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Un niño de 9 años se encontraba sentado llorando en uno de los callejones de la ciudad, no se sabía exactamente el porque, pero debía tratarse de algo grave.Sus cabellos eran castaños y despeinados, ojos azules grandes y de rasgos finos. Su ropa parecía vieja y desgastada, se podía notar que estaba algo sucio y delgado, tal vez hasta desnutrido.
Un hombre a lo lejos lo miraba fijamente, una sonrisa maliciosa se formó en sus labios antes de caminar en dirección hacía el menor.
-¿Porqué lloras niño?-le preguntó fingiendo amabilidad.
El pequeño no respondió de inmediato. Recordó las palabras de su abuela:
»Nunca debes hablar con extraños«
Pero estaba tan desesperado de encontrar ayuda que una vez pudo tranquilizarse un poco, finalmente hablo:
-Mi abuelita está muy enferma y necesita ser hospitalizada...pero cuesta mucho dinero...y yo no tengo ni donde caerme muerto...-las lágrimas no dejaban de caer, apenas podía articular palabra.
-Oh pequeño, no sabes cuanto me apena oír eso, ¿A caso no tienes padres o alguien que pueda apoyarte?.
-No...mis padres murieron hace tiempo...solo me queda mi abuelita...ella es la única familia que tengo-decía entre sollozos.
El hombre sonrió en sus adentros, no había duda de que había encontrado a la persona perfecta, a la presa perfecta mejor dicho.
-Yo puedo ayudarte pequeño-se arrodilló para quedar a su altura -si me dejas.
-¿Eh...?
El pequeño niño lo miro incrédulo, con sus ojitos cristalinos. No podía creer que existieran personas tan bondadosas en el mundo. No después de haber intentado conseguir trabajo en todos lados y que esto se le fuera negado rotundamente.
Si este hombre le estaba ofreciendo ayuda, por muy mala idea que fuera, era la única opción que tenía, ¿No es asi?.-Déjame ayudarte a pagar los gastos, ¿Si?-estiro la mano para tocar su hombro.
-Pero....
-Consideralo como un acto de caridad-le sonrió.
-¿De...verdad?-Se secó las lágrimas con la manga de su suéter.
-¡Por supuesto que sí! Ven, vamos con tu abuelita.
-Esta bien-asintió.
-Mi nombre es Alexander-Se presentó-Y tú, ¿Cómo te llamas?.
-S-sora...-dijo tímidamente.
-¡Muy bien, Sora!.
El niño se puso de pie dispuesto a seguir a aquel extraño que le había ofrecido su ayuda.
Aquello solo fue el inicio de un terrible destino...
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Los años pasaron y aquel hombre de nombre Alexander se había ofrecido a darles todo el dinero que necesitaran. Así que por un tiempo no les faltó nada y fueron felices.Pero detrás de su amabilidad se escondía un propósito perverso.
Un día la abuela de Sora falleció sin remedio, tal vez, debido a su avanzada edad. El niño, que ahora ya estaba entrando en la pubertad, pues le faltaba muy poco para cumplir los catorce años, entro en una terrible depresión ya que ahora se había quedado completamente solo.
Alexander iba muy seguido a la casa del chico, y cuando se dio cuenta de aquella perdida, no dudo ni un segundo en pagar nuevamente todos los gastos, así como también intentar animarlo.
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Ma dépendance c'est toi [SoRiku] Omegaverse
FanfictionSora, un niño pobre y huérfano, cae en la sucia trampa de un hombre. Quien, después de ofrecerle su ayuda, lo termina encerrando y condenando a una mala vida llena de sufrimiento. Un sitio donde tendrá que trabajar arduamente para pagar su deuda. Co...