Donde Jeno y Renjun son mejores amigos que se dan cariño en exceso.
→ Fluff, fluff, fluff y más fluff.
→ Contenido homosexual.
→ Pedir permiso para su adaptación.
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Renjun nunca se había sentido tan completo.
Toda su vida había sabido que le faltaba algo, algo especial. Se dio cuenta de ello cuando admitió sus sentimientos por su mejor amigo.
Pero ser pareja de Jeno solo había mejorado las cosas.
— ¿En qué tanto piensas? —. La voz ronca de recién despertado de Jeno lo distrajo de su hilo de pensamientos.
— En ti.
Jeno sonríe, desapareciendo los ojitos por completo y lo atrae para darle un beso en la frente.
— Vamos a cepillarnos para poder darte un besito.
— ¿Uno solo? —. Desentierra su cara del fornido pecho del menor para verlo con ojos tristes y un puchero.
— Un montón.
Jeno se sienta en la cama luego de estirarse, se levanta y lo jala de los brazos hasta sentarlo.
— Alza los brazos.
Extrañado, lo hace, y suelta un jadeo cuando Jeno lo levanta alzandolo por las axilas, por instinto cruza sus piernas en su cadera y le pega con suavidad en el hombro.
— Avisa.
Jeno solo ríe antes de caminar hacia el baño, cuando están ahí, lo suelta a lo que se aferra como un cohala sin dejarse caer.
Jeno empieza a cepillarse, y es justo en ese momento que se da cuenta de lo afortunado que es.
— Jen.
— ¿Mh? —. Jeno detiene el cepillo en su boca para verlo fijamente.
— Te amo —. Susurra.
Jeno sonríe travieso y deja el cepillo en el lavamanos —. No debiste hacer eso.
Y luego le deja besos por toda la cara, manchandola con pasta de dientes a lo que se empieza a quejar.
— ¡Asco, asco!
— Yo te amo más.
— Ya no te amo.
No puede seguir hablando porque su cepillo está en su boca ahora, Jeno lo está cepillando y definitivamente no se va a quejar.
— Eres mi bebé.
— Soy mayor.
— Eres mi bebé.
— Siempre.
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