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Al finalizar la guerra y ganar el Niño-No-Tan-Niño-Dorado, todos los mortífagos fueron llevados a juício.
Los amigos de Draco y él salieron prácticamente ilesos, no tanto sus padres, pero ninguno llegó a ir a Azkaban, y eso era algo bastante bueno.
Todo se volvió horrible y oscuro para todos ellos, fueron atacados, perseguidos y humillados. Diariamente debian soportaban insultos cuándo caminaban por la ciudad mágica, pero no podían quejarse, ya que solo voltearon la cara e inventarían una excusa para justificar esa falta de respeto, y ni ellos ni sus padres, y lastimosamente sus padres no habían podido protegerlos, ni ayudarlos, mucho menos salvarlos.

Un buen día se hartaron de toda esa mierda y llegaron a la decisión de irse lejos en un viaje al mundo muggle, donde no los conocían, por lo tanto no podrían juzgar su pasado. Sería un gran nuevo comienzo para reorganizar sus ideas y preparase para lo que les esperaba.

Cada uno de ellos llegó a su casa e informó a sus padres sobre la decisión, sus padres trataron de persuadirlos y de convencerlos de que no era buena idea. Obviamente estaban reacios a dejarlos ir. Pero la decisión ya estaba tomada y era inevitable el hecho de que se irían. No les hizo nada de gracia, sus caras lo decían, pero sus padres habían perdido voto sobre ellos cuando los condenaron, aunque no fuera apropósito, le habían arruinado la vida, y no les quedó de otra que morderse la lengua y poner su mejor cara. Su única condición fue que vivieran juntos, pero estó ya lo habían hablado entre ellos y era obvio que vivirían todos en la misma casa, era más seguro y mejor así.

A los días ya tenían todos listo para la partida. Todos, los jovenes y sus padres se encontraban el la mansión Malfoy. Pues desde allí partirían, sería más comodo y bastante más rapido para los jovenes. La despedida había sido bastante incómoda y seca, para algunos. Aunque realmente sus padres los iban a extrañar, no por ello iban a actuar como tal, en el fondo se sabía y con eso tenian suficiente.

Ya después de la despedida, tomaron rumbo a Londres muggle y eso emocionaba a Pansy y a Theo.

Pansy: ¿No os da emoción? ¡Por fin conoceremos a los munggles y sus costumbres!

Pansy tenía el rostro radiante y lleno de emoción, a diferencia de Draco y de Blaise, que apesar de que ambos conservaban su encanto y belleza natural, sus rostro estaban pálidos, sin vida, ni emoción.

Theo: Pues será muy interesante saber cómo vivien los muggles.

Le contesto Theo, la contestación fue así ya que trataba de ocultar la gran emoción que sentía, a Theo le agradaba mucho la idea de saber más sobre los muggles, el porqué él simpatizaba tanto con ellos. Esta sonrió aún más grande, el saber que no es la unica, le alegra.

Blaise: Bueno será divertido, supongo.

Draco: Siempre y cuando no se enamoren, todo ira bien, y podría llegar a ser entretenido, ¿no?

Pansy y Blaise rieron con ganas, mientras Theo miraba algo asqueado a Draco por lo que había dicho.

Theo: Uy, no, por favor, Pansy contrólate, este viaje es para disfrutar, no para que tus papás lleguen, arruinen nuestro viaje y te terminen matando.

Esta vez quien reía con ganas era Draco, al ver el rostro de su amiga ponerse pálido.

Pansy: No, no pienso hacer que me desherreden, por algo tan tonto, y yo también me he trabajado esa herencia.

Su tono supuestamente serio fue el detonante de las carcajadas de todo el grupo.

El camino a su nuevo hogar fue, por lo menos, una tortura, para ellos era difícil de entender el funcionamiento del maps. Llevaban por lo menos dos horas buscando su vivienda, Draco y Theo estaban discutiendo sobre donde debían ir y Blaise ya estaba harto, solo se quedó esperando en un banco cercano.
Pansy ya desesperada por no entender, le pidió a dos personas que se encontraban por ahí ayuda.

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