Capítulo 03

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El pequeño rubio se abrazaba a sí mismo, hacía frío y le dolía mucho la cabeza. Se encontraba en un cuarto iluminado solo por la luz que se colaba por la ventana, no sabía cuánto tiempo había pasado durmiendo ni cuánto desde que despertó.

Tenía mucho miedo y estaba preocupado por su Noona y Taehyung.

Sus orejitas se levantaron alertas al escuchar pasos acercándose, con temor se alejó hasta el otro extremo de la habitación y abrazó sus rodillas con fuerza.

La puerta se abrió y las luces se encendieron cegándolo por unos momentos. Con cuidado abrió sus ojitos verdes y frente a él se encontró al alfa que se lo había llevado junto a otro alfa más alto.

-Se lo dije, es una preciosura –hablaba tratando de convencer a su cliente.

-Lo es –confirmó la gruesa voz- pero creí que me habías dicho que eran dos.

-Sí, bueno, lo siento –se disculpó con fastidio- tuvimos ciertos problemas y solo logramos traer a este.

-¿Cuántos años tiene? –preguntó acercándose al cachorro quien al instante le gruño y trató de darle un zarpazo, el alfa fue rápido y alejo su mano con una sonrisa de satisfacción.

-Tiene 8, pero es toda una fierecilla –dijo el hombre con enojo y mirando amenazante a Jimin.

-No te preocupes, pagaré lo que me pides por él –dijo al instante- voy a divertirme mucho cuando lo esté domando.

Jimin sintió un escalofrío correr por su espalda, sentía que ese hombre era el verdadero peligro.

10 años después.

Un rubio omega despertó con terror, su cuerpo temblaba y el sudor mojaba su pijama. El recuerdo convertido en pesadilla de nuevo lo había visitado, respiró con fuerza, tratando de que sus pulmones se llenaran del aire suficiente.

Se levantó con dificultad de la cama y sintió el cuerpo pesado, supuso que se debía a los temblores provocados por el miedo, camino sintiéndose extraño hacia el baño.

Después de tomar una ducha rápida y poniéndose el pantalón ceñido a su cuerpo junto a la camisa de botones (ambos blancos), salió de la habitación y caminó por los enormes pasillos de la mansión.

Se sentó en una silla de la enorme mesa que en esos momentos se encontraba vacía.

Una de las empleadas del lugar llegó para servirle el desayuno que consistía en fruta picada y un jugo verde. El chico comenzó a comer con tranquilidad, después de agradecerle a la amable beta.

-El Señor quiere verlo cuando termine su desayuno –informó la misma haciendo una pequeña reverencia y se retiró del lugar.

Jimin suspiró, sabía que esa pesadilla era por algo, nada bueno resultaba cuando ese hombre le mandaba a llamar.

Su apetito se había esfumado y se levantó con pesar para dirigirse al despacho del dueño de esa casa.

Tocó tres veces antes de que una voz masculina y fuerte le permitiera pasar. El menor abrió la puerta despacio pero unos brazos lo jalaron con brusquedad.

El pánico se apoderó del rubio al sentir el aroma del alfa, era obvio que el hombre estaba en celo.

-¿Sabes qué día es hoy, Jim? –preguntó con la voz ronca- hoy se cumplen 10 años desde que me volví tu dueño, desde que te di un lugar en dónde dormir y un plato de comida. Creo que es hora de que me agradezcas, ya no puedo esperar más para tomarte.

Save Me |Libro #1| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora