JUNTOS

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"Erina-Sama aquí esta el reporte de presupuesto de los clubes de este mes" Hisako se puso frente el escritorio de Erina mientras le enseñaba una carpeta llena de documentos.

La rubia sonrió cortésmente "muchas gracias Hisako, puedes dejarlo aquí" señaló con un movimiento de cabeza la pequeña pila de documentos en el lado izquierdo de su escritorio.

Como siempre era un día de trabajo ajetreado, pero a fin de cuentas Erina era la directora de de la academia de cocina más prestigiosa de todo Japón, quizá del mundo, a pesar de ser siempre una carga pesada ya más o menos había logrado acostumbrarse un poco. Ya había despejado 3 pilas de documentos, firmando y sellando a diestra y siniestra pero manteniendo siempre una atención impecable, y así iba a continuar, nada podría distrarla en Estos momentos, nada rompería su ritmo de trabajo ni la entorpeceria, ¿una petición escrita repentina desde la parte administrativa?; Ella lo revisaría y rechazaria/admitirá con la velocidad de un rayo, ¿un maestro llega de repente a su oficina a verla?; Lo despachara sin problemas con su mano de hierro, ¿Alice venía a fastidiarla con algun tema estúpido?; Fingiria que le prestaba atención mientras no levantaba la mirada de sus documentos, lo que tarde o temprano la fustraria y se iría dejándola en paz.
Ya casi todo era como una rutina, nada pasaría para lo que no estuviese mentalmente preparada, Nakiri Erina era imparable y nada podría hacerla perder la compostura.

"por cierto Erina-Sama" comenzó Hisako "Yukihira-Kun vino a verla"

...

Bueno, quizá eso sí podría...

El lenguaje corporal de Erina pasó de concentrado a algo parecido al pánico en el momento en el momento en que escucho la palabra Yukihira. Se estremeció tan abruptamente que involuntariamente garabateo con el bolígrafo toda la hoja del documento que estaba firmando para que después se le cayera el mismo de la mano, abrió los ojos sobresaltada y le dirigió toda su atención a Hisako ahora.

"Yu-Yukihira-kun?!" Erina se levantó de su escritorio apoyando las manos sobre el mismo mientras miraba a su secretaria con algo que parecía una mezcla entre angustia, miedo y nerviosismo "¡¿¡le dijiste que estoy aquí?!?!!"

Hisako ante la exaltada pregunta levantó ambas manos en señal de negación.

"eh? No, no Erina-Sama" negó rápidamente Hisako "me refería a más temprano, cuando no se encontraba en su oficina.

" a-ah, ya veo "Erina lentamente se tranquilizó, volvió a su asiento y suspiro aliviada" todo está bien entonces, lamento si te levante la voz Hisako" se disculpo con Hisako quien no demoro en dejarle claro que no se preocupara.

"no tiene por qué disculparse Erina-Sama" dijo cortésmente "pero... Bueno" continuó Hisako "podría decirme que esta sucediendo?" preguntó finalmente a lo cual Erina cerró los ojos y suspiro nuevamente.

Hisako no era tonta en absoluto, ya desde que su ama había vuelto de la estrella polar sabía que algo extraño le estaba sucediendo, sólo que no podía identificar el origen de sus comportamiento, pero ahora una semana después ya finalmente tenía una sospecha clara; estaba muy segura de que algo había pasado entre Yukihira Sōma y la reina de hielo. Esos dos desde el comienzo eran como el agua y el aceite, siempre compartieron ideales diferentes tanto en la cocina como fuera de ella, al menos hasta donde Hisako alcanzaba a ver, las discusiones y peleas entre ellos no eran nada nuevo ni fuera de lo común, era imposible que sus personalidades no hicieran combustión que terminaría en su típica disputa.

Al principio Hisako pensó que el la había hecho enfadar como siempre, pero luego se dio cuenta de que era algo más profundo que sólo eso. Por mucho que Erina pudiese enojarse con él, por muy fastidioso que él fuese y por muy fuerte que haya sido su discusión, Erina nunca se negaba a verlo o lo evitaba tan directamente como estaba haciendo actualmente. Por mucho que pensara que el solo quería incordiarla ella nunca se negaba a ver su cara, luego podría llamarlo idiota molesto si quería, pero extrañamente siempre trataba de tener disponibilidad para tratar con cualquier cosa que el estuviese planeando, si en ese momento no podía atenderlo por sus otras responsabilidades sutilmente le decía que viniese en otro momento, era raro pero a pesar de que ella siempre afirmaba que el era el ser más molesto sobre la tierra, siempre tenía o sacaba tiempo para el, ya sea para probar sus platos, escuchar sus tonterías o regañarlo por ser un irresponsable.

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⏰ Última actualización: Aug 05, 2021 ⏰

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