Twisted Wonderland: Escenarios.

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Escenario: Cuando te miran recién levantada.

Lilia:

-Buenos días dormilona~

Lilia juguetea un poco contigo para que puedas levantarte y una vez lo haces, revelas tus enredados cabellos junto con tus ojos llenos de bolsas y una cara de "matenme"

-Te ves tan radiante como siempre cariño.

-.... Tengo sueño.

-Knfu~ lo se, pero no es momento para eso, hay que ir a clases.

Lilia te sigue viendo igual de hermosa que cuando estás arreglada, incluso diría que le gusta mucho más verte recién levantada ya que se considera algo más íntimo y de confianza.

Deuce:

-Buenos días _______, hay que levantarse o se nos hará tarde.

-... Ya voy.

Miraste a Deuce y el a ti, generando que al chico peli azul se enamore más de ti por alguna razón ¡Te veías tan tierna en ese estado! No importaba lo que los demás e incluso tu dijeras, el te veía hermosa de todas las formas y punto.

-¿Mm? ¿Que pasa Deuce?

-¡N-Nada! L-Lo siento es qué... Luces hermosa.

-... ¿Que?

Jack:

-Oye, levántate, ya es hora.

-Ya se, ya se.

El lobo al ver tu rostro recién levantado no pudo evitar agitar su cola con entusiasmo debió al fuerte sentimiento de su corazón. El estar en un estado tan íntimo y único que el veía más seguido que los demás lo hacía sentirse especial.

-¿Pasa algo Jack? Tu cola se mueve muy rápido.

-¡N-No es nada! S-Solo levántate.

Lilian (Un Oc mío):

-Buenos días corazón~

-... Matenme.

-Ara ara~ ¿Quieres que te mate de amor?

La peli roja te empezó a dar varios veces en tu cara hasta que te hartaras de ella y te levantarás por voluntad propia. La bruja al ver tu rostro todo baneado y tus cabellos alborotados solo le causó ternura ¡¿Cómo era posible que te vieras hermosa de todas las formas?! Era algo que ella no entendía pero amaba.

-Te ves hermosa como siempre.

- ¿Gracias? Aunque tu pareces de esas en las películas que las actrices despiertan perfectas y con maquillaje.

-Nfu~ una bruja tiene sus propios trucos de belleza.

Leona:

-Leona, ya hay que levantarse.

-No.

-¡Leona!

-No quiero.

El león volteó a verte y lo que vio le dio algo de risa y ternura a la vez, tu cara recién levantada. Tus greñas y tu cara un poco perdida por el sueño solo le dieron más ganas de acurrucarte contra el, y eso fue lo que hizo.

-¡Ey, Leona, llegaremos tarde!

-Cinco minutos más.