𓂅

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{if I put it quite plainly. just gimme them babies}

¿Lo está haciendo en serio? ¿Hyunjin lo está probando o es sólo su imaginación?

Se pone de pie, decidido. Se acerca al chico que no despega sus ojos en ningún momento y que tampoco hace movimiento alguno para alejarse cuando Yang se inclina hacia él.

— Hwang Hyunjin — reitera su llamado, seductor. El deseo bailando en la punta de su lengua al verlo de tan cerca — quiero que me folles — susurra manteniendo una pequeña distancia entre sus bocas. Ya no hay vuelta atrás, sólo queda esperar la reacción contraria. Las cejas del susodicho se alzan con sorpresa ante el vocabulario ajeno, tan directo.

Entonces suelta una corta risa vaga antes de rápidamente sujetar la nuca del rubio con una mano y estampar sus labios con los de este. Él no esperó tanto tiempo para que Jeongin dijera eso y ahora no hiciera algo al respecto.

Su mejor amigo lo necesitaba.

Domina el beso, sus belfos saboreando con desespero los contrarios, pero quiere más. Es así que a la minima que el menor los abre, él mete su lengua; explorando con vehemencia su cavidad bucal, sin perder el tiempo. Y es ahí que jura que besar a su lindo amigo se siente como probar la gloria.

Finalizan el caliente beso a causa de falta de aire, mas el mayor empieza a jugar con los labios ajenos, tocándolos con su pulgar. Piensa que estos se encuentran más hinchados y apetecibles, e instintivamente pasa su lengua por los propios aún sintiendo el sabor de los del contrario.

— Tienes una muy linda boca, precioso, ya puedo imaginarme lo que sabes hacer con ella — su mirada ahora pasa a sus orbes. — Dime, ¿qué gano si te follo? —cuestiona divertido, una sonrisa danzando en su rostro pero sin salir a flote.

— ¿Qué crees que ganarás, idiota? Tendrás a tu ardiente mejor amigo gimiendo tu nombre bajo tuyo, ¿qué más quieres?

Bueno, la respuesta está más que clara; provocar a Yang.

El menor eleva una ceja con incredulidad y ríe nasal mirando a su costado un segundo antes de volver su vista al pelinegro. Está jugando, ¿verdad? Pues entonces le seguirá el juego.

— ¿Qué quieres ganar? — suelta seductor luego de darle un casto beso. Lo empuja suavemente para levantarse y llevárselo escaleras arriba, a su habitación.

— Cuando dejemos de follar, te lo diré — un brillo libidinoso y de maldad aparece en sus orbes gatunos, quienes lo devoran con sólo observarlo. Bueno, no se esperaba para nada esta reacción de Hwang, está totalmente asombrado porque salió mejor de lo que creía — y no habrá quejas si disfrutas lo que haré, ¿entendido? — avisa acariciando su mejilla mientras deja pequeños besos en su mandíbula provocando que trague con fuerza y asienta con un ávido pensamiento.

¿Entonces él también lo quería hacer?

Jeongin quizá debería sentirse como el que domina, digamos, fue quien comenzó con esto y ahora es Hyunjin quien tiene el control; ¿en qué momento cambiaron los roles?

— Espera — detiene los movimientos contrarios poniendo ambas manos en su pecho — quiero ser el que domine — dicta clavando su vista en su mayor seriamente. Al rubio le encantaba ser el que recibe, sí, mas también le gustaba ser el que mande en el acto sexual, amaba llevar a su acompañante al limite.

— ¿Quieres ser el activo? — pregunta con un ceño fruncido — lo siento, precioso, pero ese culito tiene que ser follado por mí — niega con la cabeza a la vez que deja caer una mano abierta en una de sus nalgas ocasionando que Jeongin gima entre sorprendido y excitado — además, no me gusta ser el pasivo.

— Joder, Hyunjin — suelta un tanto abochornado. — Digo de ser el que domine el sexo, por más que sea pasivo también me gusta mandar, ¿sabes? — comenta sonriendo mientras enreda sus brazos en el cuello del susodicho quien luego de eso deja salir una carcajada a la vez que recibe un golpe del otro en su hombro.

— Bien — dice uniendo sus frentes al mismo tiempo que lo sujeta de su cintura — pero será en la segunda ronda — deposita un casto beso en su boca antes de alejarse yendo hacia la cama. — Dijiste que te gustó ver mi cuerpo semidesnudo. — habla mientras quita su remera y desabrocha su pantalón, sin quitárselo, para luego sentarse en la orilla observando al menor con una sonrisa de lado que deja ver uno de sus incisivos... — Entonces ven aquí, tienes el permiso para desvestirme por completo y tocarme todo lo que quieras, Innie — continúa en canturreo socarrón, mordiendo su labio inferior. Sus manos hacia atrás, apoyadas en la cama sosteniendo su peso y dejándolo en una posición que hace destacar sus abdominales y su pelvis.

Jeongin no sabe en qué momento terminaron así, o qué milagro era ese. Sin embargo, si sabia que lo iba a disfrutar.

Editado ²

𝗟𝗢𝗦 𝗔𝗠𝗜𝗚𝗢𝗦 𝗡𝗢 𝗦𝗢𝗡 𝗖𝗢𝗠𝗜𝗗𝗔 | h.hj + y.jgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora