CAPITULO 1

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Le despertó el sonido del despertador anunciando las 6 AM. El sol casi ni había aparecido por el horizonte pero ya era hora de ponerse en marcha, por muy cansado que estuviera.

- Freddy. ¿Quieres que hoy lo lleve yo?

Andrea se encontraba a su lado medio dormida, se notaba lo cansada que estaba. Ayer se pasó toda la noche de chisme con su hermano por vídeo llamada. Anacleto estaba en Tailandia por un viaje de negocios por lo que las franjas horarias no estaban a favor de ninguno de los dos. Aun así los dos ponían de su parte para no perder contacto y alejarse. Sentimiento que Freddy entendía completamente y apoyaba.

- Nah, que va. Además, ya sabes que le tenía prometido comprarle un helado de camino a la guardería hoy. Y si no cumplo, dios sabe de lo que es capaz ese diablillo. - dijo soltando una suave risa - Me sabe mal decirlo, pero creo que hace el "Alakazam" mejor que yo. No se le puede negar nada.

- Sois tal para cual, padre e hijo. - Andrea le siguió el juego - Aunque demos las gracias de que no heredó tu físico.

- ¿Comooo? cinco años de matrimonio para esto neno, esto es una traición en toda regla que lo sepas.

Andrea no podía contener más la risa. En pocos segundos la habitación se llenó de risas y alegría, y entre broma y piqué ninguno de los dos escuchó al pequeñajo entrar en la habitación.

- ¡Arriba las manos panda de malandros!

El niño se subió a la cama de un brinco, y con su peine de Jasmin a modo de pistola empezó a negociar con sus padres.

- En las negociaciones de hace unos días, alguien me prometió un helado hoy. No os habéis olvidado ¿no?

- Señor agente, yo no sé de qué me está hablando, yo soy mazo inocente. Nunca mentiría a las fuerzas de la ley - dijo subiendo las manos en modo de rendición.

- Tommy¿te ha mentido tu padre alguna vez? - Preguntó Andrea con tono alegre.

Tommy se quedó pensativo, analizando todas las veces que su padre le había prometido algo alguna vez.

- Pues...no.

- Pues entonces vamos a vestirte para ir a por ese helado, ¿Qué me dices?

- Vale.

Con eso dicho Andrea le dio la mano al niño y se lo llevó a su habitación para prepararlo para la guardería. Dejando a Freddy pensativo. Nunca se hubiera imaginado llegar a ser tan feliz en su vida, bueno, y pasar de los 25 la verdad. Y mira todo lo que tenía ahora, una esposa encantadora, valiente, guapísima...y perfecta en todos sus aspectos, un hijo que era la alegría de sus mañanas, y otro un poco mas mayor al que quería con toda su alma, una casa a pie de mar, un taller a su nombre...

Si alguien le hubiera dicho a su yo de 18 años todo lo que tendría a día de hoy, quizá le hubiera metido un trucazo con el puño americano y preguntado después de dónde había sacado la coquiña.

Era un sueño hecho realidad...bueno, casi un sueño. Aun en su pequeño paraíso había cosas que le atormentaban,por ejemplo la gente que no estaba a su lado para compartir esta felicidad.

Freddy nunca lo dirá en alto, pero le tenía cierta envidia a su mujer y la relación que ella compartía con su hermano. Le hacían echar mucho de menos a los suyos...Armandiño...Jowy...y sobre todo Jose Maria. Sus muertes son algo que llevaría en la consciencia por el resto de su vida. Y eso estaba bien, sabía que se lo merecía. Así que era una carga que no se quejaría de llevar.

Una lágrima cayó por su mejilla. ¿Cuándo había empezado a llorar? rápidamente se secó las lágrimas y se mentalizo para el día de hoy. Tenía que ir a comprarle el helado a Tommy, el era ahora mismo su prioridad número uno. Rápidamente se vistió y se dirigió hacia la cocina para preparar el desayuno familiar. No podía permitir que sus demonios afectarán a su hijo, nunca.

Antes de que me lleve el vientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora