño.— él me abrazo y beso mi frente. —Esos dos están en una prisión de máxima seguridad, no podrán salir de allí.— intente aferrarme a las palabras de Corbyn y buscar la seguridad necesaria.





Narrador omnisciente:



—Pero mira a la pequeña Smith.— Hugo le dió una calada a su cigarrillo. —Mostrando ser algo que no es.

—Esa mosquita muerta goza de la gran vida y nosotros estamos pudriendonos aquí dentro.— Gloria caminaba por la celda como león rugiente.

—Tranquila cariño, ya tendremos nuestra nueva venganza, nuestra libertad no está muy lejana.— sonrió cínico. —La tendré nuevamente entre mis manos y esta vez no se escapara.


Todos Estos Años (Why Don't We) 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora