Hospital Psiquiátrico Santa Teresa. 5:30 a.m.
- ¿Primero Hombres? - Pregunta uno de los guardias, a la Enfermera encangada de la Zona Juvenil. Área 7 13-20.
La gorda y desagradable Señora, de edad mayor, mira con incredulidad al sujeto frente a ella, que porta el uniforme especial de guardia del Hospital. Él, de inmediato asiente y da las ordenas al resto de sus compañeros, para dirigirse a las habitaciones de los chicos, todas con los nombres de los pacientes en las puertas, junto con el padecimiento mental que sufren.
Los miles de seguros en las puertas de hierro son retirados, seguido, dos guardas ingresan en cada cuarto, de reducido tamaño, para sacar al paciente dentro de esta. 5 chicos, todos con enfermedades e historias distintas. Cada uno con su atormentador pasado.
Oscar, arrastrando los pies, es llevado de la mano a las duchas. Lose, muy estúpido. Al momento de pasar frente al cuarto de Edith, su querida y asombrosa "Hermana", ella se asoma por la ventanilla, haciéndole una mueca al chico, sacándole una risa.
- ¿De que te ríes, imbécil? - Insulta el guardia que lo llevaba de la mano, volteando a verlo.
Oscar, mira de nuevo a Edith, mientras ella hace una seña de decapitación, pasando su pulgar a lo ancho de su cuello, y luego apuntando al guardia, que parece no darse cuenta de aquello. Él sonríe, dirigiendo sus enormes ojos de loco a Richard, el guardia, que comienza a molestarse por la actitud del chico.
- Tu madre llamo; dice que le regreses sus 30 años de vida. - Juguetea el castaño, ganándose una buena bofetada. Él oficial tiene la cara roja de la ira, y apretaba intensamente la muñeca de Oscar. El chico había atinado.
A rastras, llevan a los Hombres a las regaderas, para alistarlos y llevarlos a sus respectivas escuelas. Seguido de ellos, las chicas. El personal "Especial", cambian y peinan a cada uno, dándoles uniformes grisáceos. Haciéndolos verse más pequeños de lo que son. ¿A quien le gusta verse más pequeño de lo que es? A nadie. Solo a Oscar, esa "Niña" rara.
A Edith, le hacen dos lindas colitas con su cabello, sobre sus hombros. También, le agrega al peinado un enorme moño Azúl Marino. Una sudadera de lana blanca, una falda tablada negra, con unas calcetas Azúl Marino hasta arriba de sus rodillas, sus raspadas rodillas. Unos zapatos negros escolares y de suela de goma. Cabe mencionar que toda la ropa es muy vieja, ya que esta desgastada y sin vida. Además, pareciese que no sabe vestirse, ya que una vez bien arreglada, ella se desacomoda la ropa, medio desfajandose, o haciendo un asco su cabello, o ensuciandose, o destrozando las mangas de sus suéteres, como de costumbre. Oh, y también esas guerras de lodo con Oscar. Son tan divertidas. Divertidas hasta que la nenaza de Blake se le ocurre llorar, que por qué le entro en los ojos, quél le dolió, qué lo lastimo, qué bla, bla y más bla. Chillón. Pero como lo ama, no se burla de él. No. Antes de hacer semejante cosa, primero se reventaría los ojos metiéndose canicas, se bebería un bote de insecticida y un bote de pintura rosa con alfileres y se metería un puño de arañas en la boca para luego cosersela, quemaría su cuerpo y haría cortes en el para meter cereal de frutitas dentro, y para finalizar con un puño de brillantina pleteada, restregaria su rostro contra las grandes piedras afiladas para deformarse y desgarrarse la piel, los músculos y los huesos. Y su causa de muerte sera por que una mariposa radioactiva de Tuttifruttilandia le beso la punta de la lengua.
Saca de la funda de su almohada todas las pastillas y suben todos al camión.
- ¡Queremos carne humana! ¡Queremos carne humana! - Comienza a gritar, Ricardo. Paciente con Esquizofrenia. Él golpea repetidas veces el asiento de enfrente, sin importar que eso puede darle un castigo, pero ¿Y?
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♦My Pretty Monster♦
AcakSe bienvenido al bizarro mundo del sufrimiento. cosas asquerosamente sangrientas y hermosas te esperan con ansias. No pierdas más tiempo, y toma su mano. Disfruta la compañía de aquel horrible monstruo a tu lado, El resto de tus miserables días. int...