¡No soy una chica... Soy StarLord!

Sé mío... Peter.

Uno diría que ese momento duró mucho, o almenos lo suficiente para catalogarlo como un "momento" sin embargo no fue así. Apenas un par de minutos después de que habían vuelto a lo suyo, el cielo azul y despejado junto al brillante y cálido sol desaparecieron... El cielo estaba oscurecido y la lluvia no avisó cuando cayó sobre ellos y todo aquel pobre idiota que se encontrará afuera. No era la lluvia suave que cae al principio, era una tormenta pesada y furiosa.
Rocket y Quill no lo sabían, pero un par de ojos azules celeste ahora estaban oscurecidos luego de haber observado todo desde la lejanía. Siendo la tormenta su forma de hacerse notar.

Decir que Thor estaba muy molesto era poco, realmente poco. La liebre había caído de su maldita gracia, apenas lo tuviera cerca iba a ensartarle un palo para ponerlo al fuego y comercelo. Maldito roedor aprovechado, había tocado a Peter... Y por ello las cosas no se quedarían así...  Él besó primero a Peter, lo tuvo en sus brazos e incluso le hizo dormir sobre su pecho.  Peter es suyo, demonios. ¿Tan difícil era para todos entenderlo? Incluso la hija de Thanos se había retirado... No entendía porque sus compañeros de género se negaban a apartarse al carajo dejando a Peter para el. Sin embargo lo entenderían, iban a tener que entenderlo. Peter le pertenece ... Le pertenece desde que llegó y descubrió en sus ojos lo especial que era. Desde que despertó aquello en su pecho que le hacía estremecerse y enojarse. Thor ya consideraba a Peter su pareja, y aunque al principio no quería ir tan rápido para no asustarlo... Quería pretenderlo de forma correcta, ahora entendía que debía hacerlo rápido. Porque desgraciadamente no era el único en la fila. Aunque Peter no le hiciera caso a todos en ese sentido.
La situación no se repetiría, dormirían juntos... Comerían juntos, de ser posible tendría a Peter en su regazo a cada momento del día. Sobre el, entre sus brazos, con su cuerpo suave y cálido dándole calor...

Qué diablos... —Gruño rocket, levantándose y mirando a Peter que aún no se levantaba. La lluvia no podía importarle menos... Quería quedarse ahí. Sin embargo cuando hizo el intento de volver a acercarse, un rayo cayó casi alado de ellos... Esto era una maldita tormenta y terminarían muertos.— Quill levántate, vamos. Esto es peligroso

Adelantate, me quiero quedar aquí afuera. —Dijo Quill de pie, mientras los cabellos que se soltaron de las trenzas se aplastaban por el agua. Volvió a caminar adentrándose a la zona boscosa. Solo quería quedarse en el ambiente húmedo y fresco más tiempo. Ni siquiera dejo que el contrario le dijera nada cuando ya estaba entre los árboles.

Rocket no tardó mucho en irse, dejando a Peter. Presionarlo solo haría que se enojara y ¿Para que carajos lo molestaba?... Luego no había modo.

Peter iba metido en la lluvia, sintiendo como su ropa se empapaba totalmente y como el viento se volvía helado dejándola temblando suavemente. Sus manos se estiraron tocando los troncos de los árboles, las hojitas de las plantas que podía tocar... Aspirando el aroma a tierra mojada, a pasto... Sin embargo finalmente decidió que debía hablar.

¿Eres un voyerista, Fortachón? No te crei de esa clase... —dijo con cierta burla, no era ninguna idiota. El aroma a tormenta era algo que venía acompañado con el rubio... Ya conocía su olor... 

Thor no consideró gracioso su comentario, pero nisiquiera se molestó en hacerlo notar. Detrás de ella, pasó su mano por su cintura para apegarla a el. Haciendo que su espalda chocara con su pecho.

¿Porque haz dejado que te toque? .—Sus palabras sonaron a reclamo, y su brazo entorno a su cintura de modo posesivo no hicieron más que solo darle fuerza a ese reproche molesto.

Peter no dijo nada al sentir que le tocaba, Thor se había tomado tantas libertades desde el principio que no le sorprendería ni le asquearia que llegara a besarlo en este momento. Sin embargo se giró para estar frente a frente. Con una ceja alzada y una sonrisa burlona.