CAPITULO 3

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El sonido de unas llaves abriendo la puerta principal los distrajo de su conversación.

- ¡Tía Michiiii !

Michelle no tuvo tiempo para reaccionar, antes de que pudiera hacer nada Tommy ya se encontraba lanzándose hacia sus brazos. Por suerte contaba con años de entrenamiento y pudo recibir el impacto de la manera más segura posible.

- ¡ Tommy ! ¡Ten más cuidado! ¡Te podrías haber abierto la cabeza! Si tu tía no te hubiera agarrado a tiempo... - La voz preocupada de Andrea se escuchó desde el otro lado del salón.

El niño parecía no entender el peligro de su acción ya que no paraba de reírse.

- Pero, Tía Michi es como un michi de verdad, tiene poderes de michi y no me dejaría caer.

Michelle no sabía qué decir y por un momento se quedó perdida en sus pensamientos. A simple vista Tommy lucia como cualquier otro niño de su edad, con su pelo bol, sus tiritas, su inagotable energía ...  Pero era en su mirada donde Michell encontraba lo que tanto la impresionaba, esa inocencia, confianza y sobre todo esperanza eran cosas a las que no estaba acostumbrada en su vida.  Y el hecho de que pudiera contar con una persona tan increíble era algo por lo que daba gracias a diario. 

- Tommy, ¿por qué no le enseñas a tu tía esas pinturas nuevas tan guapas que compramos el otro día? y así tu madre y yo vamos preparando la cena. Michelle te quedas a cenar ¿no? voy a preparar Raxo - Pregunto Freddy.

Michelle dudo por unos instantes, pero después de ver como Andrea, Tommy y Freddy la miraban entendió que no aceptarían un no como respuesta.

- Claro, quién se perdería probar semejante manjar.

- Yaaaay! -  Tommy la agarró de la mano y comenzó a arrastrarla hacia su cuarto - Te van a gustar mucho tengo como 3 azules diferentes.

Michelle alcanzó a ver como Andrea le susurraba un Gracias desde la entrada antes de desaparecer por completo y dejar a la pareja sola en el salón.

- ¿Algo que me quieras contar Freddiño?

- ¿Yo por qué? Yo no he hecho nada, te lo juro por el Depor Andrea.

La respuesta no parecía haberla convencido del todo.

- Hace meses que no sabíamos de ella y ahora vuelve como si nada, ¿seguro que está todo bien?

Al notar el tono preocupado Freddy se puso serio. La agarro de las manos, la miro a los ojos y le dijo:

- Andrea, ¿recuerdas lo que os dije a Ginés y a ti aquel día que escapamos de esa isla del demonio?

Andrea asintió.

- No más mentiras, prometimos no volvernos a mentir los unos a los otros.

- Desde ese día tú y yo hemos sido un equipo, ya lo sabes. El Freddy que vivía con 50 secretos debajo de la almohada murió en aquella isla junto a sus hermanos.

Freddy tardó varios segundos en asimilar lo que acababa de decir lo que hizo que instintivamente Andrea lo estrechara entre sus brazos.

- Freddy...

Ella era la única persona viva que conocía al verdadero Freddy. Al Freddy vulnerable, al Freddy que se preocupa demasiado por la gente a su alrededor, al Freddy que daría la vida por los que quiere...y sobre todo al Freddy que ha perdido demasiado.

- Perdón - dijo él mientras mantenía su cabeza apoyada en su hombro. Aunque no estaba llorando, el tono de su voz delataba sus sentimientos.

En momentos como este era cuando Andrea mas agradecía poder haber cumplido con la promesa que le hizo a Jowy. Fue justo después de que se enterara de que se iban a casar. Dejaron a Freddy y Ginés en la ruleta y Jowy le dijo " Cuñada, tengo un millón de euros guardados, para que el día que os caséis los cojáis y os vayáis de aquí, tu, el y Ginés. Necesito que me prometas que en el momento que os caséis os iréis. Me da igual que me dejéis aquí pero marchaos y empezar una buena vida los tres." Recordaba cómo no pareció convencido cuando le dijo que él también vendría con ellos. Es como si hubiera sabido que el nunca dejaría esa isla. Le echaba mucho de menos.

- No pasa nada - contestó ella suavemente mientras acariciaba su cabeza.

- Los echo mucho de menos.

- Lo sé.

Se quedaron en esa posición durante varios minutos, no les hacía falta más palabras, los dos entendían el sentimiento que compartían. Aquella isla pudría todo lo que pisaba sus playas. Y el simple hecho de que pudieran, a día de hoy, estar abrazados en su cocina, haciendo algo tan sencillo como preparar la cena para su hija era algo extraordinario. Ambos perdieron a muchas personas en aquel sitio y aunque siguieran adelante era obvio que los dos tenían heridas que tardarán bastante en cerrarse.

Aunque Freddy nunca lo confesaría, veía mucho de sus hermanos en Tommy. El humor y complicidad que tenía con JM, la terquedad y persistencia de Armando y sobre todo la bondad y generosidad de Jowy. Y eso le asustaba.

- ¿Estamos bien? - murmuró ella, rompiendo así el trance en el que se encontraban.

Freddy levantó su cabeza del hombro de Andrea y se incorporó de nuevo a la realidad que le rodeaba. Y sin apartar la mirada de sus ojos le contestó.

- Chim. Estamos bien.

Andrea le sonrió, y dando una palmada declaró.

- Vale, pues manos a la obra. Que tenemos a una familia que alimentar.

- De una.

Antes de que me lleve el vientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora