La fiesta pasaba con tranquilidad.
Bueno "tranquilidad".
Estaba sentada en una esquina de la enorme habitación, tenía una cerveza fría en mi mano a la cual le daba tragos lentos y profundos. Las luces de colores golpeaban por todos lados, la oscuridad junto con las luces y los leves destellos blancos me daban un leve panorama del lugar. Los cuerpos sudorosos y danzantes se movían de un lado para el otro, pegándose entre ellos, rozándose, besándose.
La música retumbaba por todo el lugar haciéndome doler la cabeza, no había pasado ni una hora y ya me quería ir de ese lugar. Seguí dándole tragos a mi cerveza mientras buscaba a Grace, la cual se perdió en la pista de baile cuando dos atractivos hombres lobo se le acercaron para bailar, y yo pensando que era una persona seria al momento de cumplir órdenes.
Di el último trago a mi cerveza y me levanté para buscar otra más cuando de pronto la música se detuvo de golpe y todo se sumió en un silencio sepulcral.
Alarmada volví mi mirada a la pista de baile donde pude ver perfectamente la causa de la interrupción.
En la entrada del lugar un grupo de vampiros, mujeres y hombres, estaban observando el lugar con algo de desprecio. Y justo al frente estaba el mounstro mas idiota que había visto en mi vida.
Kair.
Su sonrisa socarrona me daba ganas de correr hacia él y clavarle una espada en el cráneo, escuchar su último aliento me vendría bastante bien para solucionar mi mal humor. Pero desistí rápidamente, tenía que seguir con el plan.
El silencio estaba cargado de pesadez, casi tan filoso como la cuchilla de mi espada. De entre la gente surgió Dorian, quien al ver tal escena solo soltó una diminuta sonrisa y abrió sus brazos de par en par.
—¡Kair!, que gran sorpresa verte aquí—sonreí por el tono amargo con el que lo dijo, pero sin quitar su sonrisa.—Ahora, creo que deberías volver por donde viniste, este no es tu territorio.
Me mantuve sentada entre las sombras, analizando la situación por si me convenía salir. Estaba atenta a cualquier movimiento de parte del invitado no deseado.
Gruñidos de aprobación se escucharon del lado de Dorian. El rostro de Kair se desfiguro en una mueca de burla y con una de sus manos se revolvió su enrulado cabello.
—Oh! No seas así pequeño Dorian, solo vinimos a unirnos a la fiesta— se acercó hasta en hasta el punto de que sus pechos se rozaron. Realmente tiene problemas con el espacio personal—Veras nosotros también queremos recibir a las nuevas invitados observé desde mi lugar como el color de su ojo entero se volvía negro completamente, mostrando su verdadera naturaleza.
El rostro de Dorian se contrajo en una mueca de enfado y vi como el color de sus ojos se transformó a un rojo brilloso. Mostrándole que no se quedaría atrás.
Sonreí.
Esto se pondría bueno.
Tomé otra cerveza de la mesa sin quitar mi mirada de la acción.
La sala se llenó de gruñidos y el sonido de algunos huesos tronándose. La tención era fuerte en el lugar mientras Dorian y Kair se mataban con la mirada.
—No soy "pequeño", deberías saber que si quiero puedo arrancarte la yugular— desafío Dorian con los dientes apretados y el cuerpo en tención.
El vampiro soltó una carcajada al aire y sus sequito de idiotas lo siguieron. Rodé mis ojos ante su estupidez.
"Basta de palabritas hiriente y vayan a la acción" pensé y solté una pequeña carcajada.
—Te reto a alcanzarme primero— los ojos de Kair brillaron con un brillo divertido, dentro de tanta negrura. Sus colmillos sobresalían al momento de hablar en forma desafiante.
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Entre Garrras Y Colmillos [+18]
Misteri / Thriller《Una misión. Diferentes cadáveres. Rodeada de los peores monstruos》 Abecés había situaciones de la vida que te dejaban una cicatriz. Ya sea una raspadura en la rodilla cuando te caían de la bicicleta o cuando te cortabas con el cuchillo. Hazel tenia...