lujuria ✝ hopev

001 » hijo del dios viviente

Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad.

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Si la relación entre Kim Taehyung y Jung Hoseok se caracterizase en una palabra, seguramente cualquiera diría experimental. En el campo del sexo, ambos han demostrado una disposición completa para explorar diversas facetas de aquel vínculo, sin restricciones ni reservas. Su relación ha sido activamente exploratoria, y a pesar de sus responsabilidades académicas como adolescentes, su tiempo libre lo invertían en ese tipo de cosas.

Por otro lado, la química emocional entre ellos es notable. Desde el inicio de su relación hace dos años, la atracción mutua ha sido evidente, y su primer encuentro amoroso consolidó aún más su conexión. Su relación es considerada ejemplar entre sus compañeros de secundaria, quienes ven en ellos un modelo a seguir.

No obstante, en el fondo, Taehyung cargaba con un deseo persistente. Desde que leyó sobre una fantasía particular en un foro para adultos, el concepto de experimentar una relación sexual en un entorno religioso no dejaba de rondar su mente. La fascinación que sentía por este tema lo llevaba a explorar cada detalle de los relatos que leía, incrementando su interés en experimentar personalmente esta situación. Su curiosidad lo impulsaba a considerar la posibilidad de llevar a su pareja a la capilla del pueblo para vivenciar por sí mismo esta experiencia única.

La atracción ante la adrenalina de la situación lo emocionaba, pero sin duda, lo que más anhelaba, era follar en el altar de la capilla, frente a la imagen de Cristo.

Pero no era tonto, reconocía que realizar dicha fantasía sería extremadamente complicado y conllevaría riesgos significativos tanto para él como para su pareja. A pesar de la alta probabilidad de las posibles consecuencias legales y sociales, el interés de experimentar esta situación persistía.

Además Taehyung conocía bien a Hoseok y estaba seguro de que, en principio, él estaría dispuesto a considerar cualquier propuesta con tal de complacerlo. No obstante también era consciente de que su pareja, aunque siempre abierta a nuevas experiencias, tenía un carácter fundamentalmente puro. La idea de embarcarse en una actividad que podría resultar en consecuencias legales sería, en última instancia, incompatible con los valores y las reservas de Hoseok.

Taehyung se encontraba tan abrumado por aquellos pensamientos que le resultaban difíciles de conciliar con su atención en clase. Con un suspiro, se recostó abatido en su pupitre. A solo un año de graduarse, sabía que debía concentrarse en las explicaciones del profesor, pero en ese momento —o, más bien, como de costumbre— se encontraba desinteresado. Las lecciones le parecían monótonas y poco atractivas, y la voz pesada del maestro contribuía a su desánimo, al punto de suscitar un deseo casi desesperado de escapar de la situación.

En contraste, observó a Hoseok desde el rabillo del ojo y notó cómo su novio le sonreía al profesor con evidente entusiasmo. Taehyung, inconscientemente, también esbozó una sonrisa. Sabía que Hoseok tenía una profunda pasión por las clases de literatura, y la brillante y expresiva mueca en su rostro durante estas lecciones le proporcionaba un alivio. Detalles como estos le recordaban cuánto estaba enamorado de su pareja.

En un momento dado, Hoseok giró la cabeza hacia Taehyung, estableciendo contacto visual con sus ojos color miel. Inmediatamente, entonces le dirigió una sonrisa amplia, mostrando sus distintivas y blancas dentaduras. Taehyung apreciaba profundamente la alegría que irradiaba su novio y disfrutaba de verlo sonreír de esa manera.

Lo que no se esperaba es que a continuación, Hoseok tomase su libro de literatura y lo colase verticalmente sobre su pupitre. Gracias al tamaño y grosor del libro, su rostro quedó parcialmente cubierto, ocultándolo de la vista de los demás, especialmente del profesor. Taehyung reposó su mentón en su mano derecha, observando con discreción y curiosidad la acción del azabache.