¹ 𝕾𝖎𝖓𝖌𝖚𝖑𝖆𝖗𝖎𝖙𝖞__ ᴮⁱˡˡʸ ᴴᵃʳᵍʳᵒᵛᵉ

⁰¹| 𝙄 𝙬𝙤𝙣'𝙩 𝙖𝙡𝙡𝙤𝙬 𝙞𝙩

         CELINE ENTRABA al aula siendo observada por la mayoría de los alumnos que se encontraban ahí para aprender. Las miradas eran curiosas hacia su persona. No se dejó intimidar y dejó su maletín en la mesa que sería suya hasta que acabara su contrato.

   El californiano llegaba un poco tarde a su clase de literatura, otro día seguro que estaría irritado, pero con su pequeña charla con la única chica que llamó su atención, extrañamente se sentía más animado. Se obligó a desechar ese pensamiento, diciendose, que lo único haría con ella sería acostarse un par de veces. Lo primero que vio al atravesar la puerta fue a la chica del pasillo que lo observaba entrar - solo faltaba él -.

   — ¿Me estás siguiendo?  — dijo mientras se acercaba a paso lento —, ¿acaso eres alguna especie de acosadora?

   — No digas estupideces, Billy — rió levemente  —, por favor siéntate. Extendió su brazo indicando que lo hiciera en la silla del fondo. Hargrove estaba aturdido por la situación.

  — Buenos días  —dijo con una sonrisa mientras se sentaba en la mesa —, me llamo Celine Brown y durante este curso seré su profesora de literatura.

   Los murmullos comenzaron, no logro oír bien lo que comentaban, salvo uno. "La siguiente en la lista, seguramente lo hace del diez, JAJAJAJA". Celine sabe leer entre líneas, por lo que no iba a tolerar esto.

  — Silencio por favor —dijo elevando la voz para que se le escuchara, todos se callaron poco a poco. La mujer señaló a un peli-castaño pecoso que se sentaba al fondo, recostado en la silla, como si estuviera en su casa.

   — Tú, ¿cómo te llamas? —preguntó, luego se apoyó con sus manos a cada lado de su cuerpo.

   — Tommy Hagan, para servirle —dijo y guiñó un ojo. Celine señaló ligeramente la puerta del aula.

   — Largo de mi clase, tiene un cero y espero no verlo más por aquí el resto del curso —comentó seria —le recuerdo que puede pasar con dos asignaturas suspendidas y graduarse, pero si una de esas es lengua o matemáticas sólo podría suspender una.

   A Tommy se le había borrado la sonrisa hace mucho. No podía creer que le estuviera plantando cara alguien y menos que sea una mujer. La rubia cruzó los brazos, impaciente por que se fuera y ella poder empezar de cero. No iba a dejar pasar ni una, y menos si es una falta de respeto.

   — Estoy esperando a que se vaya  señor Hagan —ella le dió una mirada intimidante. El estudiante se levantó y caminó a paso lento por la clase hasta la puerta, tenía el ceño fruncido. Se notaba a kilómetros que estaba molesto.

   —Le doy un consejo, utilice el tiempo de mi clase estudiando en la biblioteca, que por si no lo sabía, es un lugar donde hay muchos libros y la gente estudia ahí —espetó harta —, una cosa más, y esto va para toda la clase. Como yo me entere de que le han faltado el respeto a alguien, me encargaré personalmente de que lo expulsen del instituto —dijo mientras pasaba su mirada por los rostros de sus nuevos alumnos.

   Después de esas palabras Tommy H. se fue, la señorita Brown les comentó que no le importaba que durmieran en su clase o estudiaran otra asignatura, siempre y cuando no molestaran a los alumnos que si querían aprender.

   Los alumnos seguían alucinando con el carácter de la nueva profesora. Una chica que pasaba desapercibida pensó que la profesora volvería todo patas arriba - para mejor- y no se equivocaba en absoluto.

    — Me gustaría empezar los primeros dos meses a dar filosofía y luego ya nos meteremos en la literatura —Celine se colocó detrás del escritorio y sacó su carpeta donde tenía la lista de clase —, me propongo a contagiarles mi interés por la filosofía.

   Billy maravillado con la mujer que se encontraba al frente se relamió los labios y observó cada uno de los movimientos de ella. Por otro lado Steve y Nancy medio coqueteaban e intentaban prestar atención. Jonathan estaba disgustado con todo, y Elizabeth, bueno a ella le parecía un apersona increíble su nueva profesora.

   — ¿Cómo te llamas? — le pregunto la rubia a Jonathan.

   — Jonathan Byres — contestó en un tono bajo.

   — Jonathan, ¿crees que la filosofía sirve para alguna cosa? —cuestionó mientras caminaba por la clase. El moreno contestó un si , eso es lo que quería oír, estoy harta de que la gente diga que la filosofía no sirve para nada.

   >>Parece que el sistema educativo se a olvidado de las preguntas, ¿Quienes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? Ahora solo importa qué empresas montamos y cuanta pasta ganaremos.

   —La filosofía sirve para reflexionar, reflexionar sobre la vida, sobre el ser humano y para cuestionarse las cosas. —Celine se encontraba recostada en la pared del fondo mientras todos giraban sobre su silla para observarla mejor y no perder el hilo de la lección.

   —A lo mejor, por eso se la quieren cargar, la encuentran peligrosa. La filosofía y el poder tiene una tensión sexual no resuelta —dijo expresándose de vez en cuando con los brazos, le gustaba hacerlo. Los alumnos rieron por lo que dijo la joven tutora. —, la filosofía no es solo un conjunto de preguntas profundas y verdades absolutas, la filosofía es poner patas arriba todo lo que damos por sabido.

   Al terminar de hablar y expresar su punto de vista, un silencio sepulcral se instaló de inmediato al rededor de todos. observo a todos y cada uno de sus estudiantes, por una milésima de segundos su mirada conectó con la del californiano y sonrieron mutuamente.

   — ¡Hostia! Tenéis todos una cara de empanados — todos rieron. —, en contra de lo que piensa mucha gente, los adolescentes no sois tontos. Lo que pasa es que están dormidos —lo ultimo lo dijo mientras chasqueaba los dedos.

   >>Quiero verlos despiertos, con las antenas puestas, atentos a lo que pasa a su alrededor, preparados para asumir las contradicciones y las dudas que plantea la vida. Y para afrontar las adversidades. Y, sobre todo, como en esta vida no siempre se gana, para aprender de las derrotas.

HOLI

·¿Les gusta Celine?

·¿Quién es esa alumna?

—adrianuchi