Llegué a casa pasadas unas horas, y de repente vino María de imprevisto, saliendo de un arbusto después de irse de ahí.
Fue una tarde espantosa pero la noche prometía, fuimos afuera del campo y entablamos una conversación, aunque dejamos estar a Karen, creo que puede ser una gran amiga observadora, y viendo lo de esta tarde, creo yo que fue la única en darse cuenta de nuestros gustos, así que ella nos ayudó, como si fuese una asistenta matrimonial, pero viendo que con catorce años que tiene, tiene la madurez de una mujer cinco años mayor que su edad.
Rompimos el silencio de la noche dándonos un beso, había ganas y primeramente, agradecimos todo a Karen, sobretodo por no levantar la manta del secreto.
La primera palabra salió de Karen:
-Karen: hacéis buena pareja, no deberíais ocultaros, podéis haceros daño y más si al fin y al cabo, la otra chica explote cuando os diga la verdad, pero tenéis que manteneros fuertes, la relación será más sana si sois sinceros en todo.
-Los dos asintieron en señal de concordancia con las palabras de Karen-
-Yo: Creo que es hora de irnos; si quieres puedes quedarte con nosotros María, los abuelos no vendrán hasta las 12.
-María: No se si será la mejor idea, quizás es mejor que me vaya a casa aunque es de noche.
Me despedí susurrando a su oído, aunque no sabía que iba a ser el final, iba a pasar la peor desgracia que puede pasar e imaginar: la asesinaron a pocos minutos de su casa.
Me enteré poco más de despertarme del asesinato, sonó en la radio, me dio un vuelco en el corazón, en cuatro meses he perdido a uno de mis amigos, y ahora, al amor de mi vida.
No quería que las cosas quedasen así, se que la venganza no servía de nada, pero tenía que luchar, tenía la intriga de saber quién fue.
Sentí presión, y Karen intentaba ayudarme para hacerme sentir mejor, ver esa imagen, además tenía marcas de haber sido asfixiada, aunque esa no era la respuesta que quería saber, sino que necesitaba responder a una pregunta muy lógica, ¿Por qué la mataron? ¿Quién fue el que hizo esa salvajada y qué querían sentir con asesinar a una chica tan joven?
Me duche y arreglé, mientras dije a Karen que esperase para ir junto los padres de María a la misa y entierro; podéis imaginaros el dolor que se nota en el ambiente, perder un hijo es una cosa tan significante, pero aunque duela todas las perspectivas, tenemos que ver lo imposible, que era seguir adelante, sólo por ella y por encontrar a ese insignificante que la asesinó para que vaya a la cárcel y reciba su merecido, aunque no es ni medio comparable.
Llegó el día en el que nos mudamos a Murcia, el que al principio quise ir, pero dejando mucho aquí, y más sabiendo los últimos días lo sucedido. No tardamos ni cuatro horas en llegar, se notaba una calurosa brisa al salir del aeropuerto, cuando nos recibió el responsable de la casa que, de momento, iba a ser alquilada por nosotros, estaba a ocho kilómetros del mismo aeropuerto y era bastante confortable a la par de que se podía mover con facilidad reconociendo cada sitio y no perder la situación hasta llegar a casa si nos íbamos a dar paseos.
El tercer día encontramos un lago cerca del pequeño bosque, brillaba con la silueta del sol, y junto con Karen sacamos al perro, que con un pequeño aleteo de su cola demostraba simpatía y diversión.
De repente, mi teléfono móvil sonó y cuando le cogí, se escuchó un sonido agudo a la par más tarde, una voz característica, que me era conocida, me era peculiar a la de María, dijo de forma entrecortada:
-Soy yo, te mandaré una carta pronto, contando la versión que es la verdad, aunque te puedo decir una cosa: no estoy muerta. Simulé mi muerte, sólo puedo decirte eso, cuándo nos veamos, te diré por qué lo hice y qué será de mi vida. Te quiero.
Se cortó la comunicación, pero se me escapaban muchas cosas, ¿Qué pasó entonces?
Mi única confidente de momento era Karen, y sabía que la situación era complicada, ahora exageradamente estoy en la otra punta del mundo, aunque no se donde está ella ahora mismo, pero por lo menos es el mejor alivio saber que ella está bien, mi cabeza dice una teoría: hizo esto para que Sara pudiese perder la pista y no supiese ya nada sobre nosotros, aunque hay miles de razones...
Me llegó la esperada carta días después, poniendo la dirección que tanto deseaba saber, y bueno, aún no podía hacer nada, pero me puse a buscar un trabajo, sé que con el dinero por lo menos podré hacer algo, aunque ella también haría lo suficiente como para que pudiese reencontrarse conmigo.
Se acercó San Valentín, y no fue otro día más, fue otro día en el que yo cogí un tren hasta Madrid, sentí presión cuando llegue a Atocha, y la vi, al fondo a ella, aunque saltó un aviso, y muy grave, un atentado con TNT, en el que ví presencialmente la explosión, y sobretodo, el caerla encima una viga, cuando de repente fui corriendo rápidamente dónde ella y mi teléfono marcando al 112, aunque no era el único que estaba llamando también, a mi alrededor vi un tren descarrilado que sufrió muchos desperfectos y en el que el cuerpo de bomberos hacia acto de presencia.
Cuando llegó un voluntario de la ambulancia, María dijo unas palabras sollozando, tales fueron:
-¿Ves?, te quería, te quiero y con la distancia o sin ella, lo hago, aunque sea sufriendo, teniendo una cosa tan pesada encima pero estando tu al lado, no me importa lo... lo...- su voz fue apagándose progresivamente.
-Nooo, no te me vayas por favor-
Fui con la ambulancia y llegamos al hospital, la vi tumbada, me daba un alivio saber que tenía pulso aunque esta inconsciente.
El sonido de la máquina encargada de la tensión y el pulso me mantenía en vilo, sonó mi teléfono aunque el médico advirtió de que le apagase, así que me salí de la habitación y conteste:
-¿Hola?, ahora mismo no puedo hablar mucho, ha surgido un asunto, dime rápido.
-Soy Kate, he visto el noticiario y me he enterado del accidente, ¿os ha pasado algo?
-Si, ella esta en el hospital, aún sigo preocupado, según el doctor tiene contusión craneal, lesiones en el brazo, y se ha contusionado una costilla, aunque lo más importante es que sigue con vida y de momento, no está en estado grave.
-¿Seguiréis allí cuando salgáis del hospital? Y tranquilo, por tus padres ya me inventaré algo para que no sospechen.
-Gracias Karen, luego te cuento, voy a colgar y mirar como se encuentra María.
Admití que la llamada me confortaba, era un mar de dudas lo que tenía ahora y necesitaba un apoyo moral, tenía que ver un punto de vista femenino ahora para poder intentar pensar en positivo, y Karen en todo este mes, que pensaba lo contrario sobre ella, es la amiga que trato como hermana y que me encuentra las frases adecuadas para cada momento.
Llegaron pasadas las 3 de la madrugada, sabía que era bueno descansar, y lo que hice fue era ir al apartamento que alquile durante unas semanas ampliables cerca de la capital, pude oír los sonidos estridentes que ondulaban por la ciudad y el brillo que formaban los coches pasando por la carretera que interseccionaba al lado del edificio.
Me acerqué a la cerradura cuando oí un sonido en mi móvil, creyendo que era algo bueno, ya que era muy raro escuchar una llamada a estas horas. Me percaté que era un SMS, de mi querídisima Karen, dándome las buenas noches, supongo que mi abuelo la habrá quitado el móvil, así que no hice intención de contestarla por si acaso sonaba el teléfono.
Recogí de la nevera algo de cenar mientras escuchaba al gran Joaquín Sabina, y la noche iba terminando de momento.
El día siguiente cogí el bus 3 que llevaba al hospital, era difícil, me sentía perdido, pero todos los caminos llevan a Roma, y preguntar no iba a ser difícil para poder llegar.
La cosa iba a mejor, sentí un alivio y felicidad al verla ya despierta, que la di un abrazo tan inmenso, y jadeando con una palabra en la boca: te quiero.
Pero no me dejo ni decirla, me calló con un beso, largo y profundo, que fue cortado por la entrada del doctor a la sala, aunque fue corta su presencia, conversando con nosotros el alta médica y diciendo que fueron contusiones de segundo grado aunque superficiales.
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La rutina prohibida
Teen FictionLa rutina a la que se acerca Adán es un problema cuando el paso del tiempo le depara un futuro muy negro...¿que será de él y sus relaciones?, su confidente la podrá acompañar en su vida?,¿O se terminará enamorando de ella? El destino sabrá decir que...