Jun Hyung, ¿Qué es el JuNo? » JuNo

» O5

Jun se adentró a la habitación que compartía el tierno peli-rosa con su mejor amigo, abrió la puerta con el mayor cuidado que pudo tratando de ser silencioso, encontrándose al menor durmiendo plácidamente.

—Uh, eres muy lindo— susurró, acercándose al peli-rosa para poder cubrirlo con una manta.

Jun se quedó un rato viendo al menor, veía su carita tan inocente al dormir que lo único que hacía era llenarlo de ternura.

—Creo que me iré... descansa Channie— dijo el mayor, dejando una suave caricia en la frente del peli-rosa, antes de levantarse para poder retirarse de la habitación.

—Hyung...— escuchó el mayor, giró sobre sus talones para encontrarse con un peli-rosa mirándolo fijamente, aún somnoliento— Hyung...

—Channie, ¿estás bien?, ¿no dormiste anoche?— preguntó, acercándose a la cama para sentarse nuevamente en esta, viendo como el peli-rosa lo miraba con un puchero.

—No dormí bien anoche, estaba...— demoró en contestar— estaba leyendo algo— un leve color carmín se posó en sus mejillas— uhm...

—¿Leyendo? ¿Qué leías?— preguntó curioso.

—U-Un libro de lobos...— sonrió intentando ocultar su pequeña mentira— por cierto, Hyung ¿qué hacías aquí?

—Vine a verte, los chicos me dijeron que tenía sueño y que no querías ir a la piscina con ellos, así que pensé que tal vez estabas enfermo.

—Vino a cuidarme— sus ojos parecían brillar, Jun dejó escapar una pequeña risita.

—Uhm, solo vine a verte, nada más— dijo, viendo un puchero por parte del peli-rosa.

—Si me enfermara... ¿usted me cuidaría?— preguntó con un poco de curiosidad, sintiéndose emocionado por la respuesta que podría dar el mayor.

—Puede ser, si no me da pereza, lo haría— el menor hizo un puchero mientras fruncía su ceño, que en lugar de verse molesto, se veía adorable.

—Ash, eres un mal Hyung— se quejó, escuchando las risas por parte del mayor.

—Ya ya, prometo cuidarte si enfermas— dijo, observando el rostro de emoción del peli-rosa.

"Lindo..."

—¡¿Enserio?! ¿Me lo promete?— preguntó el peli-rosa con un claro tono de emoción en su voz, Jun sonrió, verlo así hacía que su corazón comenzara a latir con fuerza.

—Sí, Chan, ya te dije que sí— respondió, viendo la hermosa sonrisa del menor, con sus mejillas de un leve color rosa. Esa tierna imagen era demasiado para el pobre corazón de Jun— Ehm, pues, me voy. Así puedes dormir mejor.

—¡No!

—Chan...

—Quédese conmigo...