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Jaqueca.

La cabeza me duele como mil demonios. Mis pies se sienten helados al igual que mis manos por la frialdad del invierno, y eso sin mencionar que olvidé cerrar la ventana de mi habitación. Abro mis ojos lentamente, de forma que se me haga más fácil adaptarme a la claridad que tienen estas cuatro paredes.

Giro mi cabeza en dirección a la foto de Melissa en ese pequeño cuadro gris, no sé por qué elegí ese color tan triste en primer lugar. Por alguna razón hoy no duele tanto ver su sonrisa en la fotografía, no es tan fuerte esa opresión en el pecho que no me abandona desde el primer instante en que despierto.

Me gusta dormir, es como un suicidio, sólo que no estás comprometido con la muerte y terminas por despertar. La vida nunca pudo ser menos injusta, supongo.

Decido que ya tengo suficientes fuerzas para levantarme y darme mi cuidado higiénico como de costumbre por la mañana.

El tiempo pasa más rápido de lo que esperaba y me encuentro frente al refrigerador en busca de algo qué comer, no tengo ánimos para cocinar, ¿cómo es que las mujeres nunca se cansan?

En el menú de hoy tenemos lo que parece ser un pedazo de pastel de hace quince días, sopa de pollo que me hizo la vecina hace unas cuantas semanas y unas alitas de pollo que compré hace cinco días en Burguer King. Supongo que si no quiero morir debería comerme las alitas, el pastel se ve delicioso pero a veces la vida no es como uno quiere.

Sí, las alitas siguen tiesas a pesar de que las puse en el microondas, casi me vuelo un diente, ¿quién es el responsable de freír estas alitas? Deberían hacerlas con más amor.

Mientras estoy comiendo y maldiciendo las alitas giro dramáticamente mi rostro hacia mi teléfono, pues el sonido de una notificación interrumpió el silencio del comedor. Miro con extrañeza el aparato y me levanto con sigilo, es muy extraño recibir un mensaje a estas horas no me juzguen.

¿Ana Monroe? Okey esto es raro, abriré el mensaje.

Hora: 08:07 A.M

Ana Monroe.

Buenos días señor Harry, disculpe mi atrevimiento pero, ¿le gustaría salir a hacer algo hoy?

¿La señorita Ana invitando a salir a alguien? Mi primera impresión de ella es que es una mujer muy orgullosa, testaruda y que no te vuelve a dirigir la palabra si la haces sentir incómoda.

Tal vez no debería sobre analizar tanto la idea, no me vendría mal socializar un poco. Pero, ¿y si se decepciona de mí? Es decir, por no tener mucho de qué hablar, por quedarme callado en ocasiones y no saber qué decir por tener miedo a que se tome algo muy mal. Lo más probable es que pensará que soy un viudo aburrido sin ganas de vivir.

Y aquí vamos de nuevo con estos pensamientos que no dejan de invadirme cada que pueden.

Bueno, me temo que aceptaré, de todas maneras lo más probable es que en cuanto sepa cómo soy decidirá irse corriendo antes de que sea tarde. No me preocuparé mucho por darle una increíble impresión en esta salida.

Hora: 08:12 A.M

Harry Scott.

De acuerdo, acepto señorita Monroe. ¿A qué hora podremos vernos?

Esperé unos cuantos segundos, pues la respuesta no demoró en llegar.

Hora: 08:13 A.M

Ana Monroe.

¿Le parece ahora mismo?

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⏰ Última actualización: Nov 11, 2021 ⏰

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The Secret of Harry ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora