Capítulo 17.

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Por fin una noche que descansaba bien, no quería despertar estaba cómoda entre las cobijas. Sentía una paz que había perdido hace mucho y esa parte en la que descansas, sientes el cuerpo ligero y que lo único que puede preocuparte es lo que pasará ese mismo día. Rodrigo me provocaba esa paz interior.

—Val—susurran mientras me jalaban poco a poco la cobija.—despierta dormilona.—me queje y me aferre a las cobijas.

—Cinco minutos más —bostece.

—No señorita,se libró una semana de hacer ejercicio, así que arriba— jalo las cobijas con más fuerza.

—¡Nooooo! Anoche hicimos mucho ejercicio, así que "Estoy fuera"—argumente.

—No mi vida. Esas tácticas son mías y yo quiero que estés dentro—dijo

—Convénceme.—lo mire juguetona.

—¿Segura? —asentí con la cabeza y volví a taparme con las cobijas—perfecto.

De una las cobijas desaparecieron dejándome solo con la sabana, solté un grito.

—¡Noooo! Todo menos cosquillas....por....por favor para....—decía entre risas, como pude lo empuje y quede sobre él, intente tomar aire y calmar mi risa.—Bieeeen, ya..ya estoy despierta.—me reí de nuevo—desde ayer andas de tramposo mi amor.

—No, son mis estrategias.— me sonrió. Acaricie su cabello despeinado, ese cabello quebrado, con ondas tan naturales. Le di un beso en los labios y me quite de encima rumbo al baño. Me lave la cara y los dientes y me cambie lo más rápido posible con la ropa que usaba en mis clases de baile. Rodrigo seguía esperándome en el cuarto. Cepille rápido mi cabello y me hice una coleta alta.

—Listo.—dije.

—Bien—me tendió su mano—vamos.

Al entrar al gimnasio me lleve una grata sorpresa, están remodelado y dividido, había una pequeña área en la que había dos enormes espejos, una área para que yo pudiera bailar, mínimo cuatro personas cabíamos en ese espacio con luces led al rededor del espejo para dar más iluminación y se viera más bonito el espacio. y del otro lado todos los aparatos de ejercicio de Rodrigo. Quede perpleja...

—¡Wow!

—¿Te gusta?

—Me encanta.

—Es Sencillo, Romina me ayudó y pues...

—Me encanta, gracias—dije viéndolo a los ojos, me puse de puntitas y le di un beso en la mejilla.

—Me alegra que te guste, ahora ven—me jaló y salimos del edificio, no sabía que pasaba pero ya estábamos fuera del edificio, iba llegando Jaime en un Volvo C30 negro <<Mierda no, mierda no>> empezaba a sudar frío y solté la mano de Rodrigo, Jaime le entregó la llave y se volteó hacia a mí.

—Toma—me ofreció la llave.—es para ti.—creo que mi día va de sorpresa en sorpresa, no tome la llave, empecé a sentir el calor subir por mi cara.

—Es broma, ¿verdad?

—No, es para ti, así aprovechas y vendes el Vento.

—No...no es mi cumpleaños ni nada por el estilo. No puedo aceptarlo.

—No necesita ser tu cumpleaños para recibir un presente.

—¿Un presente? Esto es más que un presente—dije seria— Yo...

—Por favor Val, es algo que ya tenía pensado. Quiero que lo tengas porque lo mereces y quiero regalártelo.

—Es que no lo necesito, tengo un buen carro, ya tengo un carro y...

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