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-Otro día de mierda en una vida de mierda.-

Pensaba Taehyung mientras caminaba por los pasillos de su instituto.

Un nuevo golpe se reflejaba en la piel canela de su rostro, sintiendo dolor en el morado que saldría unas horas después.

Dejaba que el agua refrescará un poco se rostro y limpiara la sangre que escapaba por la comisura de su labio.

No soportaba más.

Busco su maquillaje en su morral y aplicó un poco sobre el moretón, logrando ocultarlo un poco, pero estaba seguro de que la mitad de la institución se había enterado de la golpiza que le habían dado aquellos idiotas.

No podía esperar el momento en el que estuviera completamente libre de escuela y de trabajo para poder entregarse nuevamente a aquel íncubo que lo había hecho estremecer.

Porque realmente no le importaba mucho si algo llegaba a pasar.

Si moría estaba bien. No es como si alguien fuera a sufrir su pérdida.

Suspiro rendido. Sus pensamientos estaban más escandalosos que de costumbre.

 Sus pensamientos estaban más escandalosos que de costumbre

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Por fin estaba libre de cualquier cosa.

Realizo el procedimiento de invocación como Jungkook le había indicado, se fue a dormir y esperó por su llegada, la cual no tardó mucho.

-No pensé que me llamarías tan rápido, bonito.-

El menor tragó grueso ante la voz ronca y sensual del íncubo. Era tan ardiente que sus piernas temblaban.

-¿Cómo quieres que sea hoy?-

Preguntó mientras retiraba sus enormes alas negras.

-No lo sé, como prefieras.-

El de piel pálida se sorprendió ante aquella respuesta.

-¿Qué?-

-Lo que dije. Puedes ser tu mismo y hacer lo que quieras conmigo siempre y cuando se sienta bien.-

Dijo Taehyung retirando de a poco su ropa hasta quedar desnudo, abriendo levemente sus piernas.

-¿Estás seguro?-

-Completamente.-

Jungkook asintió, procediendo a retirar sus propias prendas.

-Necesito que digas una palabra de seguridad, pequeño.-

-¿Fresa?-

-Está bien. Si quieres detenerte tienes que decirla ¿Entendido?-

Vio al menor asentir así que continuó con lo suyo.

Tomó el rostro del castaño con una mano para acercarlo a su propio rostro, besándolo con rudeza, sacándole algunos suspiros.

Acercó su mano hasta el cinturón y la corbata que estaban sobre la mesita de noche, y recostó al menor sobre ma cama.

For eternity [KookTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora