Capítulo 1

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Los alumnos de la clase de heroes 1A perteneciente a la UA  destacan entre el resto de la gente. No sólo por sus asombrosos quirk. Si no, por las actividades que realizaban fuera de la escuela. Las habilidades que tenían al pasar todas las pruebas a los que se enfrentaban. Sus buenas estrategias. Su elevada capacidad para amoldarse a la situación. Pero sobretodo, su humildad. Demuestran siempre lo que pueden llegar a hacer con tal de ayudar a la gente a su alrededor.

Justo como hoy están haciendo. Poniéndose de acuerdo una semana antes. Habían dividido el grupo en dos, pues no habían muchos problemas que los héroes profesionales no resolvieran. Las personas agradecían cada que los jóvenes futuros héroes iban a ayudarles. Los estudiantes satisfechos festejaban otro nuevo trabajo, tomando esa ayuda como experiencia para un futuro.
Al terminar siempre se venían juntos, por seguridad, pues, aunque eran próximos héroes, había peligro en las calles.
Esta vez, la lluvia los alcanzó. Todos estaban corriendo hasta llegar a un pequeño parque, refujiandose en un kiosko pequeño que había en medio. La lluvia aumentaba minuto a minuto. Si seguían ahí pescarian un resfriado. A gritos, pues si hablaban con un volumen normal no lograrían escucharse entre ellos, peopusieron buscar un mejor refujio. El que logró convencer a todos fue el chico de dos colores. Había mencionado que su casa quedaba a unas cuadras del parque, si corrían, podrían llegar sin mojarse mucho. La mayoría de los presentes aceptaron inmediatamente en cuanto escucharon que no estaba lejos. Otros, en cambio, estaban nerviosos, pues, además de que irian a la casa de uno de los mejores de la clase, irían a la casa del héroe número uno actualmente. Endeavor.

Tardaron unos minutos en llegar a la casa, mansión para la mayoría. Algunos se quedaron afuera, viéndo la decoración con la boca abierta, hasta que les llamaron a entrar. Uno a uno fue entrando, siendo primero el que vivía ahí. Dejando un rastro de agua donde estaban.

Todos se quedaron viendo a la linda chica que salió de alguna de las habitaciones, directo hacia su compañero. Le reclamaba por haber llegado mojado y le advertía de un posible resfriado. Después se fue.

Una vez todos estuvieran secos, con ropa seca puesta, claramente prestada, ayudaron a su anfitrión improvisado a acomodar futones y mantas acolchonadas por todo el suelo de la habitación del bicolor. Algunos tendrían que compartir. Por suerte, había suficientes "camas" para que las chicas tomarán una cada una, y los chicos compartieran las demás.

La mayoría no tenía sueño, haciendo que todos participaran en actividades, como si fuera una pijamada. El juego que se eligió fue la famosa "botella". Y más de uno se sorprendió cuando Todoroki Acepto jugar, alegando que nunca lo había hecho. Pero lo más sorprendente fue que su compañero explosivo Aceptó, sin quejas.

Mina fue la primera, tomando la botella para después empujarla sin fuerza para que esta comenzara a girar sobre su eje. La cola de la botella apuntaba hacia Kisishima, y la punta hacia Uraraka. Eso significaba que la castaña tenía que sacarle una verdad o darle un reto al pelirrojo postizo, dependiendo de cuál eligiera este.

-Reto.- No espero a que si quiera le preguntaran que escogería. Soltó la respuesta emocionado, pues según él, escoger verdad no era muy varonil.

Uraraka se acercó hacia Mina y Asui para que le ayudarán con el reto. Unos minutos después, tenían a Kirishima imitando voz de mujer por el resto del juego.

Pasaron el rato, hasta que la cola de la botella apuntó hacia Todoroki, y la punta en Iida. Todoroki le indicó que cualquiera de los dos estaba bien. Iida acomodó sus lentes sonriendo.

-Mi momento ha llegado.- Una de sus manos se estiró  velozmente hacia donde el bicolor se encontraba. Señalando algo detrás de él. -¿Para qué estás ahorrando tanto dinero?-

Todos los presentes voltearon para mirar hacia donde su compañero señalaba. Una repisa de madera sostenía varios tarros de vidrio transparente llenos de monedas y algunos billetes. Abajo había una mesa del mismo material que la repisa, con unos cuantos tarros más. Unos llenos, otros vacíos y uno que estaba por llenarse.

La curiosidad de todos despertó. Era demasiado dinero como par a ser sólo un pasatiempo del bicolor. Por sus cabezas pasaron lo que un adolescente normal deseaba. Un auto fue lo que la mayoría pensó. Un videojuego. Una computadora. Un celular. Olvidaron completamente de quien estaban hablando.

-Oh- Comenzó a decir el bicolor. Ocasionando que todas las miradas se posaran en él. Esperando la respuesta con ansias. - Es para mi boda.-

Las bocas de todos calló al suelo. De casi todos. Bakugo simplemente se les quedó viendo la reacción. En cambio, los que conformaban el Bakuesquad estaban asombrados. Mirándose unos a otros. Como si hubiesen encontrado la cura del cáncer.

Pasaron unos minutos para que los demás salieran de su asombro. Haciendo preguntas rápidamente al dueño de la casa. Principalmente los integrantes del Dekuesquad. A excepción de Todoroki, quien era el que respondía.

-¿Para tu boda?- Preguntó Uraraka, confundida. Pero hablaba por todos los demás que estaban curiosos.
La respuesta inmediata por parte del medio albino fue un asentimiento con la cabeza. Pero eso no fue lo que los dejó aún más asombrados. Si no, la frase que vino después. -Mi boda, estoy conprometido.-

Si antes, el trance al que entraron fue fuerte. Este lo era mucho más. Estaban tan desconectados del mundo como para percatarse que alguien tocó la puerta de la habitación. Todoroki, Bakugo y el resto del Bakuesquad fueron los únicos acuerdos, aunque estos últimos estaban también afectados, podían prestar atención a su alrededor. Pero esto no era mejor. En la puerta corrediza, justo en la parte abierta, se asomaba el héroe número uno. Provocando que sus ojos se abrieran a más no poder.

Los ojos del héroe profesional recorrieron la habitación hasta dar con su hijo.

-Shoto, apaguen las luces. Mañana tienen escuela, tienen que dormir.- Un asentimiento por parte del bicolor fue la respuesta que el mayor recibió. Diciendo un buenas noches, decidió salir de la habitación. Pero antes de cerrar la puerta por completo, volvió a asomarse. Esta vez, su mirada iba dirigida al rubio ceniza que estaba al lado de su hijo. - Que gusto volver a verte, Bakugo. Duerman bien.- Y por si fuera poco el que Endeavor conociera, y además, saludara al chico explosivo del salón, le regalo una sonrisa.

Los demás integrantes del Bakuesquad voltearon a ver a su líder como si le hubiera salido otra cabeza. Sin embargo, ni Bakugo ni Todoroki les prestaron atención. El bicolor apago las luces, como se le fue indicado. Y el rubio ceniza se acostó en una de las colchas. Que compartió con el bicolor, pues le dejó su cama a las chicas.

Perdón por los errores de ortofrafía.

Un tarro en sus habitaciones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora