sobre mi muerte.

0 0 0
                                    

No llores por mí, al final todos nacemos condenados a morir, la vida es solo aquella condena disfrazada de esperanza; he de aclarar que tú sola presencia hace dulce el veneno de la vida y que tomar tú mano le regala paz al alma, que hiciste de mi condena el paraíso, aunque nací condena a morir, yo viví por tí.

tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora