Existen leyendas de las tribus nómadas que cuentan la historias de la luna en realidad es un ser viviente que cada mil años muere y renace como si de un fénix se tratara pero con un pequeño sacrifico... Resulta que la luna tiene un representante en la tierra, cada mil años un nuevo representante nace mientras otro fallece para darle su energía a la luna y así se mantiene su círculo de vida. La leyenda que nos trae hoy aquí es sobre un hombre que se enamoro de ese representante, un hombre que se enamoro de la luna.
Según la leyenda, un hombre llamado Karius, un día conoció a la mujer que seria el amor de su vida caminando en un bosque cuando la encontró. Era una mujer de cabello completamente blanco que le llegaba a la cintura y unos ojos azules oscuros como las profundidades del océano, la encontró en una roca mirando la inmensidad del cielo nocturno alumbrado por un infinito número de estrellas. Karius estaba en silencio contemplando como aquella mujer empezaba a danzar sobre la roca, el y la luna eran espectadores. Algo dentro de el quería acercarse a la mujer pero otra parte rechazaba esa idea, sin darse cuenta comenzó a avanzar a donde se encontraba ella, no obstante en un abrir y cerrar de ojos aquella hermosa mujer desapareció del lugar.
Kairus no entendía lo que había pasado ¿Había sido una ilusión? ¿De verdad vio a esa mujer? Esas preguntas rondaban por su cabeza, pregunto a gente de la aldea por si alguien la conocía pero todas las respuestas fueron negativas, nadie conocía a esa misteriosa mujer. Karius resignado volvió al mismo bosque con la esperanza de poder volver a verla. Su decepción fue grande al llegar y ver que no había nadie, abatido se sentó en aquella gran roca mirando a luna sin darse cuenta que no estaba solo ya que esta vez era el quien estaba siendo observado.
"¿Son hermosas verdad?"
Karius miro sorprendido a aquella mujer frente a el
"Pensé que eras un espejismo, ¿co-como te llamas?"
"Selene"
Karius y Selene pasaron la noche hablando sobre su vida, ambos se sentían muy a gustos uno con el otro. El sol estaba y ambos tenían obligaciones así que se tuvieron que despedir y acordaron verse en el mismo lugar al anochecer.
Así paso el tiempo y ambos hacían la misma rutina, hablaban toda la noche se despedían al amanecer no llevo mucho tiempo que Karius se le declare a Selene esta ultima lo acepto con una condición.
"Si un dia no vuelvo no me esperes"
Karius no entendía porque le decía eso pero termino aceptando. Así pasaron años viéndose en aquel bosque en aquella roca. El le contaba historias y ella le enseñaba su danza pero un día Selene no apareció. Karius se sintió mal porque quería verla una parte de el estaba convencido de que solo fue por un día pero la otra parte le decía que se había acabado. Así paso el tiempo Karius cada noche caminaba hasta aquel bosque esperando encontrar a su amada en aquella roca y cada noche se llevaba otra decepción más. Una noche algo en una de sus típicas fugas a aquel bosque Karius sabia que ese día algo pasaría, los aldeanos decían que hoy habría luna de Sangre. Karius Esperaba que hoy pudiese ver a Selene, amaba ver la luna no se lo perdería. Las sospechas de Karius estaban en lo correcto aunque el hubiese deseado que no fuera así cuando vio a su amada en aquella roca pero algo andaba mal. ella no miraba hacia la luna sino que lloraba mientras se tomaba de la cabeza su hermoso cabello blanco como el marfil ahora estaba teñido de un rojo sangriento. Su amada estaba sufriendo y el no podía hacer nada para ayudarla.
"Karius amado mío es hora que sepas la verdad"
Susurro Selene al borde de las lagrimas. Karius escucho toda su historia mientras tomaba la mano de su amada y lloraba por la impotencia. Selene aquella mujer de la cual se enamoro no era una mujer normal, era una representante de la luna, un espíritu que debía su vida a la luna y hoy la luna pedía su energía de vuelta. Selene lo sabía, Karius lo sabía, hoy era el fin.
"Karius... quiero bailar"
Ese era el ultimo deseo de su amada, Karius con todo el dolor de su corazón empezó a danzar con su amada a la luz de la luna roja aquel baile que ella le enseño. Karius lloraba mientras veía como el cuerpo de su amada iba desapareciendo y aquel color rojo de la luna también lo hacia. Karius fue el único que había terminado la danza ya que su amada había desaparecido. El sabia que no volvería a verla físicamente pero siempre que mire la luna su amada estaría con él...