Hasta que el amor nos separe...

Parte 14: No hay nadie mejor que Henry para ti.

Henry: entonces, papá... es oficial.. Sophie es mi novia... ( dijo mirándola enamorado)

Hank: ya era hora...( dijo cerrando el periódico) pensé q iba a morir sin poder presenciar este momento !!!

Sophie: Cómo eres de fatalista Hank...

Hank: no hay nadie mejor que Henry para ti....y no hay chica que te quiera mas que Sophie..

Henry: Si mal no recuerdo, te invité a un fin de semana en el campo...

Sophie: ya hice mi bolso ... ( le dijo divertida) el único problema es salir con todos esos periodistas afuera... ( dijo corriendo la cortina y mirando)

Hank: tranquilos...yo los distraigo...salga por la puerta del fondo....

Hank caminó hasta la puerta de calle y todos se agolparon 

Hank: A ver babosos..q quieren saber?

Tom golpeó con fuerza la puerta del departamento de Charlize

Charlize:  Heyyy q pasa? ( dijo abriendo sorprendida, aun estaba en pijama)

Sin mediar palabra la empujó hacia adentro y comenzó a besarla con furia...

La casa de campo tenía una bodega donde de niños siempre iban a jugar.  Había un olor especial de encierro seco y era esa hora de media tarde en que todo parece dormirse en el campo, en que ningún ruido llene el espacio y el tiempo parece detenido. Una hora de soledad.

 Henry había terminado de bajar los bolsos y víveres del auto,  buscó a Sophie, pero no la encontró, Estaba escondida tras unos cajones grandes llenos de maíz, el sabia que  estaba en alguna parte. 

Henry: Sophie..sabes q odio este juego...podrías salir de atrás de esos sucio cajones??

Ella divertida salió de su escondite y se arrojó en sus brazos..

Sophie: Cuánto te quiero Henry !!!! ( dijo trepando en él y abrazándolo con sus piernas)
El la apoyó contra una mesa, abriendo con lentitud los broches de su blusa, su sostén blanco quedó expuesto y pudo comprobar que los pechos parecían querer estallar dentro de esa prisión sutil.

Entonces, llevó sus manos a la espalda y con un solo movimiento apartó los broches, los pechos surgieron insolentes hacia la libertad llenando el espacio frente a sus ojos.

Sus manos extendidas acariciaron su anhelado tesoro, casi con temor de poder romper el hechizo, pero fue la voz de ella la que lo convenció que estaba en la realidad.

Sophie: NO hay nada que me guste mas que sentir tus manos

Los acarició con vehemencia, los aprisionaba en sus manos, los recorría saltando de uno a otro, sosteniendo su gravidez, levantándolos y juntándolos apretando los pezones entre sus dedos mientras Sophie lo abrazaba para que pudiese tenerlos mas cerca y para sentir el aliento caliente de su boca sobre la piel.

Se sintió hervir cuando sus pezones eran azotados por esa  lengua voraz , su cuerpo comenzó a latir como no lo había experimentado antes.

las manos de ella que sostenían su cabeza entre los pechos, comenzaron a impulsarla hacia abajo, recorriendo el vientre desnudo, siempre hacia abajo, hacia ese centro que le latía desesperado, anhelante y solitario, hacia ese centro entre sus piernas que se estaba derritiendo, que manaba deseo liquido sin interrupción que se abría como una flor madura mostrando descaradamente sus hojas abiertas y calientes como labios impúdicos.

El no ponía resistencia alguna, con su boca pegada a su piel entró en la zona de su bosque, duro y espeso, sin detenerse, hasta que encontró el obstáculo en el clítoris dilatado inflamado de deseo palpitante y supo que había encontrado su tercer pezón, el mas duro, el mas caliente, el mas escondido, que lo estaba esperando sin  saberlo.

Y su boca ya diestra lo hizo suyo, sin detenerse un solo momento, sin negarle ninguna caricia ningún mordisco, ningún beso. Su lengua entrando y saliendo de ella para volver a besarlo y llevando el aroma de esos besos hasta las profundidades que ahora eran suyas, sin que se lo pidiera porque se las estaba brindando de una manera brutal y hermosa, entonces se incorporó,  desabrochándose  el pantalón y penetrándola despacio hasta alcanzar el climax entre embestidas rítmicas y sensuales...