El ramo había sido lanzado a toda la muchedumbre. Stephie estaba radiante con su vestido, igual que Jorge a su lado.
Tini sintió cómo una imágen llegaba a su cabeza al verlas a ambos besarse.
Negó confundida ante es imágen y sonrió, no quería responder ningún cuestionario de nadie. Mucho menos de Cande, Sthepie o Jorge.
Se levantó de la silla y decidió acompañar en un baile a Cande que estaba sola.
-¿Todo bien? -preguntó Tini. Cande la miró y sonrió mientras asentía.
-Sí, si... -dijo y miró a la pista de baile.
Tini sonrió. Le tendió una mano y Cande la tomó.
Ambas fueron a la pista, mientras ponía un tema digno de bailar.
Esa noche, se pasó en todas y disfrutar todo.
Esa noche si que fue buena, sobretodo para lo que se vendría.
•••
Bajaron de aquel avión con una sonrisa. Tini no negaría que se sentía como el mal tercio, pero Sthepie y Jorge lo disimulaban bastante bien.
Luego de tomar un auto, bajaron para entrar a el hotel tan esperado. Tini tenía una habitación individual y dos pisos más arriba que la de Sthepie y Jorge.
Ambos antes de bajarse del elevador, le dieron una cálida sonrisa, aclarando que cualquier cosa que necesitara, los llamara.
Cande no vendría hasta dentro de dos semanas y Tini no iría con Jorge y Sthepie a algún lado. Claro que no, después de todo es SU luna de miel, no mía.
Salió del elevador y abrió la puerta que correspondía a el número que tenía su llave.
Entró y tras ella cerró la puerta.
Era bastante acogedor el lugar. Tenía una pequeña terraza que daba de mirada a la Torre Eiffel, unos pequeños sillones que parecían ser muy cómodos y todos los colores eran en tonos cálidos.
Sonrió y se acercó a servirse un café.
La luna de miel, hasta dónde ella sabía, iba a durar tan solo tres meses.
Sintió demasiada satisfacción al saber que podría recorrer todo París en tres meses. Sirvió el café en una taza y fue a la terraza para tomar mientras miraba la Torre Eiffel y como el Sol se escondía, dando paso a un hermoso atardecer.
Sonrió.
Claramente serán unos lindos tres meses...
•••
Ya había pasado una semana y podía decir firmemente que adoraba todo lo que había visto.
En ese momento, se encontraba en un pequeño bar. No había mucha gente, pero estaba segura que el cantante tenía una de la mejores voces que había escuchado en su vida.
Sonrió y se sentó en una mesa bien oculta del ojo público.
Estaba cantando una canción que le resultaba un poco conocida.
«No me salen las palabras,
para expresarte que te quiero
No sé cómo explicarte,
que me haces sentir
Como si fuera el verano,
y el invierno no existiera
Como se separa todo
Y con esa sonrisa,
que cambia la vida
Miraste hacia aquí,
y ya no puedo contemplar
Que tú no seas la que me ama...Y cómo mirarte,
esos ojos que me dejan en enero
Cuando sé que no son míos y me muero
El destino no nos quiere ver pasar.
(Oh)
y cómo decirte,
que no quiero que este amor sea pasajero
Que de pronto se dé un día y yo te espero
El destino no nos tiene que importarY cómo olvidarte,
si la vida me enseñó que vas primero
No me importa la distancia, yo te quiero.
Y al final sé que a mi lado vas a estar
Voy a esperarte, cuando se ama de verdad
No existe el tiempo
Y te juro que no es el final del cuento
El destino no nos puede separarCómo mirarte...»
Aplaudió con una sonrisa.
—¡Gracias! Merci! —dijo ese hombre con una sonrisa cálida.
Tini sintió su corazón bombear con fuerza.
El chico se sentó en una mesa cercana a Tini y ella, luego de varios minutos de pensarlo mucho, decidió sentarse a su lado.
—Me gustó mucho como has cantado. —dijo Tini sonriente mientras se sentaba en aquella mesa.
—Oh... Gracias. —dijo y sonrió agradecido.
—Me llamo Martina, pero también podés decirme Tini. —se presentó ofreciendo si mano, que el chico aceptó.
—Bueno, Tini, mi nombre es Sebastián. —dijo y estrecharon sus manos con una sonrisa ambos.
•••
Tini sonrió con gracia.
—Entonces... Eres cantante pero te restiraste luego de... ¿De qué era? —preguntó lanzando una carcajada y Sebastián solo negó divertido.
—Problemas familiares. —dijo y Tini asintió.
—Pero cuado viniste a Francia, te dedicaste a ir por ahí para cantar. —dijo Tini y Sebastián asintió.
—Exacto. —felicitó.
—Bien... —sonrió Tini. —Aquí me despido. El hotel está más adelante y puedo caminar sola. —dijo con una sonrisa. Sebastián asintió y se despidió antes de irse.
Tini caminó despejando su mente de todo, cuando recordó que no faltaba tanto para que llegara Cande a Francia.
La había extrañado horrores. Seguramente, cuando llegue y se haya instalado, pueda contarle de cierto chico llamado Sebastián.
Cande la entendería en todo. Estaba segura de ello.
•••
¡Holis!
Bien, juro que traté de escribir rápido el capítulo.
En realidad, lo que ustedes leen, es el capítulo maso menos editado, pero quizá de escribir se terminó mucho antes de publicarlo.
O sea, yo escribo, edito y ahí publico. No hago todo desordenado como con la primer temporada (que creo necesita de una edición, ¿verdad?).
Espero que se encuentren perfectamente bien y si no es así, pueden decirme lo que sea.
¡Amo que comenten y pregunten y me digan que les está gustando la historia! (También me gusta que me pidan que publique, ya que me ayudan a seguir escribiendo).
Gracias, en serio.
¡Adiosito!🌻
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❛❛Un Reencuentro - Yatrini❜❜ [En Proceso]
FanfictionSegunda temporada de ❛❛Instragram- Sebastini❜❜. Es importante leer la 1 temporada para entender ésta. :) __________________________________________________ Luego de que hayan pasado dos años desde el accidente, la familia de Tini pierde toda esperan...