Sōma había bajado al comedor del dormitorio, ya estaba a mitad de su segundo vaso de limonada fría, un buen remedio para sobrellevar la resaca que había aprendido de su padre. Aún así necesitaba darle algo de tiempo, su cabeza aún se sentía como si tuviese un taladro encendido tratando de penetrar su cráneo, no tenía idea de que le había agregado Ryoko a su jugo de arroz esta vez, pero definitivamente había resultado en algo muy potente.
Aún con la resaca tuvo que ordenar sus ideas y repasar la situación. Aparentemente se había acostado con Nakiri Erina la noche anterior y no exactamente en el sentido literal de la palabra, había tomado la virginidad de la reina de Totsuki, y así mismo el había perdido la suya. Por un momento pensó en sentirse orgulloso, pero no era momento para eso, la expresión incrédula, las pequeñas lágrimas que se escaparon de sus hermosos ojos, y los gritos desesperados que había soltado la rubia esta mañana le habían dejado claro que estaba todo menos contenta. No tenía idea de lo que haría Nakiri ahora, pero lo tenía ansioso y asustado a partes iguales.
Ya hacía un buen rato que la había dejado en su cuarto luego de su memorable despertar, se preguntaba que estaba haciendo en estos momentos, a parte de vestirse o darse una ducha obviamente. Quizá al igual que el estaba tratando de pensar en una forma de acercarse y hablar de lo ocurrido, quizá estaba llorando desconsolada, quizá estaba pensando en una forma de hacerlo desaparecer de la faz de la tierra. Tratándose de ella cualquier opción podría ser factible.
Se sorprendió de no encontrarse con nadie en el camino hacia la cocina y luego al comedor, supuso que todos estarían encerrados en sus cuartos sufriendo por la borrachera de anoche. Cosa que quizá debería estar haciendo el mismo, pero la situación actual le quito totalmente las ganas de descansar.
En un momento Sōma escucho pasos que se acercaban al comedor, su primer pensamiento fue que se trataba de Erina... Y así fue.
La joven directora entró al comedor dando unos pocos pasos hacia su dirección, su primer instinto fue levantarse de la silla para encararla, se veía casi tan nervioso como se sentía por dentro, cualquiera se esperaría que Erina estuviese incluso peor que el. Pero se sorprendió ampliamente cuando noto que está tenía una mirada tan... Neutra se podría decir. Era la misma expresión inalterable y poderosa que podías ver en ella todo el día en la escuela si eras un estudiante común, esa expresión que te decía que ella siempre estaría por encima de ti, la mirada de una reina de hielo.Casi no podía creer que ella estuviese tan tranquila aparentemente, si bien Erina siempre había sido una experta en mantener la compostura ante cualquier situación, Sōma sabía que el era una de las pocas excepciones, siempre lograba hacerla perder la cabeza de alguna u otra manera, algunas veces inconsciente de ello, y con lo que pasó la noche anterior... Bueno, era imposible que ella permaneciera tan inalterable, había tenido sexo con su nemesis, no recibido un papeleo tardio. El pelirrojo sentía que esto era algo incluso un poco inaceptable.
Se armo de valor lo mejor que pudo y se dispuso a hablar.
"N-nakiri, yo..."
Solo para ser silenciado por el sonido de su helada voz.
"Yukihira-kun" un escalofrío recorrió la columna vertebral de Sōma "lo que ocurrió anoche fue un error"
Al escuchar esto Sōma sintió un pequeño pinchazo, claro se imaginaba que ella diría algo como eso, Era Erina después de todo, pero, escucharlo en la realidad directamente de ella con esa voz tan dura y carente de sentimientos se sentía doloroso de alguna manera.
"creo que lo mejor es que finjamos que lo de anoche jamás sucedió y sigamos adelante con nuestras vidas"
...
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Hangover
Romantiksi combinas adolescentes idiotas con licor fermentado solo puede suceder lo peor... ¿o lo mejor? (emparejamiento: Sōma x Erina) Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Shokugeki no Sōma.