Capítulo 3

537 76 7
                                    

Todos los alumnos de la clase 1A perteneciente a la UA estaban en sus respectivos asientos... o al menos la mitad de este. El reciente grupo auto-proclamado Chismesquad estaba reunido en la esquina del salón, su profesor aún no estaba presente, así que decidieron seguir con el reciente descubrimiento de esta mañana, formando un circulo mientras algunos asomaban la cabeza para mirar a su compañero/amigo de cabello bicolor, lo miraban tan "disimuladamente" que terminó enterándose de estas miradas, poniéndolo incomodo y mirando a otro lado, obviamente, los del grupo creían que al no estar mirándolos significaba que no lo había notado.

Un suspiro salió de los labios del de cabello bicolor, siendo notado inmediatamente por el rubio ceniza que, a palabras del grupo, casualmente estaba en el banco al lado de Todoroki.

-Oe, bastardo ¿Por qué el suspiro?- Bakugo intentó mostrarle su preocupación con esa frase, aunque a muchos no les pareciera así pues sonaba como normalmente hablaba, sin embargo, Todoroki notó perfectamente el cambio en la voz del rubio ceniza. 

El hijo de Endeavor simplemente apoyo su cara en su palma, mostrando un poco de preocupación en su rostro. Sus ojos heterocromáticos se posaron en los rojizos del contrario.

-Creo que tengo algo en la cara.- Con su mirada, señaló al grupo que se encontraba aún hablando de él, señalándolo y mirándolo. -No han dejado de mirarme.- 

La mirada del rubio ceniza dejó de ver al bicolor para mirar con molestia al grupo, lo cual fue un completo error, pues ahora las miradas se posaban en él. Su ceño se frunció y pareciera que una vena iba a explotarle en la cabeza, sus manos se abrieron como siempre lo hacían cuando amenazaba a alguien.

-¡¿Qué miran, jodidos extras?!- Sus gritos pararon en cuando notó como todos los integrantes del grupito dejaron de verlo para intercambiar miradas y una sonrisa algo tenebrosa, incluso Iida estaba haciendo eso. En menos de un minuto, el rubio ceniza ya estaba siendo jalado por Kirishima y Mina, llevandolo a rastras hasta la esquina. -¡¿Qué putas les pico?! ¡No me uniré a ninguna secta!- Sus gritos fueron callados por la mano del pelirojo postizo, mientras su auto-proclamada amiga: Mina, se acercaba a él con una sonrisa.

-¡Blasty! Estos días has estado muy cerca a Todoroki, necesitamos que nos ayudes en algo.- Una ceja se enarcó en el rostro del chico explosivo, aún seguí sin poder hablar. La chica rosa miraba a sus compañeros que sólo asintieron para que continuara. -Dinos el nombre de la persona con la que Todoroki-kun va a casarse.-

El rubio ceniza apartó el brazo de su amigo, empujándolo sin medir su fuerza (no lo hizo muy fuerte, pero si con algo de fuerza), no podía creer que sus compañeros fueran tan tontos y salvajes como para secuestrarlo de su lugar y traerlo hasta la esquina del salón sólo por sospechar que él sabía algo del chisme. Su mirada se posó en los integrantes del Dekusquad que se encontraban ahí. 

-¿No se supone que es su amigo? ¿Por qué no lo saben?- Su enojo incrementó un poco más por el interés en algo personal en la vida privada del de cabello bicolor. -Además ¡¿Qué les hace pensar que yo sé con quién se casará el bastardo dos colores?!-

-¿Entonces no sabes con quién se casará?- Su enojó aumento aún más por la voz del de cabello verde, le molestaba la hipocresía que mostraba él, la cara redonda y el robot ciego que mostraban al estar interesados sólo en ciertos aspectos de la vida de Todoroki. A estas alturas ellos ya deberían saber la persona con la que su "amigo" estaba por unir su vida eternamente, recuerda varias veces en la que el bicolor le platicaba a él que intentaba tocar ese tema con los tres, pero siempre algo le interrumpía: Un maestro, un mal clima, una tarea que se tenía que entregar, o simplemente uno de ellos lo interrumpía.

Una sonrisa apareció en su rostro mientras veía a los que lo rodeaban con inferioridad. -Claro que lo sé, pero no merecen saberlo.- Aún con la sonrisa, dio media vuelta para regresar al lado de Todoroki, mientras que los demás se le quedaban viendo con asombro. Uraraka, Iida y Midoriya se sentían dolidos, pues Bakugo sabía y ellos que, a sus palabras, eran amigos del heterocromático, no lo hacían. Decidido y con el ceño un poco fruncido, Midoriya interrogaría a Todoroki para exigirle la información que, según él, por derecho debería saber.



Creo que este capítulo me quedó un poco más corto de lo normal... lo siento. Bye.

Un tarro en sus habitaciones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora