The Lingering Feeling of Emptiness

disclaimer. El universo de hp no me pertenece, ni sus personajes ni entornos. Este trabajo no se realiza con fines lucrativos. Respetemos la creatividad e ideas individuales de las demás personas y la nuestra.

advertencias. Uh, esta cosa es un poco oscura (como todo lo que escribo, a esta altura ya me sorprendería escribir algo bonito), también se habla y menciona sexo, homosexualidad, muerte, guerra y otras cosas. En mi opinión es algo muy limpio, pero ya ves, es mi punto de vista. Tengo una cabeza bastante libre, y no me da ningún pudor hablar libremente de estos temas o parecidos.

De cualquier forma, espero te guste, disfrutar!

Empezado en agosto 28 del 2020, 07.29 p.m. Terminado en enero 19 del 2021, 04.12 p.m. Primera Edición en enero 20 del 2021, 09.31 p.m. Publicado febrero 04 del 2021, 09.02 p.m. Segunda Edición en febrero 05 del 2021, 03.35 a.m. Última Edición en febrero 06 del 2021, 06.14 a.m.

The Lingering Feeling of Emptiness.

Harry estudio la varita en su mano, la sensación de vacío en su pecho persistente aun cuando habían pasado horas desde aquello. El camino de roca derruida y la hermosa caída que le susurraba al oído por saltar. Fue especialmente extraño, Harry nunca había sido un suicida, ni remotamente cerca porque por mucho tiempo el único deseo de Harry había tenido fue vivir. Sobrevivir para el caso. Simple, tan llano y tan mundano como sonaba.

La varita de sauco se sentía cálida en su mano, aunque no correcta, y sintió el breve impulso de romperla y dejarla caer al abismo.

En algún momento de su vida, tal vez cuando aún no sabía que era un "expelliarmus" o un "crucio" bien dirigido, Harry recuerda haber deseado amar, amar con toda su alma, con todo su ser. Aun no sabía si de una forma romántica, pero sabía que nunca le fue suficiente con el amor que le tenía a sus amigos, o a nadie. Aunque eso había cambiado hacía mucho tiempo, y con tantas otras cosas en la cabeza (como cazar horrocuxes o que el malvado del año no lo asesinase en nombre del malvado del sigo), ni cuenta se había dado y ahora no podía recordar exactamente cuando fue que decidió darse por vencido.

El deseo de vivir había menguado, bien, seguía allí, disfrutar de una vida tranquila y plena sonaba bien, pero Harry había estado tan listo para morir desde hacía también mucho tiempo. Fue confuso, agotador incluso.

Metió la mano en el bolsillo, y rozo perezosamente la piedra angular. Oh, estaba seguro de haberla desechado en alguna parte del Bosque Prohibido, un acto fallido, se dijo.

Entonces, aquí estaba.

Vacío.

No acostumbrado a no tener absolutamente ningún loco tras su cabeza.

Cielos, nunca pensó que podría estar aquí. Parado y sin la más remota idea de qué carajos hacer de su vida, digo, su única meta fue vencer al Señor Oscuro.

Graduarse, quizá.

Se guardó la varita en la manga distraídamente, arrojo los pedazos de su vieja varita al abismo en su lugar: el último recordatorio de su infinita e incomprensible relación con Voldemort. Con Tom Riddle, le recordó algo dentro de su cabeza.

Hermione y Ron venían desde el patio interno del derruido castillo a paso lento, desde el campo de batalla.

Hogwarts definitivamente nunca volvería a ser lo mismo, aunque se reparara y cada piedra volviera a su lugar de origen, para Harry siempre habría horrorosas cicatrices llenas de malos recuerdos que fueron demasiados y que estaban ahogando los buenos tiempos. Supuso que a muchos de sus compañeros les pasaría lo mismo, tal vez no tanto para dejarles un mal sabor de boca, pero sí. Tal vez.