Sé que no quieres decirme lo que te molesta porque no quieres hacerme sentir mal, pero te desespera que sea demasiado; demasiado sensible, demasiado sentimental, demasiado cariñosa, y que quiera recibir de ti lo mismo que te doy. No te culpo por eso, incluso yo misma me desespero a veces, y a diferencia de mí, tú no tienes por qué lidiar conmigo.
Esperar recibir lo mismo que yo doy siempre me ha representado un problema,sigo creyendo que las personas tienen el mismo corazón que yo, que demuestran su amor de la misma manera que yo y que sienten lo mismo que yo, pero no es así y contigo no podría ser más diferente. No me mal entiendas, tienes una forma de querer muy pura y sincera,pero no eres muy bueno demostrando tus afectos. Siento que está bien ser exactamente cómo soy solamente cuando tú lo quieres, y lo lamento pero no puedo conformarme con eso.
Sé que me quieres, y tú sabes que yo te quiero, sin embargo cada día me convenzo más de que nuestras formas de querer no son compatibles. Siempre he sabido que somos diferentes, polos opuestos, y de alguna extraña manera que no termino de entender, terminamos siendo demasiado similares; creí que funcionaria porque nos entendíamos bien, éramos capaces de aceptar las diferencias del otro y discutirlas pero hay cosas que por más que queramos no podemos hacer encajar.
No puedo pretender que no me duele que muestres indiferencia un día y al otro quieras ir al otro lado del mundo por mí, tampoco puedo fingir que no noto cómo te molesta mi sentimentalismo y mucho menos puedo hacerlo a un lado. No hay un responsable de esto, sólo que nuestras piezas no terminaron de encajar.
Desde el principio hablamos de no forzar las cosas, de dejar que se dieran naturalmente y en el momento en el que dejasen de hacerlo simplemente dejarnos ir. Me arrepiento y me agradezco cada día por haber hecho esa promesa; por un lado me encantaría que nos esforzaramos por ajustarnos el uno al otro, tambien te diria que el amor no se trata de encajar perfectamente con la otra persona, que ese solo es un invento que las novelas nos han hecho creer y que podemos resolverlo juntos; pero por otro lado te conozco lo suficiente para saber que ni en un millón de años estarías dispuesto a luchar por mí, porque tú no eres así.
Al pensar en todos los momentos que hemos pasado juntos no quiero ni considerar el dejarte ir, el perderte, me aterra; porque tú lograste entenderme de una manera que nadie más había hecho, te quiero como nunca he querido a nadie y me ayudaste a conocerme aún más. Por eso mismo, quiero que dejemos de engañarnos de una buena vez, para terminar con la cabeza en alto tal y como empezamos, sin contaminar lo que un día tuvimos y se nos está terminando ahora.
Odio sentir que sólo yo veo venir nuestro final, pero en el fondo sé que tú también lo ves, lo que no termino de entender es por qué entonces seguimos aferrados a algo que no funciona, sin querer repararlo pero sin querer soltarlo.
El momento en el que comenzamos a callarnos cosas, a ocultarlas, fue cuando comenzó el inicio de nuestro fin. Solíamos resolver todo lo que se nos pusiera enfrente pero cuando hablar se convirtió en sinónimo de pelear entonces dejamos de hacerlo creyendo que nos hacíamos un bien, cuando en realidad solo nos poniamos una trampa que eventualmente, nos hizo caer.
Me encantaría ser capaz de hablar contigo, decirte cómo me siento, que me digas lo que sientes y encontrar la manera de estar juntos; la cosa es que ni siquiera cuando estamos "bien" me siento cómoda contigo, no soy lo suficientemente fuerte para soportar tus cambios de humor tan drásticos, ni tu aparente indiferencia.
No podemos seguir aferrándonos a algo que cada vez se desmorona más y más delante de nuestros ojos, y seguir engañándonos creyendo que de pronto un día todo estará bien de nuevo.
Quizás tienes razón, no es que algo esté mal, y tal vez por eso es aún más difícil aceptarlo, pero ya no somos los mismos de antes; nuestras metas apuntan hacia direcciones diferentes, nos llevan hacia caminos completamente separados y mientras más avanzamos hacia ellas, más se hace notar la barrera que hemos construido entre nosotros.
Hoy decido dejarte ir, aunque sea la decisión más valiente y dolorosa que he tomado, aunque sienta como mi pecho se parte por la mitad mientras termino de escribir estas palabras; pero lo hago por ti, por mí y por lo que algún día fuimos.
