El suelo se acercaba cada vez más a la cara de Leire, intentó parar la caída de algún modo pero no era posible. Entonces el coche golpeó el suelo.
Los ojos llorosos de Leire se abrieron al no sentir el golpe que se imaginaba, había tenido suerte por esta vez, había caído en un rio. Una roca se acercó rápidamente al parabrisas del coche, que al estamparse contra esta se rompió en mil pedazos. Los pequeños cristales chocaban contra la delicada piel de Leire haciendo que esta se abriera y sangre emanará de sus múltiples heridas.
Cuando el agua empezó a inundar peligrosamente el coche, la de hebras rizadas intentó abrir la puerta trasera de este. Al no conseguirlo decidió salir por la abertura que había causado la roca al impactar con el coche.
Salió del coche y nadó hasta la superficie, saliendo del agua a un segundo de la inconciencia. Su mundo daba mil vueltas y es entonces cuando todo se volvió negro.
30 minutos después...
Un fuerte ruido despertó a Leire. La chica se sentó en la arena y miró a su alrededor. Descubrió que el ruido había sido un árbol que se estampaba contra su antiguo coche. Leire se levantó y se dirigió hacia un arbusto con unas bayas que parecían comestibles.
-Supongo que tendré que buscar comida y agua, porque si lo que le ha pasado a mi familia ha pasado por todo el mundo, dudo mucho que alguien venga a buscarme - pensó en voz alta mientras que cogía toda las bayas que podía y las metía en su mochila.
De repente otro ruido sonó, algo parecido al sonido que hacen las serpientes cuando se deslizan por el suelo, pero sabía en su interior que ese no era el causante del extraño ruido.
La niña miró hacia su derecha observando como un pequeño fuego había empezado alrededor del coche varado en la hierba. Leire dirigió la vista hacia la gasolina desparramada por todo el suelo y vio como el fuego llegaba al árbol, haciendo que saliera de su shock inicial.
Empezó a coger agua con un cubo que vio cerca de allí y a echarlo por encima del incendio recién empezado pero no ayudaba en nada, más bien lo empeoraba el fuego se hizo más grande y llegó a otro árbol y luego a otro y luego a otro. Leire no sabía que hacer así que hizo lo único razonable que se le pasaba por la cabeza: correr como si no hubiese un mañana. Porque la verdad era, que si no se iba de allí no abría un mañana o al menos no para ella.
Corrió mientras un fuego increíblemente rápido la seguía de cerca estaba mirando hacia atrás cuando se chocó con algo cayendo de culo al suelo. Levantó temerosa la mirada y se sorprendió con lo que tenía delante suya. Era una especie de masa negra de la que salían pinchos, con dos cuernos enormes en vez de orejas y unos ojos tan negros como vacíos. El monstruo de 5 metros se acercó furioso a Leire y la levantó del suelo, cogiéndola del pie derecho.
-¡Déjame en paz! - gritó la pequeña lo más alto que pudo mientras la masa la zarandeaba de un lado a otro.
El monstruo obedeció tirándola desde 4 metros de altura. Leire gritó aterrada mientras veía como el suelo se acercaba a su frágil cabeza. Cerró los ojos y quedó inconsciente en el suelo mientras de su cabeza salía un pequeño rio de sangre.
Mientras tanto en otro lugar...
Las cuatro compañeras estaban alucinando, ¡había otra superviviente! Estuvieron unos cuantos minutos encerradas en sus pensamientos cuando Valeria habló:
-¿Entonces nos vamos a ir a buscarla?
-Si claro, no podemos dejar a alguien solo. Cuando despierte la chica de abajo salimos a buscarla. - dijo Paulette mientras se iba hacia la puerta, no sin antes meterse la nota en el bolsillo y empezar a bajar las escaleras.
Las demás estaban bajando cuando oyeron un ruido que provenía de la farmacia.
-¿Paulette? ¿Qué ha sido ese ruido? - preguntó Claire.
-Se habrá caído algo, nada más. Coged vuestras mochilas y llenadlas de provisiones mientras intento despertar a la chica.
-Vale - dijeron todas al unísono.
Tardaron cinco minutos en llenar las mochilas. Todas estaban ahora reunidas en el suelo de la farmacia donde la chica de pelo y ojos marrón oscuro empezaba a despertar.
-¿Dón-Dónde estoy? - preguntó asustada.
-Tranquila, te hemos encontrado debajo de un coche y te hemos traído hasta aquí - dijo Paulette intentando calmar a la adolescente. - Vamos a hacer una cosa, dime tu nombre y que es lo último que recuerdas antes de despertar aquí.
-Yo... - empezó la de ojos marrones- Mi nombre es Camila. Lo último que recuerdo es que iba con mis padres en el coche y de repente como que empezaron a... ¿brillar? Y luego desaparecieron, me choqué con otro coche y me desperté aquí. Aunque supongo que eso no es posible, ¿no? No tiene sentido.
Las demás se miraron entre ellas.
-Eh... - empezó la mayor del grupo indecisa sobre como empezar. - Siento mucho ser yo la que te lo diga pero... todo eso es verdad, sucedió quiero decir.
Camila la miró con preocupación en los ojos mientras las demás se miraban incomodas.
-No puede ser, ¿cómo es eso posible?
-No lo sé pero hasta que lo averigüemos y logremos volver a la normalidad, estamos reuniendo a los supervivientes. - dijo Claire mientras que se acercaba a la quinceañera.
Valeria se alejó del grupo dirigiéndose al piso de arriba de nuevo.
"¿Por qué tiene que estar pasando esto? ¿Dónde estará todo el mundo? ¿Dónde estará mi familia?"
Esas eran las preguntas que no paraban de rondar por la cabeza de la niña la cual se sentó en el piso y empezó a llorar, preocupada, angustiada pero sobretodo asustada.
-Hey, ¿qué te pasa Vale?
Valeria se giró hacia Claire la cual estaba en el marco de la puerta de la casa donde la de ojos azules estaba llorando.
La niña no contestó, solo abrazó más fuerte sus rodillas a lo que la de pelo marrón clarito se acercó a ella, sentándose a su lado y pasando su brazo derecho por sus hombros.
-Tranquila, todo va a salir bien.
En ese momento las niñas oyeron unas pisadas, por lo que se levantaron rápidamente, Claire ayudando a la de 8 años a secarse las lágrimas. Paulette entró a la habitación, buscándolas.
-Hola - dijo la pelinegra mientras sonreía apenada al ver el estado de la de pelo marrón oscuro - Nos vamos ya, bajad en cuanto podáis por favor chicas.
Y dicho esto la de ojos negros como la noche salió de la habitación, bajando las escaleras para reunirse con el resto de sus compañeras.
Varios minutos pasaron hasta que Claire y Valeria bajarán, pero en cuanto hicieron salieron de la farmacia rumbo a Hill Town. Las tres mayores iban hablando adelantadas mientras que Valeria intentaba animar a Camila.
-¿Estás segura que estamos yendo a Hill Town? Es que no me suena para nada este camino Malia - preguntó la mayor del grupo insegura mirando a su alrededor.
-Tranquilízate, vamos bien. Yo nunca me pierdo.
-Eso suena a qué nos hemos perdido - comentó la de ojos grises.
-Claire... Si, tienes toda la razón, estamos perdidísimas.
Todas suspiraron parando de caminar girándose para avisar a las otras de su situación, pero al hacerlo no había nadie.
-¿DÓNDE ESTÁN? -gritó Paulette mientras que las buscaba con la mirada.
Mientras la pelinegra y Claire las buscaban, Malia se separó del grupo caminando lentamente hacia el barranco que estaba al lado de la carretera. Se asomó pudiendo observar, el valle que estaba abajo en llamas y algo que la dejó en shock: El cuerpo de una niña pequeña tirada en el suelo con un hilo de sangre saliendo de su cabeza, estando esta rodeada por una especie de monstruos gigantescos hecho de algún tipo de masa negra, cuernos en vez de orejas y ojos negros como la noche.
-¿Eh...chicas? Tenemos un problema.
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Abandonadas
Teen FictionA veces, un día normal, puede transformarse en cuestión de segundos, al día donde perdiste todo lo que tenías. Y esta es una de esas veces, donde Valeria, Leire, Claire, Paulette, Camila y Malia, tendrán que sobrevivir PASE LO QUE PASE Portada en h...