Juzgar: capítulo 1

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Narra Emma.
Me llamo Emma Hill. Tengo 16 años. Fisicamente soy de estatura promedio, tengo pelo marrón lacio y unos grandes ojos marrones. Vivo con mi mamá y mi papá en un pueblo a 2 horas de Nueva York. Mi papá es un famoso abogado asi que se podría decir que vivimos bien.
-Hola, ¡llegué!- grité cuando entré por la puerta. Nadie contestó. Solo podía escuchar una voz masculina que provenía de la cocina pero no entendía lo que decía. Seguí la voz y pude ver a mi papá que hablaba algo molesto por teléfono.
-¡Papá!-dije sonriendo cuando lo vi.
-Un segundo-dijo tapando la parte de abajo del teléfono supongo que para que la otra persona no escuchara-hola, Emma-me dijo dándome un beso en el cachete para luego volver a su conversación ignorándome completamente.
-Tuvo un problema con un cliente-escuché que dijo mi mamá apareciendo y luego dándome un beso en el cachete-está hablando por teléfono hace media hora.
Agarró un plato de un mueble que había y luego unas frutillas de la heladera. Yo me apoyé en la barra que había en la cocina enfrente de un bowl de frutas eligiendo cual comer. Elegí una manzana verde, no tenía mucha hambre.
-Linda, ¿y mi maletín?-le preguntó mi papá a su esposa tapando de vuelta el celular.
-En el sillón- le respondió apuntando hacia el living con el cuchillo con el que cortaba la fruta sin alejar su vista del plato
-Gracias -dijo mi papá sonriendo aliviado- cuando les dije que revisaran toda la casa, era absolutamente toda...-escuché mientras se alejaba en dirección a donde le había dicho mamá.
Estaba por alejarme de donde estaba cuando escuché a mi mamá preguntarme como me había ido en el colegio. No había mucho que contar la verdad. Respondí con un simple "bien" y nos quedamos hablando hasta que las 2 terminamos nuestra "comida". Subí mi habitación para hacer un poco de tarea, me duché y me relajé hasta la hora de cenar. Mi papá estuvo metido en su estudio así que se podría decir que ese día no lo vi. Estaba muy cansada así que me acosté y me quedé dormida casi instantáneamente.

Me despertó mi alarma de siempre a las 6:45, me quedé un rato acostada viendo mi celular y después me levanté. Me cambié con una remera blanca y un jean, arriba me puse un sweater gris que me llegaba hasta un poco más arriba de las rodillas y finalmente unas zapatillas negras. Me maquillé lo más natural posible y bajé a desayunar. Saludé a mi mamá y me senté en la barra como siempre. Me dio un plato con 2 tostadas y un juego de naranja. Me estaba por levantar cuando escuche a mi papá entrar a la cocina bostezando.
-Ya está todo solucionado-dijo con una sonrisa dándome un beso en la frente
-¿Café?-le preguntó mi mamá a lo que el le respondió que si casi suplicando.
-Todavía tengo unos minutos antes de ir a trabajar.
-Bob, ¿por qué no te tomas el día?-le preguntó apoyando la taza con un poco más de fuerza que lo normal enfrente de él
-Sabes que es un día decisivo, Julia, no puedo faltar. Pero -dijo volteándose para mirarme- hoy las voy a llevar a cenar.
-Me parece que habría que dejarlo para otro día -dije parándome para darle un beso
-¿Me estás diciendo viejo? Mira que aguanto eh
-Te estoy diciendo humano-dije después de saludar a mi mamá. Ambos rieron- Casi no dormiste.
-Está bien, otro día sin falta.
Agarré mi mochila y mis papás al unísono dijeron "que tengas un buen día".
Caminé las 10 cuadras hacia el colegio escuchando música lo cual me distraía y al mismo tiempo me despertaba. Cuando llegué faltaban 5 minutos para que toque el timbre, así que aproveché para ir a mi casillero a agarrar el libro para mi siguiente materia: historia.
-¡Emma!- escuché que me llamaba Olivia, mi mejor amiga.
Olivia y yo somos amigas desde que tengo memoria. Ella es mas petisa que yo, no por mucho igual, tiene el pelo enrulado y pelirrojo que le llega hasta un poco más abajo de los hombros y tiene ojos verdes.
-Hola Olivia, ¿qué lees?-le pregunté mientras agarraba mi libro de Historia y me miraba al espejo chiquito que tenia en la puerta de mi casillero.
-Tengo un examen de biología en unos minutos y solo lei el material 2 veces- me dijo preocupada a lo que solo reí.
Olivia era de esas personas a las que les iba bien sin siquiera estudiar, en cambio yo, pasaba horas estudiando y por suerte hacían efecto.
-Te apuesto un esmalte de uñas a que aprobas-le dije cerrando mi casillero ya con mi libro en la mano
Apostar con ella ya era costumbre aunque nunca apostábamos plata. Siempre era ropa o maquillaje, incluso comida. Lo hacíamos con cosas importantes para nosotras, el maquillaje por ejemplo, era como religión. En algunos casos, como este, lo hacíamos para darle seguridad a la otra lo cual siempre funcionaba.
-Uh, ¿ese Revlon azul lindísimo que te regaló tu mamá?-me dijo esperando con ansias a que le dijera que si
-Está bien-dije riendo- pero solo te lo presto que todavía no lo usé
Dije esto y dio un pequeño saltito de felicidad volviendo la vista a su libro. Poco después tocó el timbre y nos fuimos para nuestras clases.
-Alumnos- dijo el profesor de historia, el profesor Wright, en un intento de llamar nuestra atención- para lo que queda del año van a hacer una presentación de un tema sobre cualquier período histórico. No tiene porqué ser un tema visto durante el año, puede ser un tema que les guste o uno sobre el que no sepan nada y quieran investigar. Va a ser el 50% de su nota final.
Automáticamente, todos los adolescentes empezaron a hablar entre ellos. Algunos comentaban sus ideas mientras que otros simplemente usaban esa oportunidad para hablar de cosas sin sentido.
-¡Esperen!-gritó el profesor un poco harto- El trabajo se hará en parejas -algunos empezaron alrededor para buscarse una pareja- y las voy a hacer yo
Nuevamente, todos volvieron a hablar. Había quienes se quejaban, decían que era mala idea pero otros estaban aliviados, específicamente quienes no se llevaban muy bien con la materia. Para ellos, era una gran oportunidad.
-Está bien, veo que no les interesa saber con quien trabajaran-al decir esto todos se callaron y algunos empezaron a insistirle para que dijera las parejas- Bueno, las digo- cedió el profesor.
Lo único que pedía era que mi pareja fuera alguien que trabajara, que me ayudara. No iba a hacer todo el trabajo sola ya que para obtener una buena nota debería dedicarle horas afuera del colegio, no solo las horas de historia.
-Miranda con Javier -comenzó- Zara con Tomás- algunas parejas eran mixtas, otras no- Marcos con Lola, Emma y Connor - dijo levantando la vista de la hoja y me miró.
A partir de ahí deje de escuchar. Había casi 20 alumnos en la clase y justo con él me tenía que tocar. ¿Cómo describirlo? Connor era un chico difícil. O al menos esa imagen daba. En el colegio era callado, se podría decir que "estaba en su mundo", pero los rumores sobre lo que hacia afuera del colegio era lo que le daban esa reputación. Algunos eran ridículamente falsos, totalmente inventados, pero otros eran bastante creíbles. Y más para las personas que no lo conocen. Él sería la primera persona a la que olvidaría después de graduarme aunque haya estado casi toda mi vida en el mismo colegio que él, sería una persona a la que conocería en 10 años y moriría sin saber que fuimos al colegio juntos. Ese sería Connor para mí. Y admitámoslo, todos tenemos un Connor en nuestra vida. Lo peor de todo esto es que este trabajo se tendría que hacer fuera del colegio y estoy segura de que no coincidiremos ni horario ni tampoco lugares. Yo lo llevaría a lugares caros y el elegiría lugares escalofriantes. Yo no lo invitaría a mi casa y tampoco me animaría a ir hasta la suya. Iba a ser un... desafío.
-Bueno, una ultima aclaración quiero hacer -escuché que decía el profesor de historia sacándome de mis pensamientos- no quiero ni una queja por parte de nadie sobre su pareja, ¿ok? La primera persona que se queje, no solo tendrá 2 puntos menos en la nota de la presentación, sino que también tendrá tarea extra todo el resto del año. Piénsenlo 2 veces antes de venir a hablarme.
Poco después tocó el timbre. Todos rápidamente se levantaron de sus asientos, incluyéndome. Decidí ir a hablar con Connor, éramos prácticamente desconocidos era lo mínimo que podía hacer. Además, era el momento perfecto ya que estaba terminando de guardar unas cosas en su mochila y todavía no se había ido.
-Hola, veo que estamos juntos para la presentación -"estúpida" me dije a mi misma. Él simplemente me ignoró- ¿tenés alguna idea de lo que podamos hablar? La 2da Guerra Mundial me parece una buena opción...
Agarró su mochila y me miró ¿despectivo?
-Escuchame bien, ¿que tal si VOS haces todo el trabajo y después me avisas que parte digo? ¿dale? -sonrió falsamente- Ah, y no voy a hablar sobre una estú*pida guerra
¿Estaba hablando enserio? Como le daba la cara para decirme algo así. Ahora estaba enojada. Respiré hondo.
-No, escuchame vos a mi -dije empujándolo hacia abajo para que se volviera a sentar en la silla- nos vamos a juntar a hacer este trabajo y VOS vas a trabajar también. Sola no puedo, es mucho. Así que si ayudas voy a tener la nota alta que quiero y vos te salvas se estudiar en el verano, ¿ok?- me crucé de brazos
Se volvió a parar, levantó una ceja y me sonrió.
-Esta bien, con una condición. Después de este trabajo o lo que sea, vos haces tu vida y yo hago la mía-comenzó a acercarse a lo que yo me quede quieta, no iba a intimidarme- esto no nos hace amigos ni nada parecido, así que cuando esto termine vamos a olvidarnos que pasó, ¿está claro?- preguntó. Se encontraba a solo unos centímetros mío, nuestras respiraciones se mezclaban y podía sentir su varonil aroma. ¡Emma! ¡Concentrate!
-Como el agua- respondí y como pude me fui.

Juzgar. Conocer. Amar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora