La partida maldita

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Yo era un chico de 14 años llamado Roberto y tuve la peor experiencia en videojuegos. Sin más, aquí les dejo mi historia.

Estaba sentado en una banca del colegio cuando de pronto aparecieron mis tres amigos muy entusiasmados: Juan, Mario y Pedro. Me contaron que en la Play Store había salido un juego llamado Free Fire, yo no sabía de qué se trataba así que los chicos me mostraron un video, me pareció bastante entretenido. Cuando llegué a mi casa tiré mi mochila, agarré mi teléfono y descargue Free Fire.

Mientras se instalaba yo miraba en mi computadora videos del juego. Luego de que se terminó de instalar, llamé por teléfono a mis amigos y les dije  que jugáramos unas partidas online. Escribí sus nombres para mandarles una solicitud de amistad y empezamos a jugar.

Ya iban a dar las 5:00 pm y como mi teléfono tenía 35% de carga, lo puse a cargar y me fui a dar un baño y a comer. Mis padres me dijeron que iban a ir a visitar al hospital a una tía mía, que estaba enferma y que regresarían al día siguiente. Un rato después hice mi tarea y justo cuando iban a dar las 8:00 pm, les dije a mis tres amigos que haría una pijamada. Llegaron como a las 8:30 pm y empezamos a jugar Free Fire; el tiempo transcurrió sin darnos cuenta, hasta que dió la 1:00 a.m. En todas esas horas nos habíamos vuelto Platino 2, pero había algo muy extraño en el juego pues ya no nos dejaba jugar en escuadra; lo único que podíamos jugar era contra escuadra.

De pronto, escuchamos por los micrófonos  una voz ronca:

—Van a jugar contra escuadra cada uno por 30 minutos, los que pierdan morirán y si no juegan morirán al instante.

Al oír eso empezamos a jugar pero Pedro, en una de las partidas, del miedo murió. Con lágrimas nos dijo que no perdiéramos el resto de las partidas; nosotros seguimos jugando pero Mario fue el siguiente en perder.

Solo quedaban 9 minutos, Juan y yo entramos a otra partida, ambos íbamos muy bien pero Juan murió porque lo atacaron por detrás. Todos se despidieron de mí.

De pronto, alguien empezó a pegarle a la puerta hasta que la rompió. Yo y mis amigos corrimos a mi cuarto pero Mario se tropezó en las escaleras. Juan, Pedro y yo nos escondimos abajo de mi cama, sin embargo Pedro lloraba muy fuerte y el intruso lo escuchó. Juan salió de la cama y saltó por la ventana; desafortunadamente alrededor de mi casa había trampas para osos. Cuando Juan cayó las trampas lo asesinaron.

Pedro y yo corrimos a la puerta de salida, pero Pedro se tropezó con el cadáver sin ojos de Mario. Yo salí de mi casa y me escondí detrás de un árbol; en el interior de mi casa sólo se escuchaban los gritos de Pedro pidiendo piedad, gritos que se desvanecieron en tan sólo unos segundos.

En ese momento, llegó a mi teléfono un mensaje que decía lo siguiente: Estoy detrás de ti, pero no te mataré porque tú sí duraste los 30 minutos de las partidas malditas. La próxima vez no tendrás tanta suerte.

Esto es lo que me pasó, ahora cada noche oigo pasos en el pasillo de mi casa. Ya le conté a mis padres pero me tachan de loco y me llevan a un psicólogo, si no quieren que les pase lo que a mí, nunca jueguen de nuevo Free Fire.

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