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Jun hace dos minutos se encontraba plácidamente dormido.

Claro, hace dos minutos, porque luego comenzó a sentir como amasaban, apretaban y hundían aquellos deditos lindos en sus mejillas, y él sabía perfectamente quién era.

—Amor, cariño, precioso, por favor, déjame dormir— pidió, Chan quien estaba sentado sobre él solamente gruñó.

—¡Pero es que... ¡Tus cachetitos son muy bonitos!

Jun suspiró y una pequeña risa salió de sus labios cuando nuevamente comenzó a sentir como Chan amasaba sus mejillas.

Jun quién estaba acostado aún con sus ojos cerrados, los abrió para encontrarse tremendo arte frente a él, un Chan muy bonito dándole mimos a sus mejillas las cuales habían agarrado un poco de ¿gordura?, ajá, desde que Chan se dio cuanta de eso, no lo dejaba en paz.

—¡Te ves tan precioso, Junnie!— chilló.

—Tu belleza no se compara conmigo.

—¡Hyung! ¡No digas eso!— aquellas mejillas que Jun amaba habían tomado un color rosado, no puede ser, Wen Junhui estaba teniendo un ataque a su pobre corazón por semejante belleza.

—Ven aquí— Jun tomó el rostro del menor haciendo que éste se acercase para así dejar un beso en esos lindos labios— eres precioso.

—¡Hyung!

Chan inconscientemente había movido sus caderas en el regazo del mayor, haciendo qué Jun gruñera y sintiera un leve calor en aquella zona que... ¿por qué explicar?, bien que lo saben.

—Oh, cálmate, Chan-ah.

—Uhm...— ¿por qué Chan es tan travieso? se preguntó Jun cuando sintió como su novio movió sus caderas, otra vez— Junnie, me gusta que estés mas gordito, ¿sabes cuánto amo tus cachetes?

—¿Sabes qué otra cosa tengo gorda?

—¡H-Hyung!

Jun Hyung, ¿Qué es el JuNo? » JuNoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora