𓂅

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{you such a dream come true, make a bitch wanna hit snooze}

— Desnudo, sobre la cama y abierto para mí, ahora — demandó con una ronca y baja voz, a lo que el menor, de forma ansiosa acató sin chistar desnudándose al minuto y acostándose con una de sus piernas flexionadas en la cama. Esperando el próximo movimiento de su mejor amigo quien sacó un condón y lubricante del cajón de la mesita de luz cercana a ellos.

El aspecto físico de Jeongin no se quedaba atrás, para nada, y eso Hyunjin lo tenía muy presente. Su belleza era muy visible, tanto que lo tenía loco por él.

Y es que, los rellenos belfos que constantemente relamía o mordía de manera inconsciente, las gráciles caderas, los muslos fuertes y la sonrisa amplia, su delicada y perfecta piel con su claro cabello rubio lograban que Jeongin luciera jodidamente sexy.

Trepa posicionándose entre las piernas del otro, reparando en tan exótica imagen. Hasta puede llegar a jurar que es la mejor que ha podido apreciar con sus ojos en toda su vida; el rubio atendiendo su doloroso pene con un despacio vaivén esparciendo el presemen por toda la longitud. Una mueca de placer yace en su angelical rostro al mirarlo desde abajo, con sus dulces y brillosos labios ligeramente abiertos soltando pequeños gimoteos. Tan necesitado de recibir su atención.

— Date pris... — intenta reclamar pero es interrumpido por el contrario que se arrodilla agarrando su semi erecto miembro para autocomplacerse mientras lo observa desde lo alto.

— Sigue tocándote, precioso — ordena de forma entre dominante y suave mientras se inclina sobre este, sosteniéndose con un solo brazo a la altura de la rubia cabeza. — ¿Cuántas veces quieres correrte esta noche, Jeongin? — dice jocoso, una sonrisa de tiernos hoyuelos aparece discrepándose con la lujuria que irradiaba.

Una vez tiene nuevamente una erección, dirige su mano libre a uno de los muslos del menor de ellos, disfrutando la tersa y lisa piel bajo su tacto.

Su amigo jadea soltando su miembro para llevar sus propias manos al torso del chico sobre él y tocarlo a su gusto, para posteriormente sonreír de manera vaga rodeando su cuello con sus brazos y su fina cintura con una de sus piernas. Intentando apegar más sus cuerpos y crear algún tipo de fricción para calmar su desespero.

— Las veces que aguantes — responde divertido provocando que Hyunjin se aproxime a su mandíbula, dejando una fuerte mordida que hace entre gritar y gemir al menor para luego pasear sus labios por esta hasta llegar a su oído izquierdo.

— No estoy seguro que ese culito que tienes lo pueda soportar, pero.bien, lo intentaremos — habla arrogante, manteniendo su sonrisa ladina. El de hebras claras niega riendo bajo, sin llegar a separar sus labios — Muy bien, Innie, ahora chupa — dirige tres de sus largos falanges a su cavidad bucal para que este empiece a ensalivarlos con fervor, sin despegar en ningún momento sus fanales empapados de placer de los de Hwang, quien le devuelve el gesto de igual forma admirando lo obsceno que podía llegar a ser —  suficiente — suspira extasiado, retirando sus dígitos con rapidez.

Tantea su estrecha entrada, haciéndolo delirar, e introduce un dedo lentamente a la vez que esparce besos húmedos por sus claviculas, descendiendo a su pecho y pezones. Creando un camino de marcas rojizas en esa piel morena que lo volvía insano. Ante esto, Jeongin soltaba fuertes gimoteos, impaciente por obtener más.

Entonces Hyunjin decide darle más, metiendo repentinamente los otros dos para penetrarlo ahora con tres dígitos y maltratar su próstata sin compasión, motivando a que el volumen de los gemidos del rubio aumenten para pasar a ser gritos descontrolados.

— P-por favor... Hyunjin — ruega con voz vulnerable mientras se deshace por las acciones de este.

El azabache detiene su juego de morder uno de sus pezones para alzar la mirada al tembloroso chico que está torturando.

— ¿Por favor...qué? — cuestiona burlón, sus ojos destilando perversidad y diversión.

— Fóllame. Ahora — soltó directo, descarado, a la vez que le retorna la mirada con sus orbes cristalizados. Su amigo sonríe amplio ante lo dicho, gozoso. Jeongin estaba tan necesitado de sentir su polla y el pelinegro le haría caso, porque él no es quién para decirle que no.

Asi que quitando sus dedos y posicionándose mejor, sostiene su miembro para lubricarlo bastante y alinearlo en su entrada dilatada. Comienza a entrar lento siendo apresado jodidamente delicioso por el cálido interior del menor, ocasionando que un gruñido de deleite salga de su garganta y un gemido satisfecho se escape de los rosados labios contrarios, ambos abrumados por el placer que los rodeaba, cortando así el beso que habian iniciado.

— Mierda, esto se siente malditamente bien — suspiró una vez que estaba completamente dentro, y empezó a penetrarlo luego de que Jeongin movió sus caderas, haciendo alusión de que ya estaba listo.

Su boca se acercó nuevamente a la del de abajo, percatándose que se estaba haciendo un adicto por atacar sus belfos en cada oportunidad que tenia, sin tener suficiente de ellos. Y es que no era sólo eso, todo Jeongin le atraía. Desde seguramente mucho antes de que el rubio se fijara en él.

En el momento que vio cómo su amigo pasaba de ser alguien tímido a tener una personalidad más descarada, fue cuando admitió sentir atracción por él. Su curiosidad lo llevó a querer saber cómo es que el menor se comportaba en la cama y, joder, mentiría si no dice que se sorprendió al descubrirlo.

El dia que Yang lo encontró semidesnudo fue totalmente intencionado, Hyunjin muy bien tenía conocimiento de que el otro iría. Entonces cuando lo recibió, puso la tonta excusa de que recién había terminado de bañarse y al llegar Yang temprano, no le había dejado tiempo de vestirse. Ja, sí, claro.

Había sonreído creyendo que habia logrado su cometido al notar cómo es que Jeongin pasaba sus ojos analizándolo y luego evitando mirarlo todo lo posible. Mas eso fue lo único que obtuvo, oh y que el rubio se hiciera gay pero nunca lo intentó con el pelinegro, llegando a pensar que quizá no era su tipo.

Hasta esa noche, donde ahora Hwang disfruta arremeter contra la próstata de su amigo que se encuentra retorciéndose por tantas sensaciones mientras encorva su espalda, tira su cabeza hacia atrás y rasguña con impetu su ancha espalda. Gritando su nombre y sudando, luciendo tan bellamente desastroso. Derritiéndose en su manos tal como él así lo quería.

Afianza el agarre en su cintura, ya marcada por sus grandes manos, para entrar con más fuerza y rapidez obteniendo que el otro suelte gemidos ahogados por la intensidad en que le propicia las embestidas.

— Lindo , sigue, a-ahí...mmgh — Jeongin para nada contiene sus agudos gritos que seguramente se escuchan en las casas vecinas. Sin embargo eso les da igual a ambos porque ahora es su momento de gozo y nadie les puede decir nada.

Sólo ellos dos envueltos en su placer, compartiendo y disfrutando la misma pasión por el cuerpo del contrario.

La presión en sus bajo vientres se hace presente y con un gruñido que dictan el nombre del otro, se liberan. El rubio llegando al clímax, sin siquiera tocarse, con el pelinegro siguiéndolo segundos después, con unas certeras y duras penetraciones más.

El mayor se deja caer despacio sobre el cuerpo bajo él y lo único que se escucha ahora, son sus irregulares respiraciones.

— Lo hiciste tan bien, precioso — halaga una vez recupera el aliento, comenzando a dar besos por su cuello y haciendo que su amigo rodee con sus brazos el suyo — juro que podria vivir follándote y no me cansaria de ti nunca — sonrie viéndolo ante la risita inocente del chico provocada por su comentario. — Dime Innie, ¿quieres saber lo que gané o quieres que te siga jodiendo? — susurra sobre su boca para después bajar dejando un casto beso en su mentón.

Maldita sea, Hyunjin lo había puesto en una dificil elección.

Editado ⁵

𝗟𝗢𝗦 𝗔𝗠𝗜𝗚𝗢𝗦 𝗡𝗢 𝗦𝗢𝗡 𝗖𝗢𝗠𝗜𝗗𝗔 | h.hj + y.jgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora