𝒟ℯ𝒶𝓇 ℬ𝓇ℴ𝓉𝒽ℯ𝓇 •| Isᴀᴀᴄ Lᴀʜᴇʏ x ____ |•

[7] - "Problemática"

—¿Y.. quien es el?— Preguntó la azabache a la peli-negra mientras señalaba atraves del vidrio

Un hombre parado frente a la casa del tío de Ciara se encontraba de brazos cruzados mirando fijamente a la antes mencionada.

—Mi tío..— Contesto con una sonrisa nerviosa.

Ambas chicas bajaron una vez que la peli-negra estacionó el vehículo.

Sia estaba dudando un poco. Solo con ver la sombra del tío de Ciara le recorría un escalofrío. Para ella, entre más lejos, más seguro, pero tampoco quería quedarse parada como estatua en el parqueadero.

Ciara comenzó a caminar hacía aquel hombre con un aire alegre e inocente, sin embargo, este no cambiaba su aire tenebroso que tenía desde el momento en que _____ lo vio por primera vez.

Después de que Ciara llegará con su tío y hablara un poco con el, hizo una seña a la McCall para que se acercara a ellos.

En ese momento, _____ sintió el verdadero terror. Prefería quedarse ahí mismo y saludar de lejitos, pero no quería ser maleducada o causar mala impresión con la familia de la primera amiga que hizo al estar de regreso en Beacon Hills, así que fue hacía ellos dos.

Al llegar a donde aquel hombre se encontraba, se dio cuenta que en realidad era bastante alto.

Ciara tomó a _____ de los hombros por la espalda y la acerco a ella en un tipo de abrazo.

—Derek, ella es _____ Sia McCall. Y ella es la amiga de la que te hablé.— La presento con una sonrisa.

Sia sonrió tímidamente

—Un gusto, _____. ¿Tus padres saben que te quedarás aquí?— Preguntó el hombre con una sonrisa.

"Quizá lo juzgue mal. Quizá sólo está enojado con Ciara, pero normalmente no es así." Pensó la azabache.

—Si. Le avise a mi madre antes de venir y me dijo que estaba bien.— Respondió Sia sin quitar su sonrisa. —Espero no causar ningún problema.

—Tranquila, no lo creo. Por cierto, Me llamo Derek. Derek Hale.— Extendió su mano a la azabache.

Sia la tomó un instante con una sonrisa. Después de algunos segundos la soltó.

Después, ambas chicas y el hombre entraron a aquel edificio, que lucía un poco aterrador bajo el manto oscuro de la noche, pero no lo suficiente como para que Sia corriera de regreso a su casa.

—Dios, es muy grande..— Comentó la azabache mientras veía el espacioso lugar.

—Le he pedido permiso para que me deje hacer una fiesta aquí, y siempre me dice que no quiere estar cuidando a un puño de críos borrachos.— Dijo la oji-azul rodando los ojos.

La azabache río.

—Bueno, en eso tendría razón. Aunque no soy muy fan de la cerveza.— Admitió Sia.

—Yo tampoco. Pero a los demás no ocupas ni decirles para que lleguen con cartones enteros de cerveza. Da igual.— Tomo a Sia de los hombros y la llevo a una puerta.

Entraron por esta y Sia divisó una cama bastante grande. Atrás de esta, en vez de una pared había un gran ventanal que dejaba ver parte del bosque. Estaba decorado con toques dorados y las paredes pintadas de gris, era bastante acogedor.

—¿Este es tu cuarto?— Preguntó Sia mientras veía todo su alrededor.

—Si. ¿Verdad que es lindo?— Preguntó mientras se posaba frente a ella con las manos detrás de su espalda.