Mierda.
No hay duda que aquel lobo no me dejará vivir. Y me niego a que me encierren nuevamente. Me siento revitalizada, poderosa, por primera vez en días mi estómago está en paz.
Más lobos se acercan, no los veo pero soy capaz de sentirlos.
Esta noche mando yo. O lo que sea.
No soy tan tonta para enfrentarme al lobo, Estoy segura que me puede partir a la mitad con un mordisco. Pero salto y me subo a la punta del árbol del cual reciénme apoyaba. No tengo idea de dónde he sacado estas energías sobrehumanas, pero ahora no es tiempo de averiguarlo.
Al igual que como salté al cuello de Gabriel, saltó de rama en rama, escapando. Mis pies tienden a resbalar pero logro mantener el equilibrio. Sé que los lobos no pueden subir tan alto, así que me siento segura aquí arriba. Mis piernas son livianísimas, y con un pequeño impulso puedo llegar muy lejos. Me ayudo también con mis manos a arrimarme al nuevo árbol, y sigo así un rato hasta no poder escucharlos.
Sorprendentemente no siento mi respiración agitada para semejante ejercicio, hago el gesto de tomar aire pero no siento el alivio de hacerlo.
Me he acercado a las grandes montañas rocosas, las cuales separan a un montón de pequeños pueblitos famosamente azotados por el invierno canadiense. Las montañas no tienen tanta nieve gracias al verano, pero aún así siento el frío bajo los pies, nada molesto para andar descalza.
El cielo estáaclarando, muy de a poco. Tengo sueño, supongo que la adrenalina me ha bajado, no tengo las energías de llegar a la ciudad más cercana, debe estar a unas dos horas de aquí, y me siento tan satisfecha luego de... el recuerdo me da un escalofrió de placer, niego con la cabeza y camino entre las montañas rocosas con una destreza que no sabía que poseía.
El día está a minutos de nacer y siento una necesidad inminente de resguardarme en la oscuridad. Logro meterme en una grieta que se ha formado al causar de los años, que para mi sorpresa es bastante profunda. Llego al fondo y me siento en el suelo de roca. No es para nada cómodo, pero bastará para descansar un poco y meditar lo que acaba de suceder.
Debo estar soñando.
Estuve encerrada en el lugar más extraño del mundo, el cual, suponía era una especie de secta canadiense ultra secreta luego de que una animal nos atacara en el bosque. Gabriel, llamado "Alfa" es su jefe, ultra atractivo y amor a primera vista si lo hubiese conocido en otras circunstancias. Días con mucha hambre, muy débil, logro escapar y yo sin ser yo muerde en el cuello a Gabriel probando lo más delicioso que han tocado mis labios hasta hoy en día, llenándome de energías y sintiéndome lo suficientemente fuerte para salir volando de ese lugar.
Descalza.
En una bata de hospital.
Sin morir de frío.
Esto no puede estar sucediendo realmente. Estoy 98% segura que vi a Gabriel transformarse en un lobo, gigante, como aquel que vi hace unos días en el bosque junto a él. "Alfa", eso es de lobos, de manadas.
Y yo... lo mordí, luego de no haber sido capaz de probar una pizca de otra comida.
Pero... los que beben sangre son los vampiros, que odian a los hombre lobo ¿Cierto? quizás estaba tan hambrienta que...
¿Seré un Vampiro?
Miro mis manos como esperando encontrar una respuesta en ellas.
Algo me mordió en el cuello ese día en el bosque, pero... ¿Serán estos los monstruos de los cuales me advertía mi abuela? ¿Ahora soy uno de ellos? ¿Es siquiera posible?
Mis ojos comienzan a pesar, y aunque tenga mil preguntas rodeando en mi cabeza, hace mucho no tengo una noche de buen sueño por el hambre que sentía, pero ahora con el estómago lleno, me permito cerrar los ojos y descansar.

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Muerte al Vampiro
WerewolfHace tres días Emma fue mordida en el cuello. Hace dos días el Alfa de Canmore encontró a su compañera. Al igual que el Alfa de Banff.