lujuria ✝ hopev

005 » maestro

—Ciertamente les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado —respondió Jesús.—

[ ✝ ]

Eran las cuatro de la mañana. Las calles estaban desiertas, el silencio era absoluto y el viento frío golpeaba directamente las mejillas enrojecidas de Taehyung. Sus vellos se erizaban a causa del frío. La única fuente de luz era la linterna de su teléfono móvil, y su única fuente de consuelo era la mano de Hoseok, que le sostenía firmemente a su izquierda.

Taehyung no se consideraba una persona temerosa, al menos eso pensaba. Sin embargo, su ansiedad actual parecía derivar de un único motivo: estaban a punto de dirigirse a la iglesia del pueblo. Aunque el día anterior se había sentido extremadamente emocionado por la idea, ahora el latido acelerado de su corazón y el torrente de pensamientos negativos le hacían dudar de su capacidad para llevar a cabo algo tan arriesgado.

Miró a Hoseok con la esperanza de encontrar algún indicio de arrepentimiento en su expresión. Sin embargo, ya fuera porque su novio escondía sus verdaderos sentimientos con eficacia o porque resultó ser más valiente de lo que había supuesto, Taehyung no encontró ninguna señal de duda en su mirada. Se mordió la lengua para evitar suplicar que dieran la vuelta y abandonaran el plan. Sabía que él había sido el impulsor de la idea y que, tras insistir en ella con tanta determinación, no podía echarse atrás justo en el último momento. Además, conocía bien a Hoseok y sabía que tendría que soportar durante meses las bromas y las burlas si abandonaban ahora.

Pero Hoseok, con su aguda percepción, había desarrollado un sexto sentido para comprender a su chico. Sabía leerlo como la palma de su mano y, aunque Taehyung no había pronunciado palabra alguna, captaba claramente su inquietud. Dos años de relación le habían enseñado a interpretar las sutilezas emocionales de su pareja, y en ese momento, era evidente que Taehyung estaba visiblemente nervioso.

Decidió no hacer comentarios al respecto, optando por permitir que el tiempo hablara por sí mismo. En lugar de palabras, optó por el consuelo físico, tomando la mano del castaño y acariciando suavemente el dorso con el pulgar. Cuando se giró hacia él, ofreciendo una sonrisa reconfortante, se dio cuenta de que su gesto había tenido el efecto deseado.

—¿Quieres que te lleve la mochila, cariño? —preguntó después de un rato. La gran mochila en la espalda de Taehyung parecía estar causando incomodidad.

No es que Taehyung fuera débil, sino que había empacado una cantidad considerable de artículos. A pesar de las advertencias de Hoseok sobre la importancia de viajar ligero en caso de una huida rápida, la insistencia de Taehyung había prevalecido. Ahora, Hoseok se encontraba cargando no solo tres juguetes sexuales, lubricante, una tira completa de condones, sino también una navaja, por si acaso Taehyung decidía enfrentarse al mismísimo Jesús.

—No es necesario. —responde, aunque tras una breve reflexión añade: — Bueno, si insistes.

—Eso es inusual en ti. —bromea asumiendo la responsabilidad de cargar la mochila.

—Dios, cállate. Siento que voy a morir. Hemos estado caminando media hora, ¿falta mucho? —pregunta Taehyung, visiblemente agobiado.

—Cariño, el pueblo es pequeño. Apenas llevamos diez minutos, así que ten un poco más de paciencia. —le responde el mayor con una sonrisa—. Además, has estado preguntando lo mismo desde que salimos de casa.

—¿En serio? —murmura con una mezcla de sorpresa y preocupación. Hoseok lo mira de reojo—. Perdona, estoy muy nervioso. Siento que voy a vomitar los huevos revueltos de esta mañana.

—Ten consideración, yo preparé esos huevos. —responde Hoseok.

—Entonces, probablemente esa sea la causa. —bromea Taehyung. Sin embargo, Hoseok no devuelve la risa y se detiene en medio de la carretera. Taehyung tropieza hacia atrás al no recibir una señal de su pareja, mirándolo con confusión—. ¿Qué pasa? ¿Por qué te detienes?