to 🇧🇻

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- ¡Wilson! Mi niño - La tenue voz del peliteñido resonó en la silenciosa habitación mientras se agachaba para levantar al peludo felino naranja que lo observaba desde el suelo y ponerlo así frente a su rostro - Ya es un poco tarde ¿deberíamos ir a dormir de una vez? - El felino maullo como respuesta - Tienes razón, es muy temprano para nosotros todavía... Jugaré al WoW entonces - Dicho esto, bajó a su mascota, le dio unos cuantos mimos y se dirigió nuevamente a su habitación.

Analizó su escritorio quitando un par de envolturas que había junto a su set up antes de sentarse. Se recargó sobre el respaldo de su asiento mientras el juego cargaba frente a sus ojos e hizo mientras tanto una breve recapitulación de lo que había sido su día.

Había sido un martes relativamente tranquilo, no tuvo que ir al estudio de animación donde apoyaba como becario debido a que ese día tenía clases en la facultad, y aunque en cierta parte eso le frustraba debido a que estaba cursando materias que ya había aprobado en Noruega, tampoco se martiriaba con ello, ya que al menos así lograba ver a sus amigos en el campus.
O al menos al par de ratas que seguían estudiando, puesto que el calvo tóxico ya había egresado de la facultad de psicología desde hace un año.

A pesar de que Rubén llevaba apenas un mes viviendo en un país ajeno a su natal Noruega completamente solo, no era su primera vez en la ciudad de Madrid ya que su familia paterna provenía de una región aledaña, por lo que sus visitas a tierras españolas eran relativamente frecuentes.
Es por eso mismo que ya tenía un grupo sólido de amigos, los cuales conoció desde varios años atrás por medio de videojuegos y partidas en línea.

Lo curioso es que aun estando lejos de su familia, no se sentía en absoluto mortificado por ello, al contrario, disfrutaba como nunca la sensación de libertad.

Comenzó entonces a divagar por uno de los sucesos que más resaltaba de su día, el haber visto aquel chico de ojos bonitos en el departamento de enfrente. Se preguntó entonces si este tendría alguna relación con su vecina y por eso estaba en su hogar tan tarde, aunque conociendo a la pelirroja y sabiendo de sobra lo mucho que gustaba de él, lo dudaba.
Pero no estaría de más averiguarlo.

Y es que hasta el momento no había persona alguna que no cayera ante él, especialmente por su característico acento extranjero, al cual sabia sacarle provecho junto a sus demás virtudes.
Ni siquiera sus amigos habían podido resistirsele, incluso Raúl que se jactaba de ser el más hetero de los cuatro. Así que el niño bonito sin duda alguna, no sería la excepción.

El peliteñido salió de su maraña de pensamientos cuando el juego finalmente cargo en la pantalla frente a sus ojos, entonces optó por dejar de divagar en ellos y mejor concentrarse en disfrutar su noche.
Ya tendría tiempo después para pensar cómo iba a acercarse a su nueva "víctima".

(Al día siguiente)

(Al día siguiente)

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𝔽𝕣𝕠𝕞 ℕ𝕠𝕣𝕨𝕒𝕪 𝕥𝕠...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora