Kiss me - Jikook au

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Las luces estaban apagadas. Miles de fans llenaban el estadio con sus gritos, de hecho eso era lo único que podía escuchar.

Mis ojos se encontraban cerrados, buscando entre todos los pensamientos que inundaban mi mente aquella sonrisa que tanto me gustaba.

Después de presentar boy with luv con los chicos, bajamos rápidamente del escenario, debíamos prepararnos para el final. Mientras mis pies caminaban por aquellos pasillos, en mi mente se reproducía aquella escena que había vivido minutos atrás. Frente a miles de personas, había hecho algo especial para mi. Tal vez no había sido mucho para otros, pero a mi parecer lo era todo. Aquella rosa que arroje desde el escenario había caído en manos de la persona indicada. Jimin había logrado agarrarla en el aire. Aquello hizo que me sintiera volar, como si con tan solo levantar mis manos pudiera tocar el cielo y observar las estrellas en su más increíble resplandor. La sonrisa que me regaló Jimin, quedó grabada mucho más allá de mi mente, de hecho no podía sacarla de allí. Podría jurar que había notado aquel brillo que mis ojos contenían, era algo que no podía evitar. No sabía bien cómo era que había caído por él. Simplemente lo hice. Tal vez fue su forma de ser, o la delicadeza con la que me trataba, su voz, o... no lo sé.

Pero ahí estaba, parado en medio de aquel reducido espacio donde nos preparaban para las actuaciones, con la persona que más suspiros me había sacado, aquella que lograba poner de cabeza mi mente, o asustarme por la velocidad en la que mi corazón palpitaba cuando lo tenía cerca. Allí con él en mis brazos, me sentía bien, completo. Ahora podía decir que aquel pensamiento de tocar las estrellas era real, porque tenía a la estrella más brillante y hermosa entre mis brazos.

— Gracias Kook — susurro con su rostro recostado aún sobre mi hombro.

— ¿Por qué agradeces? —

— No lo sé, solo tenía ganas de hacerlo — respondió casi con simpleza.

Tal vez no sabía el verdadero significado que tenían esas palabras, pero yo le podría dar uno nuevo a las mías.

— Gracias a tí —

— ¿Y eso por qué fue? — dijo a la vez que se separaba un poco.

— Pronto lo sabrás — respondí sonriente, esperando el momento de explicarle la verdadera razón.