Narra Emma.
Llegué a mi casa enfurecida. Subí a mi habitación ignorando totalmente a mi mamá y me acosté en mi cama. Agarré un almohadón, me tapé la cara y grité asi solo yo escucharía el grito. Estaba harta y estresada. Ya no iba a tratar de ser buena con Connor, ¿el quiere guerra? Guerra tendrá.
Me levanté y me fui al baño. Abrí la ducha, me metí y me quedé un largo tiempo hasta que ya estaba totalmente calmada. Siempre que tenía un problema, me duchaba. Era algo que me relajaba por completo. Salí e hice un par de cosas para el colegio. Cené con mis papás y me dormí.
Al otro día, me desperté decidida. Hablaría con Connor y le dejaría en claro que las cosas se decidirían entre los 2. Él me iba a escuchar. Iba todo bien hasta que recordé que ese día no tenía historia. Tampoco literatura. Genial, pensé. Justo cuando me hacía la cabeza para hablar con él.
Fui al colegio caminando y las horas se pasaron lento. En los pasillos todavia no visto a Connor y eso que la buscaba como una desesperada. Era como si una adrenalina corriera por todo mi cuerpo o como si tuviera algo que necesitaba soltar inmediatamente.
-Wow, no me digas que Connor James ya te volvió loca -bromeó Olivia sacándome de mis pensamientos. No respondí
-Me parece que la perdimos, Oli -dijo mirandome extrañado Daniel
-Es que me tiene harta -dije abriendo mi casillero y buscando unos libros- está todo el tiempo provocandome o insultándome. Todavía nose como no le pegué
-Yo le pego -dijo Daniel un poco serio- no tengo ningún problema. Hablando de Roma... -dijo y Olivia y yo volteamos hacia donde miraba nuestro amigo. Ahí estaba él.
Connor se dió cuenta que lo estabamos mirando, volteó hacia donde estábamos y me guiñó el ojo sonriente. Decidí en ir a hablarle
-Ya vengo -les dije a mis amigos sin sacar mi vista de donde estaba Connor- Hola -dije cuando llegué hacia donde estaba
-Así que solo un guiño es lo que se necesita para conquistarte... -dijo sin voltear a verme mientras sacaba unos libros de su casillero
-Ya quisieras -le respondí- solo venía a decirte que después del colegio nos vamos a mi casa a recuperar todas las horas que perdimos ayer
-¿Qué no escuchaste ayer? Yo no piso tu casa, linda
-Y creo que vos no me escuchaste a mí -le dije- despues del colegio. mi casa. trabajar. ¿necesitás un dibujo o lo entendes?
-La nena de papá se reveló -me dijo sonriente- está bien, tu casa. Te veo en la salida -dijo y me volvió a guiñar el ojo para luego irse.
El timbre tocó y fuimos al resto de las clases que quedaban.
Cuando por fin termino el día, fui a mi casillero a dejar un par de libros innecesarios.-Tomate tu tiempo -me dijo una voz varonil a lo que di un pequeño saltito del susto. Ahí estaba Connor apoyado sobre el casillero de al lado. Odiaba que fuera tan lindo y estu*pido al mismo tiempo.
-Solo dejaba unos libros
Fuimos hasta su auto, le di la dirección de mi casa y nos fuimos.
-Mamá, llegué -grité mientras abría la puerta y entrábamos a mi casa. Nadie contestó-Su madre no está -me dijo Lorena, quien limpiaba la casa un par de días a la semana.
Nos fuimos al living. Llevé 2 vasos de jugo y 2 porciones de torta.
-Ya vengo, voy a buscar mi computadora al cuarto -le dije a Connor mientras se sentaba en el sillón y se cruzaba de piernas-¿Te acompaño? -me dijo levantando una de sus delgadas cejas
Lo ignoré. ¿Hoy estaba más imbe*cil de lo normal? Claramente si. Agarré mi computadora y bajé. Hoy solo teníamos una por lo que la usé yo y le di el libro de historia a mi compañero. Ni ebria le daría mi computadora. Además, el libro le servía más a él que a mi. De nuevo, el silencio nos invadió. De vez en cuando me daba cuenta que la mirada de Connor estaba sobre mi. Me intimidaba.
Había pasado casi una hora cuando mi celular sonó. Era mi mamá.-Hola ma -respondí
-Emma, ven al hospital por favor -escuchaba su voz entre cortada- Jason tuvo un paro cardíaco y tu papá no contesta
-Tranquila -intenté calmarla lo que obviamente era imposible- en 10 estoy ahí
Colgué el teléfono y cerré los ojos con fuerza para que las lágrimas no salieran.
-Me tengo que ir -dije volteando hacia Connor-Eso escuché -me dijo de mala gana cerrando el libro- ¿se puede saber a donde?
-Eso no es de tu incumbencia -me puse de pie, abrí la puerta y me paré junto a ésta tal y como él lo había hecho ayer. No podía arriesgarme a que me viera mal, no lo soportaría.
-¿Quién está echando a quién ahora? -preguntó poniéndose de pie agarrando su mochila
-No entiendes
-No, la verdad que no -dijo a unos pocos centímetros mío- no entiendo como todos dicen que deje de juzgarte cuando sos exactamente la persona que pienso. Me estas haciendo exactamente lo mismo por lo que ayer te enojabas. Increible. -se fue
Cerré la puerta con fuerza, me apoyé en esta y bajé hasta que pude sentarme en el piso. Me quedé ahí unos segundos, limpié mi cara y me fui al hospital.
Llegué al hospital, subí el ascensor hasta el segundo piso. Cuando se abrieron las puertas la pude ver a mi mamá hablando con una enfermera. Tenía los ojos rojos y un pañuelo en su mano.-Emma -dijo apenas me vio mientras venía a abrazarme. Intente no llorar para que no se pusiera peor, lo cual era medio imposible- Estaba hablando con el, como siempre, agarré su mano y entró en paro -quebró en llanto. La volví a abrazar- no puede morir, Emma. Tenía fe de que despertaría, enserio.
-No va a morir -le dije intentando calmarla
-Llamé a Max y tampoco contestó -mi*erda. Tenía que tocar el tema
-Nosé, ma. No me llama hace meses
-¡Julia! ¡Emma! -escuché la voz de mi papá- Perdón, estaba en una reunión -nos abrazó a mi mamá y a mi- ¿Cómo está?
-No sabemos -respondí
Justo ahí apareció un doctor
-¿Familia de Jason Hill? -preguntóLos 3 nos pusimos de pie...
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Juzgar. Conocer. Amar.
RomansaEmma y Connor son 2 personas totalmente opuestas hasta que algo los unió y cambio el modo que veían al otro.