Donde Jeno y Renjun son mejores amigos que se dan cariño en exceso.
→ Fluff, fluff, fluff y más fluff.
→ Contenido homosexual.
→ Pedir permiso para su adaptación.
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Renjun entró a la habitación de Jeno como si fuera la suya, desde la cama el menor le sonrió de esa manera que solo él podía y dejo el teléfono a un lado para extender los brazos hacia el frente.
— Junjun.
Sonrió cuando Renjun se arrojó a la cama a un lado suyo y se giro para atraparlo en un abrazo apretado y cálido.
— Jen, me éstas apretando mucho —. Contrario a sus quejas, rodeó con piernas y brazos a Jeno mientras sonreía.
— Hueles rico —. Jeno murmuró contra su cabello antes de dejar un pequeño beso ahí.
— Tú también —. Dijo antes de esconderse en el cuello ajeno.
Sus tardes solían pasar así. Acurrucados uno encima de otro, con pequeños besos inocentes en sus cabellos, frentes o mejillas e incluso llegaban a darse besos esquimales porque Jeno decía que adoraba su nariz pequeña.
Eran así desde pequeños, se habían conocido en jardín de niños y aunque eran muy cariñosos de niños, sus amigos se dieron cuenta de ello ahora, a los dieciocho años.
Ninguno había tenido pareja, algunos pretendientes pero nunca algo formal. Sus amigos dicen que es porque ellos ya se tratan como una.
Y la verdad es que ninguno puede imaginar al contrario darle ese tipo de afecto a otra persona.
— Me voy a dormir si me sigues haciendo cariño en el cabello, injun-ah.
— Duerme, Jeno-yah —. Besó su mejilla dos veces antes de acomodarse dejando al menor sobre su pecho.
— Mh, estás calientito —. Jeno se removió hasta enterrar la cara en el cuello de Renjun, enreda los brazos en la cintura del más pequeño y sonríe —. Me despiertas.
— Está bien.
Al final, ambos se duermen.
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