I: Desde El Purgatorio

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Narrador:
Ban ya tenía tiempo de estar en el purgatorio, aunque era tanta su desesperación que esta vez se había convertido en una criatura más de los que habitaban en el purgatorio, luchaba contra las demás bestias que habitaban ahí y sobrevivía como podía... Eso hasta que derrepente, viendo toda la lava que había en el lugar, se acordó de ella...

«Yo protejo la fuente de bandidos como tú... ¿Por qué querías robar la fuente?... Desearía que Ban prefiriera robarme a mi en vez de la fuente...Yo... estaba muy feliz...» escuchaba las palabras de Elaine que retumbaban en su cabeza, fue entonces que volvió a la normalidad...

Narra Ban:

Ban: ¿Qué estaba haciendo? Por poco me convierto en una de esas cosas— me dije a mi mismo un poco sorprendido— ¿Cuántos años han pasado desde que llegué? No, ¿Cuántos siglos? ¡Capitán!... ¡Aisha!... ¡¿Dónde están?!.. ¡Respondan!.—grité esta vez para ver si obtenía respuesta... No fue así, no tenía más remedio que seguir caminando para obtener respuestas.

Narra King:
Estábamos ya en camino hacia dónde estaban la princesa Elizabeth y Estarossa.

King: Gracias por ayudarnos a rescatar a la princesa Elizabeth—dije dirigiendome hacia Derieri.

Derieri: Ese no es mi único objetivo, no perdonaré a Estarossa—dijo muy seria.

Sariel: No obstante, ¿A dónde se dirige?

Tarmiel: No importa, debemos vengar a Mael para terminar la Guerra Santa.

King: No sé por qué Estarossa secuestro a la princesa Elizabeth, pero es demasiado inestable y poderoso... ¡Tenemos que darnos prisa!

Narrador:
Mientras ellos se dirigían por su cuenta hacia dónde estaban Elizabeth y Estarossa, alguien más se acercaba con ellos...

Hawk: Los alcanzamos, sí que vuelan rápido—dijo un tanto sorprendido.

Gowther: Lamento haberte pedido esto...

Hawk: ¿Por qué querías ir tras ellos?—preguntó un poco extrañado. No respondió a lo que él le había preguntado...

«Debo cumplir con algo, aunque me cueste la vida» dijo para si mismo en su mente.

Narra Aisha:
Nuevamente me dolía la cabeza, seguía encerrada en un cubo perfecto en el cual Chandler me había encerrado, él cuál no tenía dificultad alguna en deshacerlo gracias a las lecciones que en algún momento me había dado Merlín, pero aún así, no me servía de nada escapar, aún sentía cierta inestabilidad y dolores de cabeza repentinamente.
Fue entonces que pude sentir a la ligera los poderes de Merlín, Escanor y otros poderes que estoy segura que ya había sentido antes, solo que un poco más débiles, a excepción de uno que sobresalía de ellos y estaba segura que lo conocía, pero no recordaba de quién era.

Aisha: ... Están aquí...—dije a mi misma aún quejándome un poco por el dolor de cabeza—Lo ideal... Sería esperarlos, ¿No es así? Por favor Merlín...

Narra Merlín:

Margaret: Sólo hay una manera de salir de aquí, matar al amo de este territorio, a Meliodas—dijo con cierto desprecio.

Merlín: Hay otra forma, hacer que Meliodas vuelva a la normalidad...—les dije a los demás para que pudieran estar más tranquilos, fue entonces que percibí sus pensamientos—Aisha...—dije en voz baja.

Narrador:
Mientras tanto, Zeldris, Chandler y Cusack veían hacia el enorme capullo en el que estaba Meliodas.

Chandler: ¡No esperaba menos del Señorito Meliodas!— dijo con mucho entusiasmo— Ojalá la señorita Aisha pudiera ver esto.

La Mejor Amiga de Meliodas 4: El final de la historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora