La rutina prohibida ¦ Parte 2

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Cap. 7 -

No paso ni un día cuando desconecte para poder concentrarme en todas las cosas, entre estudiar, investigar y fútbol, mi tiempo social era prácticamente escaso.

Vivía limitado a conectarme en las redes sociales durante cinco minutos, cuando de repente María apareció en mi casa con ganas de insinuar o intentar su propósito: tener sexo conmigo. Mis abuelos no estaban en casa y estaba solo estudiando filosofía, pero mis ideales y sentimientos predominaron claramente, preferí seguir mis instintos y dejarme llevar, aparte de que ella ya sabía todo, pero no sabíamos como hacer que yo dejase mi relación con Sara, así que mantuvimos en secreto nuestra relación por seguridad y que no se dejase de llevar con María, ya que a mi no me importaba perder el contacto que tuviésemos.

Empezamos suave, hablándonos al oído, besos en el cuello, cogiéndole la cintura comenzando a quitarnos la ropa, dejándonos llevar por un compás, rozando nuestros cuerpos y sintiendo cada que nos hacía ponernos los pelos de punta. Nuestra pasión nos guiaba y cada movimiento y postura nos hizo sentir el disfrute del momento, hasta el mínimo sonido y orgasmo era una gran sensación para mi, era una gran oportunidad hacerlo con la persona que me hace sentir maravillas, que fue raro verla con otros ojos desde hace un año conociendola desde que era pequeña.

Entraron mis abuelos en casa, cuando María tuvo el último orgasmo rápidamente puse la mano en su boca, y nos vestimos rápidamente haciendo después un sonido que se interpretase como un golpe para no entender que el grito no fuese algo fuera de tono.

Cuando mis abuelos la vieron, comenté el qué hacia allí y ella se marchó sin hacer algo que la acusase de nada.

A las 8:35 P.M. me llegó un mensaje que pude reconocer:

-María: Ha sido increíble, se que esto es algo que me encanta, es como comer algo prohibido, y me siento provocativa cuando hago estas cosas, me has hecho sentir mujer y sentir lo que no he sentido en todo este tiempo como para poder llamar a una relación 'amor'.

-Yo: A mi también me ha gustado, ha sido así, pero todavía es pronto como para poder decir esto, tengo que conseguir dejar a Sara para que las cosas no se las puedan llamar como traición, que si lo dejamos tengamos la libertad de expresarnos, de estar con quien estemos y queramos a quien queramos.

-Maria: Lo sé, es una situación entendible, y yo no me quiero ni puedo enfadar ya que me quieres demostrar que quieres apostar por esto.

-Yo: Eso es, yo mis tentaciones e intenciones ya sabes cuales son, voy a cenar, te quiero.

-María: Que aproveche, y yo a ti.

Me desconecte con la sensación de estar en dónde nunca he estado, y me fui a la cama con la pretensión de llegar al insti y verla.

El siguiente día era festivo, por lo que seguí investigando con el detective, descubriendo una cosa: ese hombre se escapó de el psiquiatra de Santander, y estaba en busca y captura también por varios asesinatos en la capital, pero era listo y de momento había conseguido escapar de la policía.

No tuve más remedio que, de momento, dejarlo de lado hasta que volviese a dar un paso en falso, por lo que fui a casa y, en el buzón, me encontré una carta que ponía:

Como me sigas investigando, el próximo en morir serás tu. No quiero que metas a la policía en esto, y sabré que si te entrometes donde no te llaman, vas a tener un gran problema.

Esta carta venía escrita de Madrid, pero era una incertidumbre saber si estaba allí o en otro lugar, aunque venía sellada y en un día, una persona con esas facultades y escapando de la policía, no podía salir tan fácilmente de España.

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