Micro Cuentos

6

No entiendo cómo es que me permití llegar a esta situación, es realmente vergonzoso para mí el admitir que no supe de qué manera debería haber actuado para detener el avance de todo esto... a pesar de que dijiste que si algo me hería o molestaba de alguna manera, siempre estarías dispuesto a ayudarme, y yo no lo dudé... ya que eres ese tipo de persona, la que no puede quedarse solo mirando cuando alguien que aprecia está sufriendo en cualquier nivel. Pero aún así... yo no fui capaz de pedir ayuda de ninguna manera, no es tu culpa, porque simplemente no podías adivinar qué era lo que sucedía, por eso "no pudiste hacer nada", pero la verdad es que... solo una sonrisa, tu preocupación o simplemente que fueses feliz por ti mismo hacía que el dolor desapareciera, aunque solo de manera temporal... ya que siempre y sin dificultad encontré nuevas razones para volver a caer, pero nadie nunca se percató de que al volver a esa dolorosa costumbre caía más y más profundo, aunque tampoco tenía intenciones de que alguien se percatara, a pesar de que en el fondo solía rogar por ayuda con todas mis fuerzas...

A muy corta edad aprendí lo hiriente que puede llegar a ser la gente, por esta misma razón cada vez me encerraba más y más en mi misma, con el paso del tiempo aprendí a fingir sonrisas con el fin de evadir preguntas acerca del porqué permanecía mayormente seria ante cualquier situación, también aprendí a tragar mis lagrimas para evitar explicar el porqué comenzaba a sentirme inmensamente vacía, con todo mi cuerpo y alma rotos en mil pedazos me encerraba en mi habitación por periodos día a día más largos y silenciosos.

El ambiente en mi cuarto era realmente deprimente y todo lo que se podía oír era la música cada vez más triste. En las noches, por otro lado, la música era acompañada en muchas ocasiones por sollozos o llantos escondidos en la almohada después de largos periodos ocultando el dolor... sin expresar nada hasta explotar sin aviso, otras veces, estos llantos se reprimieron recurriendo a hacerme arañazos en el cuerpo para liberar el dolor y la rabia. De esta penosa manera fue que llegué a los cortes...

Primeramente y para averiguar si realmente mi corazón dejaría de sentir tanto pesar comencé cortando el dorso de mis manos, cuando vi que en verdad me ayudaba me dirigí hacia mis muñecas. Los cortes en estas al principio fueron leves y sin importancia, porque no sabía la cantidad exacta de fuerza necesaria para sacar todo lo que sentía, con el tiempo los cortes aumentaron en número y profundidad, llegado al punto en que las líneas rojas contrastaban de manera demasiado obvia con mi piel blanca, la cual estaba pálida por la falta de sol al pasar tanto tiempo encerrada.

Cada herida interna sumaba una externa, las mangas se hacían cada vez más largas, mis sonrisas más falsas y mi corazón más frío. A la gente comenzó a costarle acercarse a mí, mis amigos se fueron alejando, cada vez me importaban menos personas. Poco a poco dejaron de importarme los sentimientos del resto, resultado de que por años los míos fueron ignorados, me concentré más y más en mi dolor, la rabia relucía más que mi "alegría". Mi personalidad se retorcía, me volvía cruel, me volvía un monstruo egoísta e insensible... por eso es que te explico esto, a pesar de todo lo que ocurrió, no quiero que te sientas culpable de nada... yo decidí que no quería que nadie se enterara de lo que pasaba dentro de mí.

Así que no me mires así, yo provoqué todo y no quiero tu lastima, después de todo no sirve para arreglar un alma rota y sin vida... aún así te agradezco por nunca abandonarme a pesar de no saber qué era lo que ocurría realmente, por esto, mientras mi cuerpo cae al vacío y tú gritas mi nombre... yo solo puedo recordar cada vez que me hiciste sentir viva y feliz, aunque fuese de manera breve, lamento que tengas que ver esto pero te dije que no vinieras hoy, así que recuerdame como me conociste, esa es la imagen que quiero que tengas de mí.

Muchas gracias... espero encontrarte algún día, mientras tanto te cuidaré y esperaré pacientemente el día en que pueda volverte a ver.