Capítulo 24

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Una semana después.

Pov Nathaniel

Estamos aquí esperando que el avión aterrice en Tokio, no he dicho una sola palabra desde que me subí al avión, tengo un mal presentimiento con todo esto.

Siento las manos de Oliver unirse a las mías, y me regala una sonrisa, para mí es inevitable no sonreír igual.

— Mi niño ¿Estás bien?, No has dicho nada desde que arrancó el vuelo — acaricia con la yema de sus dedos mi mejilla, acerca su rostro al mío y me regala un corto beso, dios, este hombre me va a matar.

— Estoy bien, es solo que tengo un mal presentimiento, tal ves son cosas mías — le digo en un susurro.

— Todo estará bien, no permitiré que nadie te haga daño, ¿Bien?, Te protegeré con mi vida si es necesario — esa respuesta me hace estremecer un poco, se el trabajo de Oliver, no quiero que arriesgue su vida por mí.

Quito el cinturón de seguridad y me siento en sus piernas, agarro su rostro y lo miro fijamente.

— Yo también te protegeré con mi vida, somos un equipo, si tú caes, yo caigo, y si eres feliz yo también lo estoy, jamás se te olvide — me mira impresionado y mis labios chocan con los suyos, quita su cinturón y acaricia mis nalgas, mete sus manos debajo de mi camisa y acaricia mis pezones.

— O... Oliver, aquí no, alguien puede vernos — le digo con la respiración acelerada.

— Me importa una mierda, me vuelves loco — se levanta de su asiento y enredo mis piernas en su cintura, estoy tan concentrado besándolo que no me doy cuenta cuando siento que me acuesta en una cama.

¿Hay cuartos en este avión?

— Es mi avión privado cariño, es obvio que tiene sus lujos — ruedo los ojos, tan egocéntrico como siempre.

Quita mi camisa y mi pantalón, vuelve a besarme y se frota en mí, Dios, ya siento su gran erección en mi abdomen, me alejo de el y hace para quitarse su chaqueta, su pantalón parece tienda de campaña.

Se me escapa una risita y el me la devuelve.

Los dos quedamos completamente desnudos, no hay parte de mi cuerpo que no haya besado, se frota en mí tan lentamente que es estresante, quiero que lo meta ya.

— Oliver maldición, mételo ya — le digo en un susurro.

— ¿Tan desesperado estás? — se está burlando de mí el muy desgraciado.

Me levanto de la cama y hago que se recueste, me monto encima de él y en solo un segundo meto su pene en mí.

Esto se siente tan... Rico

— Eso es, montame — sus manos agarran mis caderas y yo poco a poco me voy moviendo, se siente bien.

— Oh, me vas a volver loco mi niño — mis movimientos can siendo mucho más rápidos, siento si erección papitar.

Me agarra y me posiciona sentado en la cama y toma mi erección y la junta con la suya,
Se siente tan pegajoso y rico a la vez.

Mis ojos están completamente cerrados disfrutando de sus caricias, siento cuando se detiene y yo frunso el ceño, ¿Por qué se detuvo?

— Olí... Oliver, ¿Que estás....? — abro mis ojos y miro la escena que jamás en mi vida imaginé verla, me está haciendo un oral, Oliver me está haciendo un oral.

— Ah — su cabeza sube y baja por toda mi erección, agarro su cabello y hago que vaya más rápido, oh demonios estoy apunto, espera... ¿Se lo va a tragar?, Trato de apartarlo pero no puedo, me voy a venir, o maldición, me voy a venir y se lo va a tragar.

Eternamente Mío Donde viven las historias. Descúbrelo ahora