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[DÍA 6]

Christopher se había despertado más feliz de lo normal aquella mañana, había olvidado el pequeño incidente del día anterior, cosa que tranquilizó a Sana. Le había dado el dinero suficiente para que fuera de compras, debía mantenerlo fuera de la casa para poder comenzar con su plan.
A la chica no se le hizo para nada extraño y luego de alistarse y desayunar partió hacia el centro comercial con la compañía de su ángel.
Lo primero que debía hacer era ordenar y limpiar la casa, era tal vez lo más difícil para él, ya que el orden no era su fuerte.

Jamás había sudado tanto como en ese momento, ni cuando entrenaba en el gimnasio, pero valía la pena, Jisung lo valía.
Su casa relucía de limpia y se veía impecable, había puesto algunos globos en forma de corazón y pétalos de rosa por casi toda la sala, tal vez era demasiado cursi de su parte, pero realmente quería que el castaño viera que iba en serio en cuanto su propuesta y sus sentimientos.
No era un profesional en la cocina, pero sabía como arreglárselas, aún no sabía cuál era la comida favorita de Jisung, pero quería descubrirlo. Quería descubrir cada mínimo detalle, sus miedos, sus pasatiempos, su película favorita, quería hacer todo lo posible para que se sintiera cómodo y feliz a su lado.

- Bien... - Suspiró viendo como había quedado todo, no había quedado nada mal.- ¿Y si no le gusta? ¿Y si le parece exagerado? -  Negó tratando de ahuyentar a los malos pensamientos, estaba nervioso, debía practicar lo que quería decirle a Han o su voz temblaría a la hora de hablar.- Bien, Hannie, ¿Qué te parece lo que preparé para ti? Yo... me esforcé para que todo quedé bien para ti.- Rascó su nuca nervioso y caminó de un lado a otro.- ¿Quieres... ser mi novio?

. . .

No entendía por qué la gente la miraba de esa forma al estar buscando ropa en la sección de chicas, Christopher le había dado dinero para ir de compras y quería aprovechar la oportunidad para comprar un bonito vestido de tonos color pastel.
Hyunjin le hizo una seña con su cabeza y la chica se miró en el espejo, por un pequeño momento se había olvidado de que habitaba el cuerpo de Jisung, aún así, ¿Por qué aquellas miradas se sentían tan mal?
Llevaba el vestido puesto y para ser sincera, aunque estuviera en el cuerpo del castaño, el vestido se le veía bonito. A pocos metros pudo oír las risas de un grupo de chicos que lo señalaban para burlarse por su forma de vestir, escuchó la palabra "maricón" salir de los labios de uno de los chicos.

- ¿Cómo es que dejan a gente enferma entrar a este lugar? - Ellos sabían que los estaba escuchando, hablaban lo suficientemente alto con la intención de dañar con sus palabras.- Pobre su madre, de seguro fue una tortura traer al mundo a un hijo gay.

¿Así se oía ella? ¿Jisung también habría sentido aquella opresión en el pecho cuando lo molestaban en la escuela?
Quiso quitarse aquel vestido y salir corriendo, pero no podía hacerlo, cada vez estaba más convencida de que lo que hacía estaba mal.
Con la frente en alto se dió la vuelta para enfrentarlos, su ángel quiso detenerla, pero Sana caminaba decidida hacia los tres muchachos que se estaban riendo de ella, o más bien, de Jisung.
Los tres tipos la duplicaban en altura y tamaño, miraban de arriba abajo y sonreían con sorna y superioridad.

- ¿Qué quieres, maricón? - Habló uno de los chicos, Lucas.- No somos como tú, no vayas a enamorarte de nosotros.

- ¿Sabes? Tienes mucha razón al decir que ustedes no son como yo.- Milagrosamente su voz salió firme y seguía manteniendo su postura.- Lo que nos diferencia es que, mientras tú estás ahí viendo a quién molestar por ser diferente, esa persona está siendo libre y haciendo lo que desea con su vida. La felicidad de una persona libre enfurece y llena de envidia a las personas presas de sus propios miedos y prejuicios.- Esbozó una pequeña sonrisa al no oír respuesta por parte de los agresores.- Oh y, cielo, ¿Qué te hace pensar que un chico lindo y valiente como yo puede fijarse en un tipo tan cerrado y cuadrado como tú? El que debe tener cuidado de no enamorarse eres tú.- Le guiñó el ojo y se dió la vuelta para comenzar a alejarse e ir donde su ángel la esperaba.-

- ¿Qué... fue eso? - Hyunjin estaba maravillado con lo que acababa de presenciar, siendo sincero, hasta había logrado conmoverlo.- ¿Por qué lo hiciste? - Cuestionó curioso mientras la observaba modelar el vestido frente al espejo, tenía un semblante feliz.-

- Pues... - Acomodó su cabello frente al espejo y una sonrisa sincera se dibujó en sus labios al mirar su reflejo. Le recordaba a la primera vez que se vió en el cuerpo de Jisung, pero ahora se sentía diferente.- Sólo hice lo correcto, hablé por él y por todas las personas que ya no pueden hacerlo. - Se giró hacia el rubio y tomó sus manos.- Cuando me vi por primera vez pensé que, sin mi rostro y sin mis senos Chris ya no me amaría, fui demasiado tonta. Al hablar con él como Jisung me hizo darme cuenta de que me amaba por algo más que mi cuerpo o mi sexo, yo lo hacía sentir bien y eso es lo único que importa.

- ¿Entonces? - Miró las manos de ambos, quedaba muy poco tiempo, en horas Sana tendría que irse al cielo si no lograba darle un beso de amor verdadero al australiano.- ¿Qué tratas de decirme con todo esto, Sana?

- Hyunjin, a veces pienso que eres demasiado lento para ser un ángel.- No pudo evitar soltar una risita al ver el ceño fruncido en la cara del chico.- Puedo parecer una chica tonta e irritante la mayor parte del tiempo, pero amo a Christopher como jamás he amado a alguien en toda mi vida, siempre quise que fuera feliz a mi lado, pero... Ahora sólo deseo que sea feliz conmigo o sin mi.

- Quieres abandonar el cuerpo de Jisung, ¿Verdad?

- Tal vez... pero primero debo hacer algo.- Soltó las manos del ángel y tomó su mochila junto el dinero que Chris le dió para pagar el vestido, no pensaba sacárselo y no le importaban las miradas, ya no más.-

. . .

Miraba como las velas se consumían poco a poco, la comida ya estaba fría y las flores casi marchitas. El reloj en su muñeca marcaba las once con cincuenta y cinco minutos, no iba a negar que se sentía desanimado al no poder haber tenido una cita especial junto a Jisung, pero ahora se preguntaba si algo malo le había pasado, ya era muy noche y no había recibido ni una sola llamada del castaño.
Se puso de pie y tomó las llaves del departamento, no podía seguir con la incertidumbre, necesitaba ir a buscarlo y era exactamente lo que iba a hacer.
Su mano tomó el picaporte para abrir la puerta, pero del otro lado estaba Jisung, empujando la puerta para entrar rápidamente. El australiano soltó un quejido y tapó su nariz con sus manos, aquel golpe en su nariz lo hizo retroceder.

- ¡Chris, lo siento! - Cerró la puerta y fue tras él, la nariz no le sangraba, pero parecía un payaso de lo roja que le había quedado. Sana mordió su labio con fuerza, tratando con todas sus fuerzas de no soltar una carcajada.- Es peligroso estar detrás de la puerta.- Ambos se sentaron en el sofá y se percató de los pétalos de rosa dispersos por toda la sala, sus ojos brillaron, ¿Había preparado para Jisung?.- Oh por Dios... Chris, esto es precioso.

- Uh, ¿En verdad lo crees? - Su voz sonaba algo chistosa debido a la inflamación en su nariz y ahora que miraba mejor al menor se percató de cómo iba vestido.- Hannie, te ves muy bonito con ese vestido.- No mentía en lo absoluto, llevó su mano hacia la mejilla ruborizada del castaño y acarició la misma con delicadeza, era el momento de decirlo, era ahora o nunca.- Han Jisung, ¿Quieres ser mi novio?

Sana entreabrió sus labios para responder, pero las palabras no salían de su boca, hasta podía sentir como poco a poco el oxígeno comenzaba a faltar en sus pulmones.
El reloj marcó las doce de la noche, daba inicio al séptimo y último día. Lo último que vió antes de desmayarse fue la preocupación en los ojos de Hyunjin.

My Hero | ChanSung ( Terminada )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora