Dame la razón Sarah, esto no es normal.

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El resto de la mañana siguió sin que nada extraño como lo de Ray pasara.

Por la tarde quedé con Sarah, la única chica con la que me había llevado bien desde mis 4 años de vida. Otra persona peculiar, si señor, y la única que me conoce del todo.

-¿A qué no sabes que me pasó por la mañana?

-Déjame adivinar, soñaste cosas tan vergonzosas que te levantaste con la cara como un tomate y tu madre te preguntó qué te habías hechado en la cara.

-No es eso.

-Ibas a hacerte unas tostadas de mantequilla y nocilla,-son mis favoritas- pero decidiste probar la mermelada de arándanos y la escupiste sobre la mesa.

-Tampoco.

-No pienso quedarme sin ideas creativas.

-Piensa cosas normales.

-¿Perdiste el bus otra vez?

-Ajá.

Y se lo conté todo con pelos y señales. Y me miró con cara de sorpresa. Y me echó la bronca por no reaccionar a aquel beso.

-Al menos le llamarás. Me lo vas a presentar, ¿verdad? ¿Te fijaste en su culo? ¿Tenía el paquete muy marcado?

Me preguntaba esto mientras sus ojos centelleaban como estrellas. Esto empieza a ser preocupante.

-Sarah, yo no le miro el paquete a todos los tíos con los que me cruzo.

-Que aburrida... Pero al menos llamarás.

No hagas contacto visual. No hagas contacto visual.

-Porque lo harás, ¿verdad?

No la mires. Desvía la mirada. No le digas donde está el papel.

Se acerca a mí poco a poco, me mira, cruzamos una mirada fugaz, me sonrojo y me mete las dos manos en los bolsillos traseros de mis vaqueros.

-¡Lo tengo!

-¡Ni se te ocurra! ¡¿Cómo lo voy a llamar?! ¡No tiene sentido!

-¿Por qué? Si te lo dio será por algo.

-¿Darle su número a alguien como yo? Sarah, ¿seguro que estás bien?

-Chica, ¿tú te has visto al espejo? Te infravaloras demasiado.

Como no me voy a infravalorar. Con alguien como ella cerca con su melena oscura con mechas californianas moradas, ojos grises, cuerpo sin imperfecciones... A su lado solo soy lo que soy; una chica del montón de estas que están al fondo de todo. Soy una morena de pelo largo, con gafas, un poco rellenita y una negada para los tíos. Ni punto de comparación.

-Kayla, tienes que mejorar un poco tu estilo y ya. Tienes personalidad y eso a los tíos les pone mucho. Se te acaba de poner en bandeja un chico con el que estrenarte, y según tú es guapo. Entonces, ¿por qué no me dejas retocarte un poco y le llamas? ¿Qué puede salir mal?

Después de decir esa frase todo será malo. Repito: TODO.

Por favor Dios mío, sálvame de ella.

Sensaciones apagadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora