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Había pasado cerca de cinco años desde que me fui, cinco años donde solo me dedique ese tiempo para mi.

En volverme fuerte.

En poder cumplir mi sueño de ser un maestro. Lo cumplí ahora trabajo en un guardería, eso me hace feliz. Ver los rostros sonrientes de los pequeños niños es un gozo para mi alma.
Mudarme también fue lo mejor, en España conseguí el empleo que quería cuidando e enseñando a niños pequeños. Muchos me adoran y me quieren, eso me complace.
Se que no podre tener hijos al ser beta, claro que los pudiera tener casándome con una mujer pero eso no podría hacerlo. Me gustan los hombres pero ellos nunca querrán a un beta hombre a su lado sin que le de hijos.

En la guardería me encargo de los niños de 4 años en adelante, es divertido pasar el día con ellos. Se que algunos son lobos puros sin mutación genética, pero en mi grupo solo tenia a uno Kaito Tommas, un lobo completo de ascendencia japonesa por parte de la madre Satomi Masamune. Kaito cuando se siente inseguro o con miedo cambia a un hermoso lobo color cobrizo, en esos casos siempre llamamos a Satomi para que venga por él, pero a pesar de eso es un niño tranquilo y sonriente.

Como hoy solo se la pasa riendo y jugando con sus compañeros, desearía tener un hijo como él, aunque no será posible.

- Otra vez, lamentándote.

Suspire volteando a ver a mi compañero, Louis un hermoso omega enlazado con un alfa protector y cariñoso.

- No lo estoy asiendo. ¿Y tu grupo?

- Con Amanda, solo vine a decirte que mañana se harán las pruebas a los niños para saber su género.

- Okey, les avisare a sus padres

La prueba regular, la que te dice si serás alfa, beta o omega. Ahora con tan solo una gota de sangre pueden determinar tú genero antes no era así, solo lo sabias durante tu primer celo y tus feromonas si eras alfa o omega. Ahora todo es tan sencillo.

Suspire.

Louis se fue después de terminar de decírmelo, voltee a ver Kaito que se acercaba temeroso, Satomi me había dicho que sabia que seria omega. Le sonreí agachándome a su altura.

- Mamá no vendrá por mi hoy.

- ¿Ah, no? - Sus pequeños ojos brillaban emocionado. - ¿Entonces, quien vendrá por ti?

- Mi tío.

¿Tío?

Satomi nunca me dijo que tenia un hermano.

- Eso es bueno, iras de paseo con él.

Kaito asiente energético y se va con sus compañeritos.

Es la hora de la salida y los padres vienes a buscar a sus pequeños, le aviso lo de mañanas y ellos los esperan con ansias. Cuando vuelvo a ingresar veo a Kaito sentado en el piso con una expresión triste. Veo la hora y es tarde, es hora de cerrar y nadie vino por él.

- Vamos Kaito iras conmigo a casa.

Él asiente tomando su mochila de panda y lo alza, me despido de Amanda la encargada de cerrar y le aviso por si alguien vienen a buscar a Kaito que me lo lleve a casa.

Por suerte mi casa no esta tan lejos de la guardería, fuimos caminando mientras Kaito me contaba algunas anécdotas cuando iba con su padre de paseo. A mitad de camino callo rendido, era un niño hermoso. Realmente me gustaría tener un hijo algún día.

Al llegar a su hogar saluda a su vecina que al verlo con Kaito en brazos pregunta y solo se limita a explicar para luego entrar a su complejo. Lo lleva directo a la cama y lo recuesta tapándole, sabe que entre poco vendrá alguien por él. Sera presentimiento, vuelve a la sala y entra a la cocina por un poco de agua. Durante el día se sintió caluroso, no entendía porque, el clima estuvo frío durante todo el día pero sentía un insoportable calor que empezaba desde el bajo vientre y se extendía por todo su cuerpo.
Sin duda insoportable.

¿Soy omega?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora